Pesadilla Ambiental

• Yucatecos subrayan la aguda precariedad en la que viven los especímenes del Zoológico de Ciudad del Carmen

Redacción / CAMBIO 22

Lunes 20 de octubre.- Para una familia yucateca que visitó el Ecoparque de Ciudad del Carmen, lo más destacable de dicho lugar es el estado deplorable en que viven la mayoría de los ejemplares que ahí son sobreviven.

Lo que comenzó como una salida familiar para sus dos pequeños hijos terminó en una pesadilla digna de una película de terror ambiental.

Las imágenes que hicieron llegar a este medio hablan por sí solas: jaulas oxidadas, animales enfermos, sucios, desnutridos y con la mirada perdida, atrapados en un sitio que, lejos de ser un refugio natural, parece más bien una prisión del olvido y la negligencia.

“Nos quedamos en shock —relató la familia—. Vimos monos, loros y hasta un felino… todos con un ojo menos. Las jaulas están rotas, el olor es insoportable, y da tristeza ver cómo los animales se mueren lentamente frente a los visitantes sin que nadie haga nada”.

El recorrido, que debía ser educativo, se convirtió en un triste espectáculo de abandono. Los visitantes no tardaron en comparar el lugar con una “granja chafa de atracciones, donde guardan los animales que no caben en el patio del alcalde”.

“Es el colmo —dijeron indignados—. El mismo alcalde que presume un monumento a San Francisco de Asís, el santo de los animales, tiene este cementerio viviente dentro de su propio parque”.

Por si fuera poco, los turistas denunciaron que en el Eco Parque te cobran hasta por respirar. Entre precios inflados por actividades mediocres y una atención deplorable, criticaron que el gobierno municipal predique la “democratización de los espacios públicos” mientras convierte el parque en un negocio privado para unos cuantos.

El sitio, señalaron, es un foco de infección: moscos por doquier, agua estancada y un hedor insoportable que ahuyenta a cualquiera. “Es un riesgo para la salud —advirtieron—. No sabemos cómo pueden tener abierto un lugar así”.

Peor aún, acusan que cierran áreas completas del parque para eventos privados y fiestas infantiles de los hijos y familiares de funcionarios. “Todo huele a privilegio y descaro”, comentaron.

Decepcionados, los visitantes aseguraron que jamás volverán al Eco Parque, e incluso se lo pensarán dos veces antes de regresar a Ciudad del Carmen.

“La policía municipal trata mal a los foráneos, los espacios públicos están destruidos y no hay una sola muestra de hospitalidad. Así jamás levantarán el turismo”, sentenciaron.

Concluyeron con una frase que resume su amarga experiencia: “En lugar de un parque ecológico, encontramos un zoológico del horror. Un lugar donde la crueldad animal y la desidia del gobierno se dan la mano bajo el sol del abandono”.

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