• El Tribunal Supremo de EE.UU. ordenó su regreso, pero tanto la Casa Blanca como Nayib Bukele se deslindan del caso; acusan a Kilmar Abrego sin pruebas y lo mantienen en la megacárcel salvadoreña

 

Redacción/ CAMBIO 22

¿Quién puede enmendar el “error administrativo” que envió a Kilmar Abrego García a una cárcel salvadoreña? Ni Nayib Bukele ni Donald Trump tienen una respuesta para esta pregunta.

El pasado 10 de abril, el Tribunal Supremo estadounidense ordenó a la Administración Trump “facilitar” el regreso de Abrego García, migrante salvadoreño, a territorio estadounidense, después de que fuera enviado por error al Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot) en El Salvador, dentro de uno de los vuelos con más de un centenar de migrantes latinoamericanos acusados por Washington de ser pandilleros.

A pesar de la orden judicial, la Casa Blanca se ha deslindado del caso. Este 14 de abril, durante una reunión entre Trump y Bukele, Pam Bondi, fiscal general de Estados Unidos, mencionó que la decisión de devolver a Abrego García estaba en manos del Gobierno salvadoreño, no del estadounidense, debido a que Abrego García ya está en el territorio del que es ciudadano.

Pero Bukele también se desentiende. Al ser preguntado por la prensa local en su visita a la Oficina Oval, el mandatario salvadoreño negó la posibilidad de que su Gobierno permita la liberación y devolución de Abrego García a territorio estadounidense, tachando al migrante encarcelado como “un terrorista”, aunque no exista ningún acto jurídico – ni en El Salvador, ni en Estados Unidos – que respalde sus acusaciones.

“Por supuesto que no voy a hacerlo. ¿Cómo voy a enviar a un terrorista a Estados Unidos”, expresó Bukele, añadiendo que tampoco pondrá en libertad a Abrego García en territorio salvadoreño, remarcando que no le gusta “liberar terroristas”.

La negativa de Bukele a cooperar en la devolución de Abrego García refuerza la lógica con la que el Gobierno estadounidense está encarando la más reciente sentencia de la Corte Suprema estadounidense sobre el caso. El mismo día de la reunión entre Trump y Bukele, un funcionario del departamento de Justicia dijo, ante un juez federal, que el Gobierno “carece de autoridad” para impulsar el regreso del hombre salvadoreño.

La administración trumpista ha admitido que la deportación de Abrego fue un “error administrativo”, un abogado del departamento de Justicia dijo desconocer la razón por la cual el hombre fue arrestado, y la justicia estadounidense ha ordenado el regreso del hombre a Estados Unidos. Sin embargo, Trump y Bukele niegan que alguno de los dos tenga jurisdicción para acatar con lo que parece ser un consenso general sobre lo que debería ser el futuro de Abrego García.

Migrante, obrero y padre: ¿quién es Kilmar Abrego García?

Originario de San Salvador, Abrego García disfrutaba de una vida estable en su país natal. Su padre, un antiguo oficial de Policía, sus dos hermanas y su hermano mayor apoyaban a su madre en su negocio de pupusas, tortillas de maíz o arroz con relleno de queso, frijoles y carne de cerdo. El local era sumamente popular entre los habitantes de su barrio en el país de Centroamérica, según los documentos presentados ante un juez de inmigración en 2019.

El trabajo de Abrego García era comprar ingredientes en el supermercado y hacer las entregas con su hermano. Sin embargo, el éxito del emprendimiento familiar se volvió una maldición para la familia. Una pandilla, Barrio 18, comenzó a extorsionarlos y a pedir grandes sumas de dinero a cambio de su seguridad; los pandilleros llegaron a amenazar con asesinar al hermano mayor de Kilmar, Óscar; y violar a sus dos hermanas si la familia no les daba el dinero.

A sus 12 años, Kilmar sufrió la extorsión en carne propia, según los documentos de su caso de inmigración. Los pandilleros amenazaron a su padre con “llevarse” a Kilmar si no les pagaba “todo el dinero que quisieran”. 

Desesperados, los padres de la familia Abrego García enviaron a sus hijos varones a Estados Unidos para salvaguardar su integridad, primero a Óscar, y después, en 2011, a Kilmar.

Con 16 años, Kilmar llegó al estado de Maryland, en donde empezó a trabajar en la construcción junto con su hermano, quien ya se había convertido en ciudadano estadounidense. Cinco años después, conoció a Jennifer Vásquez Sura, que cuatro años más tarde se convertiría en su esposa y madre de su hijo.

Abrego García y Vásquez Sura, ciudadana estadounidense, comenzaron a vivir juntos en 2018, cuando se enteraron del embarazo de la joven que, junto con Kilmar, ya criaba a dos niños de una relación pasada. Dos de los pequeños están diagnosticados con autismo y el más pequeño, de cinco años, no puede comunicarse verbalmente, según información presentada en el juicio.

 

Fuente: France 24

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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