Qué Descaro
29 Nov. 2024
Letras Desnudas
Mario Caballero/CAMBIO 22
Dice Juan Sabines Guerrero, porque él se encargó de divulgar el rumor, que en los próximos días podría ser relevado del Consulado de Orlando, en Florida, para asumir la encomienda de administrar todo lo relacionado con el corredor industrial de la frontera sur, uno de los proyectos más ambiciosos del actual Gobierno Federal.
Y asegura que será nombrado por la misma presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Según, recibirá esta gran responsabilidad por recomendaciones de su exjefe Marcelo Ebrard, actual secretario de Economía, quien vio en él la capacidad para ejecutar las obras, atraer inversiones para Tapachula y para toda la región fronteriza, negociar con empresarios extranjeros, especialmente de Estados Unidos, y conseguir el éxito deseado.
El solo anuncio de Juan Sabines es un descaro. ¿Quién lo quiere de regreso en Chiapas?
Una de dos. O es cierto que Marcelo Ebrard lo está impulsado para hacerse cargo de este megaproyecto, en una suerte de corresponder a lo que hizo Juan al ser uno de sus operadores políticos durante la pasada precampaña presidencial, o Sabines lanzó el rumor buscando agitar las aguas, entendiendo que sus días no sólo en el Consulado, sino también dentro del presupuesto público están contados.
AY, MARCELO
Sí es lo primero, qué mal.
No creo que Ebrard sea ignorante de lo que es Sabines y de lo que representa para los chiapanecos.
Puede comprenderse que considere a Sabines como uno de sus mayores aliados o, incluso, que quiera recompensarlo por sus viejos favores. Pero abrirle el camino para que éste regrese a Chiapas, es un insulto para todos los que aquí vivimos.
En lo personal, respeto la figura política de Marcelo. Ha demostrado ser uno de los políticos más inteligentes de los últimos tiempos, pero si en verdad él propuso a Sabines Guerrero para liderar la ejecución del corredor industrial, qué decepción. Como dice una frase popular, se anda meando fuera de la bacinica.
Sabines ha sido lo peor que le ha pasado a Chiapas.
Cuando tomó protesta al Gobierno del Estado, la deuda pública se ubicaba en 4 millones 684 mil 651 pesos, según los estados financieros oficiales. Pero en sólo 72 meses logró aumentarla en 704%, alcanzando los 28 mil 312 millones 349 mil pesos, una cifra jamás vista en otras entidades.
Es más, tras la auditoría realizada por la consultora PriceWaterHouseCoopers, se descubrió que el registro de los libros fue alterado y que los pasivos podrían alcanzar los 33 mil millones de pesos, puesto que no se contabilizaron más de siete mil millones de adeudos.
Dicha consultora concluyó que las razones por las que Sabines Guerrero generó esa deuda que hipotecó la vida de tres generaciones de chiapanecos fueron, y cito: “Adquisiciones y obras realizadas no contempladas en el presupuesto. Las adquisiciones se realizaban principalmente mediante adjudicaciones directas, lo que implicaba que no se tuvieran las mejores condiciones del mercado. Las justificaciones para realizar el procedimiento de adjudicación directa no eran robustas y coincidían con argumentos como ‘urgencia o prever mayores pérdidas en caso de no realizarse’, y falta importante de controles internos”.
Otros datos de la auditoría refieren que Sabines disfrazó los registros contables para esconder faltantes, desvió recursos públicos, contrató servicios innecesarios, el 95 por ciento de los contratos los otorgó por adjudicación directa, utilizó empresas fantasma, dejó obras inconclusas o sin funcionar (como el biodiesel o las mentadas ciudades rurales sustentables), hizo pagos excesivos, simuló la compra de productos y toleró aviadores con altos salarios.
Tras esa revisión contable se dio a conocer que la Secretaría de Hacienda, de Infraestructura, de Educación, de Pueblos y Culturas Indígenas, así como la Secretaría de Salud y el Instituto de Comunicación Social fue donde se detectaron mayores irregularidades en el manejo de los recursos.
No creo que todo esto lo ignore Marcelo Ebrard. Como tampoco que Sabines, a través de la Secretaría de Hacienda, contrató de manera directa y violando todos los procedimientos establecidos en la ley a empresas prestadoras de servicios que no contaban con experiencia, capacidad económica e inclusive domicilio fiscal.
Al respecto, señalado estudio dice:
“GTM Integra, S.A. de C.V. es una empresa con sede en Monterrey, Nuevo León, a la que el gobierno de Sabines le adjudicó un contrato por casi 200 millones de pesos para el programa “motor para la economía familiar” que aplicaría la Secretaría de Desarrollo y Participación Social. Su información financiera era deficiente, no tenía siquiera dinero en el banco y se constituyó en 2007, apenas cuatro años de recibir ese contrato”.
Otros casos son los de las empresas Beta Empresarial, Gloria Huchin Ojeda y/o Librería México, Grupo Editorial Mediterráneo y Comercializadora Mundo Empresarial Chiapaneco, a las que Sabines Guerrero “contrató” para dotar de material didáctico a las bibliotecas de los planteles del Cobach.
Pero resulta que Beta Empresarial se dedicaba al servicio de fotocopiado e impresión, no a distribuir libros; Gloria Huchin tenía el mismo número telefónico que la anterior; la dirección de Editorial Mediterráneo no coincide con la registrada y su número de teléfono es de una casa particular y Comercializadora Mundo Empresarial inició operaciones el mismo año que ganó el contrato.
Con todo eso, ¿se imagina el nivel de corrupción que operará si se encarga del corredor industrial?
Total, si Marcelo Ebrard terminara respaldando a Juan Sabines estaría cometiendo el mismo error que Manuel Velasco Coello, que supo de la corrupción de su antecesor y no hizo nada. Enrique Peña Nieto también conoció el caso y aun así lo nombró cónsul. AMLO no fue ajeno a las acusaciones contra el hijo bastardo del llamado Ciclón del Sureste, el exgobernador Juan Sabines Gutiérrez, y a pesar de su cacareado combate a la corrupción y la impunidad lo mantuvo en el puesto diplomático.
NO PODÍAMOS ESPERAR OTRA COSA
Pero si es lo segundo, es decir, que el mismo Sabines Guerrero esté moviendo las aguas tratando de sacar raja política, pues qué desfachatez.
Aunque, la verdad, no podía esperarse otra cosa de él. Es un político que no sabe de moral, de principios y decoro. La palabra vergüenza no aparece en su diccionario. Lo demostró en su gobierno y en la forma en que gobernó.
Su sexenio fue un día de campo y más que eso. Un festín de rapiña, una borrachera de poder, una orgía de corrupción, con vedettes y cantantes incluidos. Como Emmanuel, quien se llevó más de 200 millones de pesos del proyecto de recuperación del río Sabinal de Tuxtla Gutiérrez, que nunca se realizó.
Si el puesto diplomático es de por sí un premio a su corrupción y depravación, en caso de que llegue como encargado de dicho proyecto industrial, que implica una inversión multimillonaria, sería alargar todavía más su ya reprobable periodo de impunidad.
Para mayor inri, hay que observar que su regreso a Chiapas con el respaldo de la 4T es la oportunidad que siempre ha estado anhelando para posicionar en la política local a sus hijos Juan Pablo y Jaime.
De esa gravedad es la osadía de Juan Sabines Guerrero. Qué descaro.
Fuente: Diario De Chiapas.
OSM/DSF