Redacción/CAMBIO 22
Un funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la semana pasada sobre una “ventana de oportunidad que se cierra” para que los países europeos eviten que sus sistemas de atención médica se vean abrumados a medida que la variante Ómicron produce un crecimiento casi vertical en los contagios.
En Francia, Gran Bretaña y España, naciones con programas nacionales de salud comparativamente fuertes, esa ventana ya podría estar cerrada.
Una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Estrasburgo está rechazando pacientes. Un cirujano de un hospital de Londres describe un retraso crítico en el diagnóstico de cáncer de un hombre. España busca a toda costa evitar el colapso del sistema de salud debido a que Ómicron mantiene al personal médico fuera del trabajo.
Con dos años en pandemia y con Ómicron –excepcionalmente contagiosa– afectando los servicios públicos de varios tipos, el efecto de la variante en las instalaciones médicas ha hecho que muchos reevalúen la capacidad de recuperación de los sistemas de salud pública que se consideran esenciales para brindar una atención equitativa.
El problema, dicen los expertos, es que pocos sistemas de salud desarrollaron la flexibilidad suficiente para manejar una crisis como la del coronavirus antes de que surgiera, mientras que los repetidos picos de infección han mantenido al resto demasiado preocupado para implementar cambios durante la prolongada emergencia.
Con información de Vanguardia
JFCB