Petróleo a Cuba, Huachicol en Casa
18 Dic. 2025
Ramón Alberto Garza / CAMBIO 22
Si la presidenta Claudia Sheinbaum de verdad quiere salvar de su naufragio a nuestra quebrada industria petrolera -y no quiere acabar en un choque frontal de pronóstico reservado con Estados Unidos- tiene que hacerle frente al escandaloso huachicol fiscal, al criminal huachi-diésel y dejar en claro por qué todavía hoy continuamos enviando buques de petróleo a Cuba.
Es absurdo que, por un lado, estemos importando -legal o de contrabando- millones de barriles de combustibles desde Texas porque Pemex no tiene capacidad y, al mismo tiempo, estemos regalando a Cuba millones de litros de petróleo y combustible -mexicano o texano- para que sobreviva el bloqueo, como si en México nos sobrara el crudo. Eso lo admitió ayer la inquilina de Palacio Nacional.

Peor aún, que se haya descubierto -como quedó en claro en La Mañanera del martes- que su antecesor Andrés Manuel López creó una Sociedad Anónima de Capital Variable -llamada Gasolinas del Bienestar- para esconder del escrutinio público los envíos de crudo y combustibles a La Habana. ¿Bienestar para quién? ¿Negocio de quién? ¿Utilidades de la Sociedad Anónima, en beneficio de quién?
Por eso, entre los desfalcos a Pemex y al SAT con el huachicol fiscal, además de los negocios de Manuel Bartlett con el huachi-diésel y los “humanitarios” envíos a Cuba de nuestro crudo, no hay dinero que alcance. El saqueo es descarado.
Obligada está la presidenta Claudia Sheinbaum -y sus hombres y mujeres del sector energético- en presentar, cuanto antes, un detallado reporte del origen y monto de los envíos petroleros a Cuba. De qué tamaño es esa “ayuda humanitaria” a esa nación gobernada desde 1955 por una dictadura que no admite disidencia ni libertades. Ni políticas ni económicas.
Y a ese desfalco económico con el petróleo mexicano hay que sumarle los efectos políticos de que Estados Unidos es el único país -quizás junto con Venezuela- que mantiene con su energía a la dictadura creada por Fidel Castro de donde salió huyendo la familia del secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio.
El escándalo puede ser todavía mayor si se confirman las maniobras corruptas de Raúl Guillermo Rodríguez Castro, mejor conocido como “El Cangrejo”, nieto de Fidel Castro y escolta de Raúl Castro. De acuerdo a los reportes de inteligencia, este personaje registraría recientemente decenas de vuelos entre las Islas Caimán, Colombia, Panamá y México.

Estos viajes tendrían como objetivo sacar las fortunas clandestinas que acumularon los Castro y sus allegados en 7 décadas de dictadura y que fueron enviadas a esos paraísos fiscales. Hoy, frente a la inminente caída del venezolano Nicolás Maduro, esas fortunas deben de ser escondidas en otros países, incluido México. Algunos refieren datos concretos, como que una aeronave Dassault Falcón 900 EX es utilizada por el nieto de Fidel Castro y ya tiene registros de aterrizaje en el Aeropuerto del Norte, en Apodaca, Nuevo León. Ese aeropuerto pasó recientemente a custodia del Ejército mexicano, y en esas pistas se le habrían facilitado traslados no sólo de personajes cubanos, sino de enormes cantidades de efectivo sustraído de los paraísos fiscales que ya no son seguros para esconder lo que le saquearon a Cuba.
A esas crecientes fricciones que se están dando entre México y Estados Unidos por el petróleo enviado a Cuba deben sumarse los choques frontales por las dos docenas de espías rusos que, desde finales de la administración Biden y a la fecha, vienen engrosando las operaciones de la embajada rusa y que despachan ya en territorio mexicano. Una amplia investigación -publicada el pasado 8 de diciembre por el diario The New York Times- da los pormenores de cómo México está convertido en un paraíso para los servicios de inteligencia rusos. En el texto se revela que el gobierno de Morena rechaza enfrentar esa crisis diplomático-política y de seguridad, a pesar de recibir detalladamente de los servicios de inteligencia norteamericanos los nombres de eso espías rusos.
La crisis del crudo a Cuba y la de los espías rusos en México son dos alertas rojas que desconciertan en Washington, sobre todo, en momentos en que el dictador izquierdista Nicolás Maduro está colocado contra la pared y que México está buscando congraciarse con la administración de Donald Trump para negociar no sólo menores aranceles, sino mantener con vida y con pocos cambios el T-MEC.
Flaco favor le hace la presidenta Claudia Sheinbaum a México jugando a la “caridad petrolera” y a “espías y ladrones” con dos de las naciones enemigas de Washington. Si eso no se aclara, los efectos inmediatos para el Segundo Piso de la Cuarta Transformación serán desbastadores. Política, diplomática y económicamente.
KXL/RCM




















