Obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas: “El ritual en la Suprema Corte Vulnera el Estado Laico y Refleja la Falta de Imparcialidad”

Alejandro López / CAMBIO 22

Cancún, Q. Roo, 07 de Septiembre.- El Obispo Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, expresó su preocupación sobre un reciente ritual realizado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), durante la ceremonia de inicio de actividades de los ministros el 1 de septiembre.

En dicha ceremonia, se llevaron a cabo invocaciones a Tonanzin diosa mexica de la tierra, acompañadas de saumerios, copal y la entrega de bastones de mando como símbolos de purificación.

El Obispo Elizondo calificó este acto como una violación al principio de separación entre iglesia y estado, un fundamento esencial en la Constitución Mexicana.

Apuntó que el uso de rituales religiosos en un contexto político como el de la Suprema Corte representa una transgresión al carácter laico del Estado mexicano, que debe ser no confesional.

“Es una violación al estado laico, separación de iglesia y estado, religión y estado, no se puede mezclar las dos cosas”, enfatizó. 

El Obispo cuestionó la pertinencia de incorporar ritos religiosos en ceremonias oficiales, especialmente en servicios públicos que deben estar ajenos a influencias religiosas.

“Meter ritos religiosos, saumerios, purificaciones, limpias, en la política o en los servidores públicos, es violar la Constitución”, afirmó.

Elizondo Cárdenas también destacó que esta incorporación de prácticas religiosas en los espacios oficiales pone en duda la imparcialidad del Poder Judicial mexicano.

A su juicio, este tipo de rituales no solo vulnera el estado laico, sino que también socava la autonomía e independencia de las instituciones judiciales.

“Todo parece indicar que el Poder Judicial no será imparcial”, afirmó el Obispo, subrayando que si el proceso judicial en México ya ha estado marcado por controversias y polémicas, este tipo de prácticas solo empeorarán la percepción pública de la justicia en el país.

“Por sus frutos los conoceréis”, dijo Elizondo, sugiriendo que el sistema judicial mexicano no ha logrado demostrar la autonomía y libertad que se espera de un poder judicial en una república democrática.

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