Nuevos Aranceles de Trump Amenazan con Acelerar la Decadencia Urbana en las Ciudades Industriales de EE.UU.
29 Abr. 2025
-
El Aumento de Aranceles Podría Hundir Aún Más al Rust Belt, Incrementando el Desempleo, la Pobreza y el Abandono Urbano
-
Proteccionismo Extremo y Crisis de Insumos Ponen en Riesgo la Estabilidad de Detroit, Cleveland, Pittsburgh y Otras Ciudades
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
Donald Trump impone aranceles elevadísimos a todas las importaciones, su plan contempla subir un 60% los impuestos a bienes chinos y entre 10% y 20% a los procedentes de otros países, esto ampliaría enormemente el alcance del proteccionismo anterior.
Por contexto, las tarifas de su primera “guerra comercial” de 2018 gravaban unos $380.000 M de importaciones, frente a más de $3,1 billones (trillones) que entraron al país en 2023.
El efecto inmediato sería un caos logístico, empresas estadounidenses que dependen de insumos extranjeros tendrían que renegociar contratos o buscar nuevos proveedores, interrumpiendo cadenas de suministro.
Impacto macroeconómico en EE. UU.
Un alza generalizada de aranceles tendría efectos muy nocivos, las investigaciones coinciden en que las tarifas provocan alzas duraderas de precios al consumidor; los importadores suelen traspasar el costo a los clientes casi en su totalidad.
La Fed de Boston estima que alrededor del 10% del gasto de consumo subyacente en EE. UU. corresponde a bienes importados, por lo que imponer aranceles generalizados tensionaría directamente ese 10% del gasto de los hogares.
Además, los aranceles internacionales anteriores mostraron consecuencias negativas adicionales, la Fed reportó que en 2019 las empresas manufactureras enfrentaron “costos más altos de materias primas y menores márgenes”, lo que llevó a reducir producción y recortar personal.
Empleo:
La evidencia empírica sugiere que el balance de empleo sería negativo.
Un informe del Banco de la Reserva Federal (Fed) indica que los aranceles de Trump (2018-2019) redujeron el empleo manufacturero en un 1,4%, anulando con creces las ligeras alzas en industrias protegidas. De hecho, un estudio del MIT concluye que los aranceles estadounidenses no tuvieron un efecto significativo en la tasa de empleo de las regiones industriales, mientras que los aranceles de represalia extranjeros sí causaron caídas “modestas pero significativamente negativas” en empleo y salarios.
-
Oxford Economics estimó que las recientes tarifas costaron 245.000 empleos y 0,5% del PIB de EE. UU., reduciendo el ingreso real en unos $675 por hogar. En otras palabras, la mayoría de los sectores perderían más empleos por el encarecimiento de insumos que los que ganarían por protección arancelaria.
Inflación y precios:
Los aranceles harían subir los precios internos, al gravar productos importados, el costo de artículos de consumo y bienes intermedios aumenta.
Un análisis de Brookings recuerda que en la experiencia pasada los clientes estadounidenses terminaron pagando “precios más altos por el valor total del arancel”. El Libro Beige de la Fed documentó que minoristas y fabricantes trasladaron ya en 2019 parte del sobrecosto a consumidores, y que en algunos casos tuvieron que absorber tarifas y sacrificar márgenes, además, la escalada arancelaria encarecería materias primas (por ejemplo, acero) y presionaría al alza los precios generales, alimentando la inflación, dado que importaciones directas e indirectas representan ~10% del gasto privado, imponer aranceles sobre la mayoría de ellas produciría un choque inflacionario visible.
Inversión industrial y productividad:
Un programa masivo de aranceles desincentivaría la inversión privada. Al reducir la apertura comercial y crear incertidumbre, menor capital foráneo fluiría al país. Un modelo económico señala que al cerrar la economía (“reduce la apertura” e incluso los flujos internacionales de capital), la demanda de bonos del Tesoro subiría rendimientos e incrementaría el costo de la inversión privada. En paralelo, las industrias beneficiadas perderían productividad, un estudio histórico del NBER muestra que, en el pasado, altos aranceles estadounidenses estuvieron asociados con menor productividad laboral en el sector manufacturero,la suma de estos factores desalentaría la innovación y la expansión de plantas, frenando la modernización industrial.
