¿Qué es el Patrimonio Cultural Inmaterial ante la UNESCO y Por qué es Importante Preservar las Tradiciones de los Pueblos?
30 May. 2022
▶El Patrimonio Cultural es el conjunto de bienes tangibles e intangibles, que constituyen la herencia de un grupo humano, que refuerzan emocionalmente su sentido de comunidad con una identidad propia y que son percibidos por otros como característicos. El Patrimonio Cultural como producto de la creatividad humana se hereda, se transmite, se modifica y optimiza de individuo a individuo y de generación a generación.
Redacción/CAMBIO 22
El contenido de la expresión “patrimonio cultural” ha cambiado bastante en las últimas décadas, debido en parte a los instrumentos elaborados por la UNESCO. El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.
Pese a su fragilidad, el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. La comprensión del patrimonio cultural inmaterial de diferentes comunidades contribuye al diálogo entre culturas y promueve el respeto hacia otros modos de vida.
La importancia del patrimonio cultural inmaterial no estriba en la manifestación cultural en sí, sino en el acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación. El valor social y económico de esta transmisión de conocimientos es pertinente para los grupos sociales tanto minoritarios como mayoritarios de un Estado, y reviste la misma importancia para los países en desarrollo que para los países desarrollados.

El patrimonio cultural inmaterial es:
- Tradicional, contemporáneo y viviente a un mismo tiempo: el patrimonio cultural inmaterial no solo incluye tradiciones heredadas del pasado, sino también usos rurales y urbanos contemporáneos característicos de diversos grupos culturales.
- Integrador: podemos compartir expresiones del patrimonio cultural inmaterial que son parecidas a las de otros. Tanto si son de la aldea vecina como si provienen de una ciudad en las antípodas o han sido adaptadas por pueblos que han emigrado a otra región, todas forman parte del patrimonio cultural inmaterial: se han transmitido de generación en generación, han evolucionado en respuesta a su entorno y contribuyen a infundirnos un sentimiento de identidad y continuidad, creando un vínculo entre el pasado y el futuro a través del presente. El patrimonio cultural inmaterial no se presta a preguntas sobre la pertenencia de un determinado uso a una cultura, sino que contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general.
- Representativo: el patrimonio cultural inmaterial no se valora simplemente como un bien cultural, a título comparativo, por su exclusividad o valor excepcional. Florece en las comunidades y depende de aquéllos cuyos conocimientos de las tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad, de generación en generación, o a otras comunidades.
- Basado en la comunidad: el patrimonio cultural inmaterial sólo puede serlo si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten. Sin este reconocimiento, nadie puede decidir por ellos que una expresión o un uso determinado forma parte de su patrimonio.

¿Por qué salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial?
Para mantenerse en vida, el patrimonio cultural inmaterial debe ser pertinente para su comunidad, recrearse continuamente y transmitirse de una generación a la siguiente. Se corre el riesgo de que algunos elementos del patrimonio cultural inmaterial mueran o desaparezcan si no se les ayuda, pero salvaguardar no significa fijar o fosilizar este patrimonio en una forma “pura” o “primigenia”. Salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial supone transferir conocimientos, técnicas y significados. La Convención hace hincapié en la transmisión o comunicación del patrimonio de generación en generación, no en la producción de manifestaciones concretas como danzas, canciones, instrumentos musicales o artículos de artesanía. Así pues, toda acción de salvaguardia consistirá, en gran medida, en reforzar las diversas condiciones, materiales o inmateriales, que son necesarias para la evolución e interpretación continuas del patrimonio cultural inmaterial, así como para su transmisión a las generaciones futuras.
Las medidas de salvaguardia susceptibles de garantizar la transmisión del patrimonio cultural inmaterial de generación en generación son muy distintas de las que se requieren para proteger el patrimonio material, tanto el natural como el cultural. No obstante, sucede con frecuencia que algunos elementos del patrimonio material están asociados al patrimonio cultural inmaterial. Por eso, en la definición de patrimonio cultural inmaterial la Convención incluye los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que le son inherentes.

