• El iceberg A-84, con un tamaño de 30 por 17 kilómetros, inicia su recorrido por el océano, despertando preocupaciones sobre la aceleración del deshielo en la región polar

 

Redacción/ CAMBIO 22

La Antártida ha vuelto a perder un enorme fragmento de su plataforma de hielo. El iceberg A-84, con una extensión de 30 por 17 kilómetros, ha iniciado su travesía a la deriva tras desprenderse de la barrera de hielo Jorge VI. Este fenómeno, captado en imágenes satelitales de la NASA, no solo es impresionante por su tamaño, sino que también genera interrogantes sobre el impacto del calentamiento global en las regiones polares. ¿Es este un evento aislado o parte de una tendencia preocupante?

Un gigante de hielo en movimiento

El iceberg A-84 se separó de la barrera de hielo Jorge VI a principios de 2025 y, en tan solo un mes, ya se ha desplazado unos 250 kilómetros. Su trayectoria ha sido seguida gracias a los satélites Terra, Aqua y Suomi NPP de la NASA, cuyos instrumentos han capturado su viaje desde el polo sur hasta mar abierto.

Christopher Shuman, glaciólogo retirado de la Universidad de Maryland, destacó la rapidez con la que el iceberg ha sido arrastrado por las corrientes: «Hace preguntarse qué ocurre en el agua debajo de la plataforma de hielo». Esta reflexión pone de relieve una cuestión clave: el impacto del océano en el deshielo de la Antártida.

¿Por qué se desprendió el A-84?

El desprendimiento de icebergs es un proceso natural en las plataformas de hielo flotantes. Sin embargo, factores como el aumento de la temperatura del aire y del agua pueden acelerar este fenómeno y comprometer la estabilidad de grandes extensiones de hielo.

En el caso de la barrera Jorge VI, los registros históricos muestran una pérdida progresiva de hielo. Aunque su posición entre la península Antártica y la isla Alexander le ha dado cierta estabilidad, estudios recientes han señalado que la plataforma se ha adelgazado en las últimas décadas. Esto podría hacerla más vulnerable a fracturas y desprendimientos masivos en el futuro.

¿Qué pasará con el iceberg A-84?

Los icebergs que se desprenden de la Antártida suelen ser empujados por la Corriente Circumpolar Antártica, un sistema oceánico que los arrastra a través del océano Austral. Su velocidad y dirección dependen de factores como el viento, las corrientes marinas y la interacción con otros fragmentos de hielo.

El iceberg A-68, que se desprendió de la plataforma Larsen C en 2017, recorrió más de 1,500 kilómetros en su primer año a la deriva antes de fragmentarse en el Atlántico Sur. El destino del A-84 dependerá de cuánto tiempo conserve su estructura antes de comenzar a desmoronarse.

¿Es este un síntoma del cambio climático?

La separación de icebergs no es un fenómeno nuevo, pero el aumento de su frecuencia sí es motivo de preocupación. Las mediciones del Programa de Observación del Clima del Océano Austral han revelado un incremento en la temperatura de las aguas profundas que rodean la Antártida. Este calentamiento debilita las plataformas de hielo desde abajo, facilitando la formación de grietas y acelerando su fragmentación.

Si esta tendencia continúa, el desprendimiento de icebergs podría intensificarse, afectando el equilibrio del ecosistema antártico y contribuyendo, en menor medida, al aumento del nivel del mar.

El iceberg A-84 es solo el último de una serie de gigantes de hielo que se han desprendido en los últimos años. Su viaje servirá como un recordatorio de que los cambios en los polos no solo impactan a la Antártida, sino a todo el planeta.

Fuente: Gizmodo

redaccionqroo@diariocambio22.mx

HTR/AGF

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