Redacción/CAMBIO 22

“Yo soy quien soy porque hubo gente que abrió el camino para poder cambiar mi nombre”, asegura Ophelia Pastrana. En su piel lleva tatuada la bandera de su natal Colombia y la de México, donde el gobierno le otorgó en 2018 el cambio de identidad a una persona migrante transgénero.
Ophelia lucha por los derechos de la comunidad LGBTI+ y sobre todo, “por los derechos humanos”. Para ella, lo trascendente es la diversidad: “Es un espacio donde, por nuestras diferencias, nos unimos”.

“He sufrido más violencia por ser mujer que por ser una persona LGBTI+”
“Ser mujer trans para mí viene con tanto orgullo como el decir que soy mexicana”: Ophelia lamenta que aún exista gente que “piensa que las mujeres somos inferiores, ¿cuántas mujeres vemos en direcciones o presidencias? Así de fuerte es la presión patriarcal. Me da rabia”.

“La misoginia está presente en el mundo LGBTI+. Cuando yo digo travesti, hay gente que piensa en un hombre en falda, pero es igual de travesti una mujer en pantalones. Que un hombre se ponga falditas es causal de despido y el tacón no es lo que te hace mujer”.
“Por supuesto que hay discriminación”. Pastrana tiene una demanda contra un restaurante porque le pidieron que ‘no vaya a los baños’. “¿A qué le temen? He escuchado historias muy fuertes, una amiga tuvo un accidente vehicular, llegó la ambulancia y le dijeron ‘no llevo jotos´ y se negaron a darle la atención. ¿En qué momento abogan por no defender los derechos humanos?”.
“Las violencias nunca vienen solas. Si una persona cometió un acto conmigo, yo sé que esa persona va a demostrar violencias en otros lugares. Es un filtro de gente idiota, lo que se busca es igualdad, equidad y diversidad”.

“La diversidad es hermosa porque todo el día te estás cuestionando todo”
Pastrana destaca la importancia del apoyo de la familia en torno a la transición. “Hay gente que está dispuesta a golpear a sus hijos, que está dispuesta a correr a una persona menor de edad de la casa solo porque se dejó el cabello largo. Es cruel”.

“La diversidad es ver la vida de colores. No entiendo de dónde viene esas ganas de querer que tus hijos sean como una extensión de ti”.

“Si convives con violencia todos los días te desarrollas de un modo diferente. La expectativa de vida, si eres una mujer trans es mucho menor que la de una mujer cisgénero”, lamenta.
“México es una chingonería”, pero, ¿cómo enfrentar la discriminación?

Para Pastrana el mayor reto de vivir en México es enfrentar la misoginia. “Hay muchas personas que no están dispuestas a decirle a un amigo ‘oye, no seas misógino’, o a detener un acto de transfobia, aunque lo estén viendo”.

“La sociedad enfoca toda la problemática LGBT a la gente LGBT, en lugar de confrontar al opresor. Hay que confrontar a la gente que discrimina, hay que eliminar las violencias”, concluye.

Fuente : El Univeresal

redaccionqroo@diario22.mx

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