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•  El pintor ofrece una visión de la cotidianidad norteña, en donde experimenta con los colores, la música y la cultura del norte de México

 

Redacción / CAMBIO 22

Un hombre vestido con una camisa vaquera roja, pantalón de mezclilla, botas y con una guitarra entre los brazos, en medio de dos sombrillas, mira el mar. No hay otros personajes más que el agua en calma, el cielo despejado en aparente silencio, como si fuera la primera vez de ambos —el hombre y el mar—, para conocerse. Dos completos extraños, de diferentes latitudes, se cantan una canción.

Es el agua y el cielo de las playas de Veracruz. La pintura se titula Sólo frente al mar, el verso de la canción popular “La Playa Sola”, de los Invasores de Nuevo León.  Roy Carrum capturó la imagen en una visita a estos territorios de los que es nativa su esposa. Decidió bajar del coche al ver desde la ventanilla, como un fara fara norteño caminaba sobre la arena. Capturó la fotografía para después pasarla al óleo.

Sólo frente al mar es una de las nueve pinturas que forman parte de la exposición Norte Alterado, —presente en el Recinto del Patrimonio Cultural Universitario de la ciudad de Saltillo— y que tienen una particularidad: son imágenes que sólo puede capturar él mismo con su cámara. Una exigencia que el pintor se ha propuesto obedecer, desde su propio proceso creativo, para aportar a la originalidad de la obra.

 

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Así como este hombre le canta al mar, la exposición contiene lugares en los cuales el tiempo se detuvo.  Revisita la cotidianidad de una ciudad del norte. Cada imagen otorga la sensación de que los mismos personajes han estado ahí durante toda la vida.

Son nueve retratos costumbristas. Miradas con cierta curiosidad antropológica sobre la actualidad. Además, —como el autor comenta— es una revitalización de un género que en apariencia es caduco debido a los prejuicios sobre el género que rodean a las, les y los artistas visuales.

“Me gusta entrar a estilos que en apariencia ya están caducos, y tratar de revitalizarlos. Hay una cosa también de género que ya muchos artistas no tocan. Por decir, el bodegón. Son géneros meramente femeninos. El género masculino pareciera que tiene que tomar riesgos. Ya sabes, hablar de política, de los temas relevantes. Las mujeres, dentro de la historia del arte, eran las que tomaban estos temas, hasta cierto punto clasificados como menores”, compartió Roy en entrevista.

Roy Carrum experimenta con las formas y los colores

La idea de revitalizar el costumbrismo tiene que ver en esta exposición con la experimentación de los colores y las formas. Noches verdes, colores vivos, formas que evocan a las novelas gráficas, la colorimetría deliberada, el pop, la composición cinematográfica, la música norteña y la cultura regional otorgan un contraste ante la vida aparentemente rutinaria que rodea a los personajes.

“Esos temas ya están archivados. A mí me gusta entrar a tratar de revitalizarlos. Ver si se les puede rascar más. Traerlos un poquito a la actualidad y no sé si lo logré. Tampoco es que quiera forzarlo. Si no se logra, no pasa nada. A veces, en entrevistas, e incluso de artistas contemporáneas mujeres, dicen, ´yo no voy a pintar bodegones porque son de señoras´. Entonces yo pienso en mi cabeza cuál si escucho eso ‘lo voy a hacer yo’”, comentó.

Sobre todo los colores son rasgos particulares de la obra de Roy. El verde de la noche, por ejemplo, es un verde viridiano que el pintor intentó que fuera el hilo conductor en la mayoría de las pinturas, mismas que le tomaron alrededor de tres años lograr concretar.

 

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“Vi un hilo conductor a través del color también. Me interesa mucho el color. Es parte de mis intereses dentro de la pintura. Su manejo. Puedes armonizar una serie a través de usar ciertos tonos parecidos. Puedes elegir una serie de tonos que a veces los eliges de manera inconsciente. Luego te has dado cuenta como de, ´órale, estoy usando un verde casi para todos’.  Uno cree que lo hace como muy al azar, pero luego de un tiempo te das cuenta como que, ‘ah, mira, este año use mucho esta camisa’. Pasa lo mismo con los colores. Se llama verde viridiano y lo intenté utilizar como hilo conductor”, indicó.

Aparte del músico solitario frente al mar, hay más personajes tomados de la calle. Un trío de fara fara, un vendedor de conos de cajeta, un par de comerciantes de sandías, un acordeonista y dos hombres platicando en una plaza durante una noche verde. No hay tecnología. No hay pantallas. No hay prisa.

“Tengo ya un tiempo trabajando sobre naturaleza muerta. Tuve una serie hace varios años que habla sobre instrumentos musicales. Pintaba bodegones de instrumentos musicales y frutas. Trataba de hacer una relación entre ellos. La evolución de esa serie es esta exposición.

 

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“Es el pasar de los instrumentos musicales, a la gente que los toca. Ahora quise rescatarlos con personas. Y también sólo retrataba frutas en el bodegón clásico.  Ahora las tomo bajo el azar de la calle. He seguido esos procesos, de cómo las mercancías salen del campo y cómo van pasando hasta llegar al supermercado o a nuestra casa”, dijo Roy.

La estética de los norteño está impregnando en la industria musical, en la literatura, el entretenimiento, la comedia y el cine. Se habla, incluso, de la norteñalización del país. En la obra de Roy no es la excepción. Al respecto, el pintor señaló que no sólo el norte tiene algo que ofrecer, sino todas las regiones del país.

“Pues quería hacer una exposición regional. La expo anterior a esta tenía que ver con paisaje en unas playas en Europa. Eran personajes en playas frías. Vivo desde hace tiempo aquí en Saltillo, en el centro histórico. Entonces es un poco de lo que estoy retratando. Yo creo que, como todas las regiones, cualquier lugar tiene que ofrecer algo”, concluyó.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Reporte Índigo

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