¿Significa esto que el patrimonio inmaterial deba salvaguardarse siempre, o revitalizarse a toda costa? Como cualquier organismo vivo, el patrimonio inmaterial tiene un ciclo vital y es probable que algunos de sus elementos desaparezcan, tras haber dado a luz nuevas formas de expresión. Es posible que algunas formas del patrimonio cultural inmaterial, a pesar de su valor económico, no se consideren pertinentes o significativas para la propia comunidad. Como indica la Convención, sólo se debe salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial que las comunidades reconozcan como propio y que les infunda un sentimiento de identidad y continuidad. Por “reconocimiento” la Convención entiende un proceso formal –o con mayor frecuencia informal– por el cual las comunidades admiten que forman parte de su patrimonio cultural determinados usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas y, eventualmente, los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes.
Las medidas de salvaguardia deben concebirse y aplicarse siempre con el consentimiento y la participación de la comunidad. En algunas ocasiones la intervención pública para salvaguardar el patrimonio de una comunidad tal vez sea inconveniente, porque podría alterar el valor que el patrimonio tiene para su comunidad. Además, las medidas de salvaguardia han de respetar siempre los usos consuetudinarios que regulan el acceso a determinados aspectos de ese patrimonio, como por ejemplo las manifestaciones relacionadas con el patrimonio cultural inmaterial que sean sagradas, o que se consideren secretas.

Ámbitos del Patrimonio Inmaterial
- tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial;
- artes del espectáculo;
- usos sociales, rituales y actos festivos;
- conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo;
A Continuación les Presentamos los patrimonios culturales inmateriales de México ante la UNESCO
México es un país con un patrimonio cultural extenso. El legado de los pueblos prehispánicos se ha conservado enriqueciendo las manifestaciones populares y artísticas actuales.
México es un país con una herencia cultural extensa. La historia y pueblos prehispánicos se han conservado gracias al actuar de los pueblos, sobre todo por las enseñanzas de nuestro ancestros.
Día de Muertos (declarado en 2008)

El Día de los Muertos es una de las tradiciones de mayor relevancia en México, que en los recientes años se ha tornado muy popular en el mundo. Es una de las expresiones culturales más antiguas e importantes producto del sincretismo religioso.
Durante la festividad se colocan altares con ofrendas dedicados a los seres queridos ya fallecidos, en donde se colocan diversos elementos de significado religioso y pagano, que incluyen flores, calaveras de azúcar, pan de muerto, velas, alimentos, fotografías que se convierten en un espectáculo de rito y color.
Las fechas de la celebración religiosa son el 1 y 2 de noviembre. Existen sitios donde la celebración es tan vistosa que llaman la atención de un gran número de visitantes.
Los lugares más frecuentados son Pátzcuaro y Janitzio, en Michoacán, así como Xochimilco y el pueblo de Mixquic al sur de la capital mexicana. Asimismo, desde 2016, en el centro de la Ciudad de México se lleva a cabo un colorido y espectacular desfile con motivo del Día de los Muertos, que va más allá de lo religioso.
Los voladores de Papantla (declarado en 2009)

Se trata de un ritual del grupo indígena totonaco que ejecuta diversas danzas de la región de Papantla, donde se utiliza un mástil o gran palo al que cinco personas escalan para que una vez en su cúspide cuatro de ellos, atados individualmente de los pies, se descuelguen para descender rítmica y lentamente volando acompañados por el sonido de una flauta y un tamborín que toca el quinto miembro del grupo que se posiciona en la punta del mástil y permanece interpretando hasta que sus compañeros aterrizan. Es un singular rito que tiene como objetivo pedir a los dioses por la fertilidad de la tierra.
Tradiciones de la Peña de Bernal (declarado en 2009)

Inscrita en la lista de la UNESCO en 2009, reconoce los lugares de memoria y tradiciones vivas de los grupos otomí-chichimecas de Tolimán en la Peña de Bernal guardiana del territorio.
La Pirekua purépecha (declarado en 2010)

Propio del pueblo purépecha de Michoacán, la Pirekua es un canto que nació de la mezcla de la música y cantos religiosos de los evangelizadores españoles con los prehispánicos y algunas influencias africanas, interpretado en lengua nativa, español o sólo con instrumentos.
La pirekua es representada en más de 165 poblaciones, pero con variaciones regionales en 30 de las comunidades purépechas existentes, siendo un instrumento efectivo de diálogo entre las familias y las comunidades que la practican, y contribuye al estrechamiento de vínculos.
La pirekua se ha venido transmitiendo tradicionalmente por vía oral, de generación en generación, y no sólo es una expresión cultural que se mantiene viva actualmente, sino que también constituye un signo distintivo de identidad.
Danza de los Parachicos (declarado en 2010)

