Redacción/CAMBIO 22

JOSÉ MARÍA MORELOS, 5 de enero.-En la comunidad de Sacalaca, en JMM, hace aproximadamente una década, un suceso extraordinario sacudió la tranquilidad de la comunidad. Un meteorito descendió del cielo, generando sorpresa y alarma entre los lugareños, entre ellos, el señor Demetrio Cocom Mahay, testigo directo de este impactante evento.

El material estelar, una vez en tierra, despertó la curiosidad y el asombro de los habitantes de Sacalaca, quienes recogieron los restos y los trasladaron a un pequeño museo local, convirtiendo este singular episodio en parte de la historia de la comunidad.

Transcurridos diez años desde aquel acontecimiento cósmico, los pobladores consideran que la pieza que resguardan en su museo es de un valor incalculable. La rareza del meteorito ha llevado a los habitantes del pequeño poblado a clamar por su estudio detallado, ya que creen firmemente que el material que lo compone es inexistente en la Tierra. Su análisis podría proporcionar valiosa información sobre la composición del cosmos y ser un aporte valioso para la comunidad científica.

El señor Demetrio Cocom Mahay, uno de los testigos presenciales del impacto del meteorito, expresa su convicción de que este material cósmico guarda secretos que podrían desvelar aspectos insospechados sobre el universo.

A pesar del tiempo transcurrido, la comunidad de Sacalaca mantiene viva la esperanza de que la relevancia de este suceso no se pierda en el olvido, y continúa abogando por la investigación científica del meteorito que una vez desencadenó conmoción en sus vidas.

La pieza astral sigue reposando en el pequeño museo de la localidad, a la espera de un análisis detallado que podría desvelar los misterios que yacen en su composición, desatando un cúmulo de potenciales descubrimientos que podrían trascender los límites del conocimiento actual sobre el espacio exterior.

 

 

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