Redacción/CAMBIO 22

Ante el riesgo de una explosión mayor, las autoridades decidieron liberar de forma controlada los gases tóxicos provocados por la quema del material transportado.

Asimismo, tomaron la decisión de desalojar a la población que vivía dentro de un radio de 1,6 kilómetros del accidente, aunque la medida se extendió al condado de Beaver, Pensilvania. No todos los pobladores quisieron irse de sus casas.

Las autoridades también advirtieron que se crearía una columna de cloruro de hidrógeno y fosgeno, gas que ocasiona afectaciones a la salud y es capaz de causar la muerte.

“Se pide a los residentes que viven dentro de una milla [1,6 km] del lugar del descarrilamiento del tren que aún no han salido de sus hogares que evacuen de inmediato debido a la posibilidad de una gran explosión”, advirtió el gobernador, Mike DeWine.

En medio del desastre, el periodista Evan Lambert fue detenido mientras investigaba el impacto ambiental del accidente. A pesar de que el comunicador fue puesto en libertad horas después, el caso provocó que las teorías de conspiración incrementaran, así como otras dudas relacionadas con el verdadero impacto de la liberación de los gases tóxicos.

Hasta ahora, los residentes de la zona y algunos medios han reportado la muerte de peces, ranas, pollos, perros y zorros, así como la contaminación del aire y el agua.

¿Cortina de humo?

Paralelamente, el Pentágono convocó a una rueda de prensa el 12 de febrero para informar sobre las supuestas apariciones de objetos aéreos no identificados en Estados Unidos y Canadá. De acuerdo con el general Glen D. VanHerck, jefe del Comando Norte de la Fuerza Aérea, la comunidad de inteligencia y contrainteligencia del país continúa evaluando “cada amenaza o amenaza potencial desconocida que se acerca a América del Norte, con la intención de identificarla”.

Estas declaraciones se dieron luego del derribo del tercer objeto volador no identificado en tan solo 3 días. “Los estamos llamando objetos y no globos por una razón”, precisó VanHerck.

Con todo, las teorías de conspiración no se han hecho esperar en redes sociales, en medio de la falta de claridad por parte de las autoridades estadounidenses, al punto de que algunos medios de otros países han llamado el Chernóbil químico de EEUU al incendio del tren.

Por su parte, la National Transportation Safety Board informó que un problema mecánico fue la causa del accidente, mientras que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) declaró que el daño ambiental es limitado.

Terrible contaminación ambiental, y el pentágono hablando de ovnis.

Cada día se hace más evidente la legalidad de la plutocracia norteamericana, sus actos contra la vida humana, contra la vida en la tierra es más graves, sólo que por recurrentes ya las asumimos como “normales” cuando en realidad son actos que no acercan a un abismo sin presidente. Todo eso se debe a la irremediable caída del imperio que no caerá sin arrastrar con él todo lo que pueda, como alegara Gramsci “soy un pesimista por mi razón pero un optimista por mi voluntad” solo nuestra voluntad podrá salvarnos, no podemos dejar la acción a la casualidad: o nosotros los humanos o ese grupúsculo fascista norteamericano.

 

 

 

Fuente Sputnik

redaccionqroo@diariocambio22.mx

IAA

WhatsApp Telegram
Telegram