Preocupa la Disminución de Insectos en la Región: Advierten sobre Impacto Ambiental y Pérdida de Biodiversidad

Redacción/CAMBIO 22

José María Morelos, 17 de julio. –  En las últimas décadas, la presencia de insectos en la región ha disminuido de forma alarmante. Lo que antes era común —ver enjambres de mariposas, termitas voladoras o incluso ser invadido por marabuntas— hoy es cada vez más raro. De acuerdo con el doctor Jorge Albrecht Mérida, investigador por México adscrito a la Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo (UIMQROO), esta reducción podría estar relacionada con múltiples factores ambientales que van desde el uso intensivo de agroquímicos hasta el cambio climático y la pérdida de hábitats.

En entrevista, el especialista adscrito al Centro de Innovación para el Desarrollo Apícola Sostenible (CIDOS), explicó que especies que antes eran vistas con frecuencia —como libélulas, mariposas, luciérnagas y termitas aladas— ahora han disminuido drásticamente.

“Cuando era niño, era común ver grandes cantidades de insectos durante ciertas temporadas. Hoy ya no es así, incluso especies como las hormigas marabunta han dejado de aparecer en muchos lugares donde antes eran comunes”, lamentó.

Mérida indicó que parte del problema tiene que ver con la fragmentación del paisaje natural. “Los insectos necesitan corredores biológicos para desplazarse. Cuando se tala, se cambia el uso del suelo o se urbaniza sin planeación, se pierden esos espacios vitales”, señaló. Además, mencionó que la contaminación lumínica podría estar afectando a especies como las luciérnagas, cuya comunicación y reproducción depende de señales luminosas.

Aunque la pérdida de insectos puede parecer un asunto menor, el investigador advirtió que la situación debe tomarse en serio. “Los insectos cumplen funciones ecológicas fundamentales: polinización, control de plagas, degradación de materia orgánica… su desaparición tiene consecuencias directas sobre la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico”, puntualizó.

El doctor Mérida también destacó la necesidad de acercar la información científica a las comunidades rurales, especialmente a quienes viven de actividades como la agricultura. “Mucha de esta información se queda en publicaciones técnicas, inaccesibles para el público general. Es urgente democratizar el conocimiento para generar conciencia”, expresó.

En cuanto a los datos duros, reconoció que existen estudios recientes que documentan este declive, aunque no citó cifras exactas en esta ocasión. Sin embargo, puso como ejemplo el caso de la mariposa monarca, cuya población ha sido severamente afectada por la deforestación en sus rutas migratorias, aunque en años recientes ha mostrado una leve recuperación gracias al monitoreo y conservación.

Actualmente, el investigador colabora con la UIMQROO en el estudio de abejas nativas sin aguijón, como la melipona beecheii, conocida localmente como xunán ka’ ab, especies también vulnerables por los mismos factores que afectan al resto de los insectos.

Finalmente, hizo un llamado a reflexionar sobre cómo nuestras acciones están afectando la vida silvestre. “Todavía estamos a tiempo de revertir algunas de estas pérdidas, pero se requiere voluntad colectiva y una mirada más respetuosa hacia la naturaleza”, concluyó.

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