Ciro Gómez Leyva / CAMBIO 22

El espíritu arrollador del régimen 4T quedó expuesto ayer quizá con más naturalidad que nunca. Ocurrió en Palacio Nacional. Primero se hizo pasar a Pablo Gómez, flamante coordinador de la comisión gubernamental que moldeará la iniciativa de reforma electoral. Invitó a una consulta “amplia e incluyente” a ciudadanos, organizaciones sociales, comunidades indígenas y, sí, también a los partidos.

Presentó un paquete con encuestas, audiencias “públicas”, debates “públicos”, eventos “públicos” para analizar libertades políticas, representación del pueblo, financiamiento a los partidos, regulación de la competencia, etcétera, y luego entregarle las conclusiones en enero a la presidenta Sheinbaum.

Claudia Sheinbaum vive un agitado primer mes en la Presidencia de México

En un segundo momento, a pregunta expresa, la Presidenta respondió que los partidos opositores podrán concurrir con ideas y opiniones, pero no tendrán injerencia en la redacción de la iniciativa. Una iniciativa que, todo hace pensar, Morena y su aplanadora votarán en febrero, tal como Palacio Nacional quiere que se vote hoy. Gracias por la franqueza, supongo que dirán ahora los opositores ante la evidencia de que no los están invitando a un diálogo real o a un acuerdo amplio. La Presidenta y los suyos tienen el poder y no los necesitan, ni de comparsas ni para decirles: gracias por participar, inútiles.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

GPC/RCM

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