• Un video viral muestra al pastor Jorge Pompa pidiendo un terreno de más de 3 millones de lempiras a un feligrés para “ser bendecido”, desatando críticas por manipulación espiritual

 

  • La controversia revive el debate sobre el “evangelio de la prosperidad” y los límites del abuso religioso en congregaciones vulnerables

 

 

Gabriel Hernández/ CAMBIO 22

Tegucigalpa.– Una reciente grabación se convirtió en foco de indignación colectiva, en plena predicación, el pastor Jorge Pompa aseguró que una voz divina le indicó que debía pedir al propietario una parcela valorada en más de 3 millones de lempiras (unos 130 000 dólares) como prueba de fe.

Prometió además una recompensa material superior a los 400 000 dólares, con palabras que despertaron alarma:

“¿Quieres dinero o la bendición de Dios? Quiero tus papeles y quiero el terreno ahora”

El video explotó en redes sociales, generando una reacción unánime de rechazo, usuarios calificaron al pastor de “estafador con Biblia en mano”, lo acusaron de abuso de autoridad espiritual e incluso de violar la confianza de feligreses vulnerables.

Para expertos en ética religiosa esta situación no es solo insólita, se trata de una manifestación del evangelio de la prosperidad, doctrina que condiciona bendiciones a entregas materiales e incentiva la manipulación de la fe con fines económicos.

La polémica se profundizó con otro clip difundido hace días donde Pompa incluso calificó de “maldecidas” las pocas ofrendas hechas por feligreses, advirtiendo públicamente que sin diezmo no había favor divino.

El caso abre un debate urgente sobre los límites entre la espiritualidad y el abuso.

¿Dónde trazar la línea entre una revelación genuina y una violación del consentimiento bajo presión religiosa?

Para muchos, este incidente atraviesa esa frontera con advertencia clara.

Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

GCH

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