Productores Chicleros Exigen Cambios para Aprovechar la Alta Demanda Global
6 Dic. 2024
Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 6 de diciembre.- El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) entregó la Indicación Geográfica de Protección (IGP) al “Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche”, un logro significativo para los productores chicleros que, pese a los retos que enfrentan, ven en este reconocimiento una oportunidad para fortalecer su producción y defender su identidad en el mercado internacional.
En las oficinas de la empresa Chicza, líderes de cooperativas y directivos del consorcio chiclero señalaron que, aunque este reconocimiento representa un paso crucial, persisten obstáculos como la sobrerregulación forestal, que limita el potencial de crecimiento frente a la alta demanda internacional.

Manuel Aldrete Terrazas, director ejecutivo del Consorcio Chiclero, destacó que alrededor de diez marcas europeas comercializan productos etiquetados como chicle natural sin cumplir con los estándares. Para abordar esta problemática, un laboratorio alemán colabora con el consorcio en la recopilación de pruebas para emprender acciones legales contra estas empresas.
“Hay alrededor de 10 marcas en Europa que andan diciendo que tienen chicle”, manifestó el director ejecutivo del Consorcio Chiclero.
Además, los productores urgieron a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a simplificar los trámites para la extracción de chicle, diferenciándolos de los permisos destinados a la explotación maderera. Argumentaron que estas regulaciones obstaculizan el cumplimiento de compromisos comerciales con mercados como Japón y Alemania, limitando la capacidad de producción a menos del 15 % de su potencial.

Y es que, la sobrerregulación forestal impide que se pueda incrementar la producción aun cuando la demanda internacional actual permitiría un aumento de al menos 200 toneladas anuales.
Con más de 500 mil hectáreas productivas y cuatro millones de árboles recuperables en un periodo de entre cuatro y seis años, los chicleros afirmaron que podrían alcanzar una producción anual de 600 toneladas.
El consorcio también enfatizó la necesidad de crear una instancia certificadora local que atienda las particularidades del sector. Esta solicitud se presentó como una estrategia para garantizar que ningún producto sea etiquetado como “chicle natural” sin cumplir los estándares que avalan su autenticidad.

Los directivos y lideres de cooperativas reconocieron el apoyo que han tenido de la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, pues este día se solicitó una reunión de alto nivel con la SEMARNAT a fin de atender este tema, que considera es de voluntad política, siendo que en otros países la exportación es un tema prioritario y por tanto así debería ser en México en el caso de un producto tan exitoso como es el chicle.
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