La historia de esta danza se remonta a 1711, cuando México aún se encontraba bajo el dominio español, en la que participa gran parte de la población de Chiapa de Corzo.
Del 9 al 23 de enero de cada año se celebra en esta localidad una fiesta en honor a Nuestro Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián. Esta Fiesta Grande se lleva a cabo en un ambiente de música, danza, artesanías y comida. Es una de las tradiciones más conocidas del estado de Chiapas.
Gastronomía (declarada en 2010)

Además de los tacos y el guacamole, ambos platillos mexicanos que gozan de renombre internacional, hay ricas y múltiples tradiciones culinarias en todo el país. Sus sabores, aromas y texturas la caracterizan como una de las gastronomías más variadas del mundo, especialmente por sus productos exóticos como los gusanos de maguey, hormigas, chapulines fritos, etc.
La inigualable fusión de sabores en platillos como el mole y las salsas mexicanas, se convierte en un deleite para los paladares más exigentes. En 2010 la UNESCO declaró a la cocina tradicional de Michoacán, cultura comunitaria, ancestral y viva en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Mariachi (declarado en 2011)

Una de las expresiones artísticas más representativas de México es el Mariachi, agrupación musical vernácula con reminiscencias europeas. Mariachi es la denominación de la banda musical o de uno sólo de sus integrantes.
Esta forma de expresión artística es un símbolo de México proveniente del Estado de Jalisco, cuyos músicos visten el traje típico de “Charro”, sin ser necesariamente auténticos charros, es decir los vaqueros o hacendados mexicanos. La música del Mariachi es una de las más características manifestaciones mexicanas reconocidas en el mundo.
La Charrería (declarado en 2016)

La charrería es una práctica tradicional vaquera, originalmente rural que inició en comunidades dedicadas a la cría y el pastoreo del ganado a caballo. Las técnicas de esta práctica ancestral se transmiten de generación en generación.
Actualmente existen asociaciones y escuelas dedicadas la charrería que forman a miembros de diversos estratos de la sociedad mexicana, entrenándolos incluso para participar en charreadas, es decir, demostraciones de las suertes realizadas por los charros, normalmente acompañados de caballos y ganado vacuno.
También ser organización charreadas en las que compiten diversas agrupaciones charras que deleitan a los asistentes con la destreza de los charros en el arte de jinetear caballos, yeguas y toros, luciendo una indumentaria campirana tradicional.
Los fabricantes de la vestimenta, el equipamiento, las sillas de montar y las espuelas que forman parte del arte tradicional de los charros son especialistas que coadyuvan a mantener esta práctica mexicana también considerada un deporte nacional.
Las Cabalgatas

En la actualidad, la cabalgata se comprende como una excursión en la que se utiliza como medio de transporte al caballo, con el propósito de convivir con la naturaleza por espacios como caminos, senderos, bosques, ríos, montañas o playas. No obstante, en un sentido cultural, se considera una tradición ejercida como parte de la historia mexicana, en homenaje a las y los revolucionarios, siendo un desfile de jinetes y que, en el México actual, ha tomado auge para conmemorar el aniversario de algún municipio, día festivo o fiesta patronal.
En relación con lo anterior, las cabalgatas se han estrechado como parte importante en las fiestas patronales que son muy populares y características de la cultura de nuestro país para celebrar el aniversario de algún municipio que lleve el nombre de algún santo de la religión católica o que dicha figura sea considerada la santa o el santo patrón de un lugar determinado.

En este sentido, las fiestas patronales cumplen con estrictos protocolos que, en combinación con los actos religiosos, se convierten en una procesión en la que la mayoría de las veces los jinetes a caballo son quienes conducen a la gente del municipio por el recorrido o paseo a transitar, por lo que las cabalgatas recobran un significado tradicional y cultural en el país, ya que se vuelven la guía de la procesión en donde la imagen religiosa es custodiada y trasladada hasta llegar al punto de reunión; al finalizar, se deja a la figura en la capilla, iglesia o catedral del municipio para realizar una fiesta de conmemoración.

En consecuencia, las cabalgatas constituyen una tradición que no debe perderse, por el contrario, deben ser reconocidas y protegidas, para asegurar que perduren por muchos años más, como expresión del patrimonio cultural inmaterial de las y los mexicanos.
Fuente: Unesco/Expansión
redaccionqroo@diariocambio22.mx
GCH




