Estabilidad financiera:
Las finanzas públicas y el sistema bancario sufrirían por múltiples frentes, por un lado, aumentar aranceles podría elevar transitoriamente los ingresos fiscales, pero el daño al crecimiento económico haría más difícil estabilizar la deuda pública a mediano plazo. Un modelo indica que la contracción del PIB – proyectada en varios puntos porcentuales – empeoraría el ratio deuda/PIB.
Por otro, el dólar se fortalecería ante la escasez de bienes importados, presionando a países emergentes con deuda en dólares, de hecho, Fitch Ratings advirtió que países exportadores dependientes del mercado estadounidense (como Bangladesh, Vietnam o Sri Lanka) podrían enfrentar presiones de crédito, sus reservas en divisas disminuirían al defender la moneda frente a la caída de exportaciones, agravando el costo de su endeudamiento externo, este riesgo global de contagio afectaría indirectamente a EE. UU., ya que crisis en cadenas de suministro mundiales y financiamiento externo repercuten en la volatilidad financiera global.
Efectos sobre la decadencia urbana en EE. UU.
Las “ciudades dormitorio” industriales sufrirían un agravamiento del decaimiento urbano, con el proteccionismo exacerbado, las regiones ya golpeadas por la desindustrialización – especialmente en el Rust Belt (Medio Oeste y zona de los Grandes Lagos) – verían intensificarse sus problemas sociales.
Por ejemplo, el área metropolitana de Detroit (Michigan) experimentó en abril de 2024 el mayor aumento interanual del desempleo (+1,4 puntos porcentuales) entre las grandes ciudades de EE. UU.. Aumentos similares se dan en zonas con fábricas dependientes de insumos importados (autopartes, maquinaria, etc.). Más desempleo implicaría más pobreza, casas abandonadas y menores ingresos municipales, ello alimenta el círculo vicioso de zonas urbanas deterioradas, menor recaudación, servicios públicos escasos y menos inversión en renovación urbana.
Las ciudades industriales de Ohio (Cleveland, Cincinnati), Pensilvania (Pittsburgh), Illinois (Chicago) o Wisconsin (Milwaukee) también concentrarían el riesgo, pues su tejido productivo es vulnerable a encarecimientos de insumos o represalias comerciales. En suma, expertos advierten que al empobrecer aún más a regiones de altos ingresos medios, los nuevos aranceles podrían profundizar la carencia económica y el deterioro de infraestructuras urbanas en esos estados.
Comparación internacional
En el plano global, un “nuevo proteccionismo Trump” repetiría patrones conocidos de crisis comerciales.
Históricamente, episodios de altos aranceles han agravado las recesiones: p.ej. el arancel Smoot–Hawley de 1930 desencadenó represalias generalizadas que hundieron el comercio mundial y profundizaron la Gran Depresión. Organismos multilaterales actuales advierten lo mismo: la OMC alertó en 2018 que “un ciclo de represalias es lo último que necesita la economía mundial” y que políticas proteccionistas podrían revertir años de crecimiento del comercio.
De hecho, tras la guerra arancelaria pasada, el comercio global se reorganizó pero no se desplomó; el FMI explica que lo que se frenó fue el intercambio entre EE. UU. y China, mientras que otras economías absorbieron la demanda.
En la práctica, países estrechamente ligados a EEUU reaccionan con contramedidas.
Canadá y México, los mayores socios comerciales del norte, han advertido represalias, Canadá anunció aranceles del 25% sobre más de $150.000 M en bienes estadounidenses, México forzó una “pausa” al diferimiento arancelario tras negociar mayor vigilancia migratoria, pero mantiene la tensión, por su parte, China ya ha prometido respuestas “en defensa de sus intereses legítimos”, recordando que “no hay ganadores en una guerra comercial”.
En otras regiones, la Unión Europea prepara contramedidas arancelarias propias.
Y más allá, economías asiáticas de alto crecimiento exportador (Vietnam, Tailandia, Corea, China) arriesgan desaceleración si cae la demanda de EEUU; Fitch destaca que esos países “enfrentan amenazas directas” a su modelo económico basado en exportaciones a EEUU.
Fuentes: Datos del Banco de la Reserva Federal (Beige Book) y del Bureau of Labor Statistics; estudios del Brookings Institution y Penn/Wharton Budget Model; análisis de economistas de IMF, Fed Boston y MIT; informes de organismos multilaterales (OMC) y agencias calificadoras (Fitch).
Estos recursos proporcionan bases oficiales para las cifras y proyecciones mencionadas.
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22
redaccionqroo@diariocambio22.mx
GCH