• Elementos describen como una “campaña de presión” encabezada por el subsecretario Fernando Viveros Hernández para forzar renuncias entre los policías inconformes.

 

 

  • Los preventivos señalan a su Secretaría Particular y su jefe de seguridad como los más favorecidos en remuneraciones económicas >El segundo se vistió de policía desde que iniciaron las inconformidades.

 

 

Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 23 de julio. – En un escenario de descontento creciente entre las filas policiales, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo atraviesa una crisis de credibilidad marcada por denuncias de jornadas laborales inhumanas y privilegios otorgados a personal cercano a los mandos navales. Mientras policías estatales administrativos denuncian horarios de 12 horas sin derecho a descanso o turnos de 24 horas, para los operativos, con apenas dos horas para aseo y alimento, funcionarios de alto rango gozan de beneficios que contrastan con la precariedad del personal operativo.

La situación se agravó tras el inicio de lo que elementos describen como una “campaña de presión” encabezada por el subsecretario Fernando Viveros Hernández para forzar renuncias entre los policías inconformes. Según testimonios, Viveros se ha burlado abiertamente de las quejas y presume el respaldo de la gobernadora del estado Mara Lezama para legitimar estas medidas, interpretadas por los oficiales como un mensaje de impunidad y cerrazón institucional.

Uno de los casos más polémicos es el de la asistente personal del subsecretario, identificada como Amalia, quien percibe un salario de 10,400 pesos y 7,000 pesos adicionales de viáticos cada quincena, pese a que sus funciones son meramente de acompañamiento en eventos y apoyo personal, sin tareas administrativas u operativas asignadas. Este hecho produjo malestar entre la tropa, pues en contraste ellos enfrentan recortes, castigos y condiciones indignas de trabajo.

A ello se suma el jefe de seguridad de Viveros, el teniente de la Marina de apellido Plazola, dado de alta con grado de policía primero y también beneficiado con doble viático: 13,000 pesos de sueldo más 7,000 pesos de viáticos quincenales. Tras la polémica por las revelaciones sobre los horarios esclavizantes, Plazola habría sido “disfrazado” de policía para aminorar las críticas públicas, lo que evidencia una estrategia más enfocada en maquillar la imagen que en resolver el fondo del problema.

Las críticas no se limitan al subsecretario.

La combinación de jornadas laborales abusivas para la base y privilegios para la élite evidencia un modelo de gestión profundamente desigual dentro de la corporación. La militarización de la seguridad pública, lejos de profesionalizar el servicio, ha importado prácticas autoritarias y una estructura de privilegios que fractura la moral institucional y erosiona la confianza de la ciudadanía en sus autoridades encargadas de la seguridad.

La ausencia de respuestas claras por parte del gobierno estatal frente a estas denuncias alimenta la percepción de complicidad y encubrimiento. En un momento en que Quintana Roo enfrenta retos complejos en materia de seguridad, la corrupción interna y los abusos laborales en la Secretaría de Seguridad Ciudadana se convierten en un obstáculo más para recuperar la confianza ciudadana y garantizar condiciones dignas a quienes arriesgan su vida en el cumplimiento del deber.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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