• El operativo dio cuenta de la ruta habitual del también llamado, en clave, el Viejo, y de la finca donde fue finalmente detenido. 
  • Asimismo, se confirmó que el círculo de protección del hijo del Chapo contaba con entrenamiento kaibil. El gobierno estadunidense ha confirmado que en la operación de captura del líder de Los Chapitos no participó

 

Redacción/CAMBIO 22 

“Quióbole, ¿puedo hablar con el Viejo?”, escucharon militares mexicanos y estadunidenses por una frecuencia de radio. La comunicación intervenida era de operadores de Los Chapitos, una de las facciones del Cártel de Sinaloa.

El interlocutor –sólo identificado como UIM 1– agrega a su petición “no es urgente”. Recibe como respuesta –de UIM 2– que hablará con el “jefe” para consultarle si es posible agendar la reunión.

Los analistas de inteligencia militar no tuvieron duda de que habían logrado ubicar al círculo de protección de Ovidio Guzmán López, el Ratón, uno de los jefes de Los Chapitos o Los Menores, como también se conoce a esa estructura del Cártel de Sinaloa.

Así lo asentaron en su reporte de ese día, 8 de agosto de 2022. En el “Evento 3”, no sólo confirman que los espiados UIM 1 y UIM 2 eran parte del círculo de Ovidio; también, las coordenadas geográficas desde donde se realizaron las comunicaciones.

Por ello, pudieron ubicar un domicilio en la calle Ruperto Paliza, muy cerca del primer cuadro de la ciudad de Culiacán, capital de Sinaloa.

Se agrega en el informe que toda la zona está controlada por Los Chapitos y que a cargo se encuentra Ovidio Guzmán.

Contralínea tuvo acceso a reportes de intervención de comunicaciones que por 2 días realizaron militares mexicanos y estadunidenses, mediante el vuelo de un avión espía sobre Culiacán y la Sierra de Sinaloa.

En toda el área pudieron escuchar las comunicaciones que esos objetivos efectuaron por teléfonos celulares y radiomóviles analógicos y digitales.

Eran las 20:43 horas de ese lunes 8 de agosto cuando los espiados se refirieron a Ovidio. Los militares confirmaron que habían dado con el círculo de protección del séptimo de los 10 hijos reconocidos de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.

Al día siguiente, martes 9 de enero, otra conversación sostenida por la tarde entre los mismos actores llamó la atención de los escuchas. UIM 1 le dijo a UIM 2: “…Usted y el jefe el Ratón siempre tendrán mi lealtad, no es necesario que lo diga. Estoy a tu servicio”.

La comunicación se dio en un paraje serrano al norponiente de la población de Jesús María, precisamente donde sería detenido Ovidio Guzmán el pasado 5 de enero, a 7 kilómetros de la ciudad capital del estado.

Es decir, la recepción de la comunicación fue al interior de la finca donde el grupo de protección del Ratón resistió a costa de sus vidas la aprehensión de su jefe el 5 de enero pasado.

Así, en agosto de 2022 las autoridades mexicanas pudieron ubicar los movimientos de Ovidio desde el centro de la ciudad de Culiacán hacia la finca que habitaba en las afueras de Jesús María, en la zona serrana.

El grupo de protección se movía entre esos dos puntos. Otros 5 meses serían necesarios para planear y ejecutar una detención que costaría la vida de 29 personas: 10 militares y 19 integrantes del Cártel.

Los documentos originales se encuentran en idioma inglés. Una leyenda en cada página advierte que las fojas no habían sido aún clasificadas pero el contenido es “sensible a la aplicación de la ley”.

Además de los reportes con hechos relevantes que destacan los analistas de inteligencia, se incluyen las sábanas con información de las coordenadas geográficas de los lugares desde donde se establecieron las comunicaciones, el medio, las radiofrecuencias, las horas y otros datos técnicos.

Los documentos están contenidos en dos mensajes de correo electrónico que desde la Embajada de Estados Unidos se enviaron a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Ahí se señala que las escuchas de radios de comunicación en tiempo real pudieron realizarse mediante sendos vuelos de un avión los días 8 y 9 de agosto. La aeronave está equipada con tecnología para detectar radares e intervenir telecomunicaciones.

Operación Mangoose Azteca lleva por nombre esta acción militar conjunta de México y Estados Unidos para detectar las actividades criminales del Cártel de Sinaloa.

