Redacción/CAMBIO 22

José María Morelos, 17 de enero.- En el parque Forjadores del Kilómetro 50, el busto alusivo a José María Morelos que da nombre al municipio se erige como un triste recordatorio de la desidia y el derroche de recursos públicos. Fabricado de unicel, un material frágil y barato, la figura muestra un deterioro evidente apenas unos meses después de haber sido “reparada”.

A su lado, lo que debía ser un homenaje al árbol de zapote y a los chicleros que dieron origen al municipio resulta una grotesca representación de mal gusto. Las figuras de los chicleros que completaban este escenario han desaparecido con la promesa de ser “llevadas a reparar”, aunque pocos creen que regresen.

El uso de materiales endebles y la evidente falta de mantenimiento reflejan una ejecución negligente y una total falta de respeto hacia el patrimonio local y los ciudadanos. Lo más indignante es el alto costo que estas “obras” representaron para el erario, un gasto que raya en el insulto para los contribuyentes.

Las autoridades responsables deben rendir cuentas. Obras de tan baja calidad no solo fallan en honrar la historia y cultura del municipio, sino que también evidencian la falta de visión y compromiso hacia el desarrollo de espacios públicos dignos.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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