Quintana Roo: La Carrera por la Gubernatura 2027 ya Empezó… Y No es lo que Parece
4 Feb. 2025
JuanJo Sanchez/CAMBIO22
En política no gana el más popular, sino el que mejor se mueve en las sombras. Y en Quintana Roo, la carrera por la gubernatura de 2027 ya arrancó, aunque nadie lo quiera admitir. Mientras en los discursos oficiales se habla de unidad, en los hechos cada aspirante está afilando cuchillos y reclutando tropas. Marybel Villegas Canché, con su colmillo bien afilado y retorcido, anda sumando miles de afiliados a Morena con una estrategia que huele más a campaña anticipada que a simple “fortalecimiento del partido”. Por su parte, Ana Paty Peralta, con su sonrisa de marketing político, se aferra a encuestas que la pintan como la gran favorita, aunque en las calles la realidad sea otra. Y por eso, como ya sabes que #MiPechoNoEsBodega, en estas líneas #TeLoCuento.
El gran teatro de la afiliación masiva de Marybel no es ningún acto de generosidad partidista. Cada nuevo registro es un ladrillo más en su castillo de poder, cada evento de “información sobre la transformación” es en realidad un mitin disfrazado. Y ojo, porque no solo está sumando números, sino alineándose con Andrés López Beltrán, “Andy” pa´los cuates, porque en Morena, para llegar lejos, más vale tener la bendición del heredero del reino cuatroteista… Porque ha quedado en evidencia que el hijo del gran tlatoani, el primigío de la estirpe es el que da y quita.
Ana Paty, en cambio, juega con las apariencias. Sus encuestas están más manoseadas que aguacate en frutería, pero sirven para generar la percepción de que es la favorita. ¿El problema? Su gestión en Benito Juárez. Calles llenas de baches, una inseguridad rampante y una administración que no logra justificar sus gastos. Pero en la política moderna, la realidad es lo de menos; lo importante es el “sentir ciudadano” que te venden las encuestas a modo.
Desde lo legal, lo de Marybel es un malabarismo puro de la ley. No se puede hacer campaña anticipada, pero si le pones otro nombre y lo disfrazas bien, el INE no tiene por dónde meterte mano. ¿Que no se pueden condicionar programas sociales? Claro que no, pero si amarras apoyos con liderazgos locales y estructuras clientelares, entonces ya no es condicionamiento, sino “fortalecimiento de base”. La ley en política es por lo menos opcional.
Todo este movimiento es un festín de recursos. Armar estructuras, organizar eventos, pagar operadores y movilizar a la gente no es barato. Entonces la pregunta obligada es: ¿De dónde está saliendo el dinero? En un estado donde la austeridad solo se aplica cuando conviene, no es difícil adivinar que detrás de estas estrategias hay financiamiento con intereses bien marcados.
Socialmente, el engaño es la constante. La gente cree que está afiliándose a un movimiento por convicción, cuando en realidad están entrando en un tablero de ajedrez donde son los peones. La estructura de Morena se fortalece, sí, pero al servicio de una candidatura en particular. ¿Y el beneficio real para los ciudadanos? Bien, gracias.
Y entonces, ¿Dónde queda el llamado desde Morena y la 4T a respetar los tiempos y la investidura de su líder política en turno? Además, se supone que “no son los tiempos“, que “aún queda mucho por hacer” y que “todavía hay una gobernadora en funciones”. Parece que, a pesar del jalón de orejas de la gobernadora Mara Lezama para quienes hacen campaña anticipada, se lo pasaron por los “fueros”... dije fueros.
Políticamente, esto deja en claro que en Quintana Roo las reglas no son más que un adorno. Se supone que en Morena no hay dedazo, pero lo que sí hay es alineación estratégica con la estirpe y una guerra interna disfrazada de unidad. ¿O alguien cree que las candidaturas se van a definir en un proceso democrático limpio? Por favor…
Y así, mientras los actores políticos mueven sus piezas con precisión quirúrgica, la pregunta del millón es: ¿Quién se quedará con la bendición de Claudia Sheinbaum Pardo? Porque aquí no gana el más querido, el más capaz o el más honesto. Gana el que mejor manipula las reglas sin que parezca que las está rompiendo. Y en ese juego, Marybel y Ana Paty están dispuestas a lo que sea para no quedarse fuera de la partida.
Así que siéntense y traigan palomitas, porque la sucesión en Quintana Roo no será una elección, será un espectáculo. Eso sí, con los contribuyentes pagando el boleto. Por cierto… ¿y Gino?
GKM/MA