El funcionario que envía los mensajes desde la Embajada estadunidense está adscrito al Departamento de Seguridad Nacional de ese país (Department of Homeland Security, DHS), específicamente a la agencia de Protección Aduanera y Fronteriza (Custom and Border Protection, CBP).

Del lado mexicano lo recibe un integrante de la Sección Séptima del Estado Mayor de la Defensa, es decir, la encargada de Operaciones contra el Narcotráfico.

En 2 días de intervención masiva de radiocomunicaciones, las autoridades mexicanas y estadunidenses no sólo lograron ubicar a Ovidio Guzmán. También recabaron información sobre las actividades del Cártel y su estructura, así como sus capacidades paramilitares y de contrainteligencia.

Destaca el entrenamiento que integrantes de los brazos armados del Cártel de Sinaloa reciben de militares kaibiles. Como se recordará, la Brigada de Fuerzas Especiales Kaibil del Ejército de Guatemala fue fundada en 1974 para acabar con los movimientos revolucionarios que surgieron en ese país.

Los kaibiles son famosos por sus entrenamientos extremos, su eficiencia militar y su crueldad para arrasar poblaciones enteras y cometer crímenes de lesa humanidad sin remordimiento alguno.

En el “Evento 5” del 8 de agosto, a las 20:53 el espiado envió un mensaje a la red de comunicaciones de “halcones” del Cártel de Sinaloa en la zona. En él se avisar que la radio 8100 no estaba funcionando. Pide, además, que le mantengan informado de un convoy de la Secretaría de Marina que había ingresado al área.

Fue entonces cuando informó que las “Fuerzas Especiales Viejillo” y “Cholón Vago” (las dos a cargo de la protección de Ovidio) estaban “cocinando” “carne asada” porque llegaron los kaibiles.

En las anotaciones de los analistas se señala que un grupo de estas Fuerzas Especiales de Guatemala “actualmente brinda capacitación a organizaciones ilícitas en México”.

Otros asuntos que pudieron documentar las autoridades de México y Estados Unidos con esta intercepción de comunicaciones tiene que ver con la misma operación del Cártel, incluso con las actividades que realiza para evadir la acción de las Fuerzas Armadas y las corporaciones policiacas.

El 8 de agosto se registró en tiempo real una comunicación entre halcones (vigilantes) del Cártel y uno de sus coordinadores, UIM 2. A su vez éste reporta a UIM 1 que “los militares llegaron a La Colonia de Culiacán” y que los efectivos también revisan “las localidades de La Ranchería, Corral Viejo, Los Cedritos y La Higuera”. Los analistas anotan que estas poblaciones se encuentran en las afueras de la ciudad de Culiacán.

El “Evento 2”, ocurrido el mismo día, da cuenta de que los halcones del Cártel identificaron una “blanca”, es decir, un avión pequeño en el área residencial de Culiacán controlada por Los Chapitos. Por ello, un mando del Cártel giró instrucciones para que su grupo LDI rastree cómo entra “el ave” y cómo sale.

Del “LDI”, en el documento sólo se asienta que se trata de un grupo que “brinda protección al Cártel en el área y supervisa las entradas”.

También el 8 de agosto el intervenido UIM 1 le pregunta a UIM 2 el lugar donde se encuentra y si trajo el “equipo”. Este último responde que está buscando a sus muchachos para entregarles los “aparatos”. El otro especifica que les entregue todo, incluidos los rifles y el M5.

Los fusiles de asalto más utilizados entre los cárteles del narcotráfico son los AK47, AR15 y Uzi. Con respecto del M5, se trata de una metralleta antiblindaje.

Para el día 9 de agosto se detectó una comunicación entre una persona identificada como CS Mochomo, en la que se pide información sobre una camioneta Ford Raptor de color negro, cargada de rifles.

Mochomo, en lengua cahíta, es la palabra con la que yaquis-yoemes y mayos-yoremes se refieren a las hormigas arrieras. Por ello, el apodo es de uso común en el norte de Sinaloa y el sur de Sonora. Los analistas anotan que se trata de armas para Los Chapitos.

El pasado 5 de enero el Ejército Mexicano encabezó y coordinó el operativo para detener a Ovidio Guzmán López, luego de 6 meses de inteligencia, como señaló el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Crecensio Sandoval. Los documentos revelados muestran cómo se pudieron ubicar los lugares de refugio del Ratón.

 

 

Fuente Contralínea

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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