Productores de Kilómetro Cincuenta Enfrentan Pérdidas por Aves que Atacan Cultivos de Naranja
20 Oct. 2025
Redacción/CAMBIO 22
José María Morelos, 20 de octubre. – Agustín Uk Collí, productor del ejido Kilómetro Cincuenta en José María Morelos, advirtió que la producción de naranja está siendo afectada por la presencia masiva de aves que se alimentan del fruto antes de la cosecha. Señaló que la situación se ha agravado en los últimos años y que, aunque la temporada actual promete algo de rendimiento, gran parte del cultivo se pierde por el ataque de las parvadas.
Uk Collí explicó que la cosecha temprana se prevé escasa hacia el Día de Muertos y que la producción tardía, que normalmente se levanta entre diciembre y febrero, también será limitada.
“Los pájaros están haciendo su fiesta, no se puede acabar con ellos porque es parte de la naturaleza. El hambre no solo es del ser humano, también es de los animales”, expresó el campesino, quien asegura que todas las parcelas del ejido presentan daños.
El productor estimó que en Kilómetro Cincuenta existen al menos 35 hectáreas afectadas, aunque la problemática se extiende a otras comunidades productoras de cítricos en la zona. Mencionó que el daño no solo se debe al ataque de aves, sino también a la pérdida de árboles frutales silvestres en los montes, lo que ha reducido las fuentes naturales de alimento para la fauna. “Antes había sapotes y muchas frutas del monte, pero todo eso se ha perdido por el desmonte”, lamentó.
Uk Collí señaló que, pese al esfuerzo por mantener los cultivos, el precio de la naranja se ha desplomado debido a la competencia. Detalló que actualmente una caja se paga entre 80 y 100 pesos, lo que hace poco rentable el trabajo de los productores. “Vendemos de casa en casa porque los intermediarios no nos pagan bien. La gente prefiere comprar jugo procesado que exprimir una naranja”, comentó.
Además del bajo precio, indicó que la caída del turismo también repercute en las ventas locales, ya que muchos visitantes solían comprar la fruta directamente en los ejidos. “Cuando baja el turismo, también baja todo. Aquí dependemos de eso, aunque estemos lejos de las zonas costeras”, añadió.
El productor expresó que no existen medidas efectivas para controlar la presencia de aves, pues el uso de veneno sería una práctica dañina e irresponsable. “No se trata de matarlos; ellos también tienen derecho a comer. Lo que queda es nuestro, hacemos la competencia con ellos”, dijo, convencido de que la solución está en recuperar los montes y reforestar las zonas donde antes abundaban los árboles frutales que alimentaban a la fauna local.
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