Playa Del Carmen, se Convierte en una Marca Que Seguirá Beneficiando a los Multimillonarios que han Invertido en el Desarrollo Turístico

•  Necesariamente Incómoda

Graciela machuca Martínez / CAMBIO 22

26 de febrero-. Mientras la población residente y la visitante en el municipio de Solidaridad, en Quintana Roo, a pesar del cambio de colores en las administraciones municipales siguen enfrentando graves problemas por la inseguridad, la falta de infraestructura eficiente, así como el caos en la vía pública, tanto por la presencia del comercio informal como de los emisarios del crimen organizado que se dedican al llamado cobro de piso, otro tipo de extorsiones y a generar violencia para lograr sus objetivos, al gobierno morenista se le ocurrió la idea de cambiarle el nombre a este municipio al de Playa del Carmen, como históricamente se le ha conocido a la ciudad designada como cabecera municipal.

El municipio de Solidaridad se fundó durante la administración federal de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), quien decidió imponerle el nombre de Solidaridad, marca con la que vendía sus programas asistencialistas, a la fecha nada ha cambiado, solo la marca cambió a Bienestar, pero en ese entonces, los priistas que ahora se encuentran en MORENA nada quisieron hacer para que el nuevo municipio se llamara Playa del Carmen, pero ahora se rasgan las vestiduras para concretar una nueva imposición, ya que la ciudadanía tiene otras prioridades como es terminar con la corrupción, la impunidad, la inseguridad pública y el deterioro sistemática al medio ambiente como resultado de la complicidad entre los grupos gobernantes y la iniciativa privada que encontró el deterioro ambiental su fuente de riqueza.

Al hacer una comparación de las prácticas de gobernar entre el PRI y la llamada 4T no existe diferencia alguna, ya que las disidencias podrán tener voz, pero no voto y toda aquella persona que no esté de acuerdo con las imposiciones morenistas son catalogadas como enemigas de la patria y objeto de descalificaciones y muestras de odio, uno de los principales legados de Andrés Manuel López Obrador.

Este 26 de febrero de 2025, con 15 votos a favor de integrantes del Cabildo del aun Ayuntamiento de Solidaridad, se aprobó el cambio de nombre al de Playa del Carmen. Hubo un voto en contra y una ausencia.

Para que la imposición se legalice, la iniciativa respectiva será enviada a la XVIII Legislatura del Congreso del Estado de Quintana Roo para su análisis y aprobación. Días después, por forma, pasará por la revisión de los otros 10 cabildos restantes de la entidad, los cuales, por su militancia morenistas, solo levantarán el dedo para aprobar dicha. Posteriormente, el Congreso solo cubrirá las formar al enviar el Decreto al Poder Ejecutivo para su promulgación y publicación respectiva en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, de esta manera una mi posición más de la 4T será consumada.

En el desarrollo de la Décima Sesión Ordinaria del Cabildo de Solidaridad, el regidor José Luis Toledo Medina votó en contra de la propuesta, mientras otros regidores de su mismo grupo político PAN-PRI ya había negociado su voto con la presidenta municipal Estefanía Mercado.

Toledo Medina al argumentar su postura presentó una carta respaldada por ocho mil firmas ciudadanas, solicitando transparencia en el proceso y pidiendo detalles sobre el costo de la modificación.

Este proceso de cambio de nombre del municipio de Solidaridad a Playa del Carmen inició de manera formal el pasado 13 de enero y solo bastaron seis semanas para cubrir la forma de consultar a la ciudadanía, porque en los foros, más que debate sobre el tema, estuvieron plagados de justificantes de la imposición.

Esta decisión tomada, sin retroceso, incluso antes de que la falacia de consulta, fue argumentada en el sentido que el cambio de nombre busca reforzar la identidad de Playa del Carmen, “una de las ciudades más emblemáticas del Caribe mexicano y principal motor económico del municipio”.

Recordemos que, en el año de 1988, después del paso del Huracán Gilberto, un grupo de personas residentes en Playa del Carmen como Marciano “Chano” Toledo Sánchez, Diego Güemes, Miguel Santin Velázquez, Jacinto Aguilar entre otros, dieron inicio a las gestiones para buscar la categoría de municipio, ya que, hasta ese momento, Playa del Carmen era una alcaldía perteneciente al municipio de Cozumel. El entonces gobernador, Mario Villanueva Madrid presentó a la VII Legislatura del Congreso del Estado de Quintana Roo la respectiva iniciativa del Decreto respectivo.

Fue el 27 de julio de julio de 1993 cuando se aprobó y entró en vigor un día después. De esta manera, el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), quedaba plasmado en la historia del país, al llevar uno de sus municipios, el nombre de Solidaridad.

El próximo 28 de julio, al celebrarse un año más de la creación del municipio de Solidaridad, los festejos se le harán a la marca turística de Playa del Carmen para lo cual invertirán un presupuesto millonario, mientras las autoridades se olvidan que la población tiene más necesidades para las cuales se deben destinar esos millones de pesos, que serán utilizados para fortalecer las empresas de los multimillonarios nacionales y extranjeros que han invertido en este rincón de Quintana Roo.

Mientras la clase política gobernante reafirmará sus lazos de poder con la iniciativa privada, se olvidará de que en el municipio que aún se llama Solidaridad existen asuntos que merecen una atención urgente.

Una estimación conservadora indica que el costo del cambio de nombre de Solidaridad a Playa del Carmen tendrá un costo más de mil millones de pesos tanto en publicidad, cambio de imagen, cambio de nomenclatura, entre otros gastos superfluos, desde luego que estos recursos no saldrán del bolsillo de quienes integran el Cabildo de Solidaridad que fueron electos para que representaran al pueblo de Solidaridad, sino de las contribuciones del pueblo, al que dicen representar.

Con esta decisión de la cúpula del poder algunos cuantos saldrán ganando económica y políticamente, porque servirá de plataforma política electoral para que Estefanía Mercado construya su imagen para un cargo de elección popular para el 27, sin importarle dejar al municipio en la ruina y en el caos.

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