Miguel Bosé Brilla con Voz Renovada y un Reencuentro Emotivo en su Concierto del YouTube Theater
12 Nov. 2025
Redacción / CAMBIO 22
No tiene nada que probar, y lo ha dejado en claro con sus propias palabras. En una reciente entrevista, Miguel Bosé dijo que no le interesa grabar más discos, porque “ya ha hecho su carrera”, lo que significa que no se debe esperar una producción discográfica suya en el futuro inmediato… o quizás nunca.
Sin embargo, lo que se ha podido ver ya de su gira actual, “Importante”, que se lleva a cabo ocho años después de la anterior, no es un acto de caridad, ni mucho menos. Durante cerca de dos horas y media, el emblemático cantante español ha interpretado en cada uno de estos conciertos un generoso repertorio de 24 canciones que sólo resulta posible cuando se cuenta con una carrera de medio siglo, una veintena de álbumes bajo el brazo y una larga lista de éxitos.

Y también, por supuesto, cuando se tiene una hinchada tan grande como la que él tiene, representada el fin de semana pasado en el YouTube Theater de Inglewood por una multitud entusiasta que dejó muy en claro la alegría que sentía ante la presencia de un ídolo cuyo retorno no estaba garantizado.
Sucede que, en los últimos cinco años, la vida de Bosé se vio afectada por una serie de circunstancias que se tradujeron no sólo en deficiencias vocales que se debieron supuestamente a un implante dental infectado, sino también en el duelo provocado por la muerte de su madre y en la imposición involuntaria de una conducta extrema vinculada a las teorías de la conspiración. Por ese lado, había muchas expectativas en cuanto a lo que brindaría una vez que se subiera nuevamente a las tablas.
El tour se inició en febrero, en México, y ha pasado ya por España; y aunque no es fácil encontrar reseñas en línea, hemos visto que no han faltado los que han acusado al artista de emplear masivamente el ‘playback’. No podemos opinar sobre eventos a los que no hemos asistido, obviamente; pero lo que sí podemos decir es que, aquí en Los Ángeles, lo que se escuchó masivamente fue la voz real del nacido en Panamá, todavía afectada pero en un estado especialmente decoroso para lo que se esperaba.
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Cuestión de prejuicios
La combinación de una predisposición negativa ante todo lo sucedido y de un desconocimiento de lo que sucede en esta clase de espectáculos en vivo ha llevado probablemente a la gente a confundir las cosas. Hubo uno que otro momento del show en que se escucharon voces grabadas, sí, pero eso es algo absolutamente habitual en una presentación de pop con tendencias electrónicas como esta; y cuando se produjo, el divo no trató de fingir que se encontraba entonando las notas.
Por otro lado, contó con tres coristas que intervinieron frecuentemente, y cuyas voces se encontraban sometidas a efectos de reverberación, a diferencia de la suya, que se escuchaba limpia y directa, algo que se hizo incluso más claro en los numerosos instantes en los que los instrumentos bajaban considerablemente de volumen para otorgarle lucimiento al anfitrión de la noche, quien llegó unas cuantas veces a las afinaciones altas sin ayuda alguna.
Hay otra circunstancia interesante que puede acentuar la desconfianza de quien tiene dudas adelantadas, y que se encuentra relacionada a las pantallas de video en las que las imágenes llegan con un retraso de transmisión, lo que puede llevar a quien no se encuentre lo suficientemente cerca del escenario a pensar que el desfase entre lo que escucha y lo que ve solo puede deberse a una trampa en el área de sonido.
Pero nosotros estuvimos muy cerca de la tarima, e incluso sin esa posición, era posible darse cuenta de que la voz que salía de su garganta tenía las imperfecciones propias de un artista de cierta edad que ha atravesado problemas de salud, sobre todo cuando ésta daba signos de querer quebrarse (aunque, al menos una vez, sucedió debido a la emoción que lo embargaba).
Para cerrar la discusión, es necesario agregar que, en términos puramente técnicos, la voz de Bosé nunca fue maravillosa ni contó con un registro amplio; lo que sí tuvo siempre -y sigue teniendo- es un timbre agradable y distintivo, así como la habilidad de ofrecer interpretaciones emotivas sin caer en esa cursilería que puede resultar tan común en ciertas formas del pop.
Un amplio recorrido
Como señalamos arriba, el repertorio fue amplio, y también exhaustivo. Quienes se quedaron solo con la etapa inicial del artista, es decir, la más comercial y difundida por las radioemisoras, podrían estar descontentos ante la falta de algunos ‘hits’; pero, durante la parte final de la presentación, se escucharon “Amante bandido”, “Te amaré” y “Don Diablo”.

Un poco antes, habían sonado ya la excepcional “Creo en ti”, procedente del tercer disco y surgida de una gran colaboración compositiva con José Luis Perales, y “Amiga”, la tierna balada romántica de sus inicios, que dedicó esta vez a su madre, la actriz de origen italiano Lucía Bosé, y que lo llevó a desplegar un manto de rosas que, como dijo, ha ido construyendo a lo largo de la gira.
Pero lo cierto es que el show estuvo mayormente dedicado a las piezas que hizo cuando se encontraba ya dominando con mayor autoridad la pluma de autor y que, sin romper del todo con los estilos que había practicado hasta entonces, resultaban más complejas y osadas en términos de arreglos.
Empezando por “Mirarte”, marcada por aportes electrónicos, que se conectó casi de inmediato con “El hijo del Capitán Trueno”, otro tema del mismo álbum, “Sereno” (2001), que estuvo creado por el autor para reflejar la difícil relación que tuvo con su padre, el torero Luis Miguel Dominguín, valiéndose de interesantes aires orientales en lo que respecta a la musicalización.
Los ‘90 se hicieron también presentes con “Bambú”, que se encuentra entre lo más rockero que ha hecho un artista inclinado hacia la suavidad, mientras que los ‘80 regresaron gracias al synth-pop de “Qué va a ser de ti”, dueña de una gloriosa melodía en el coro, y a la curiosa fusión musical de “Sevilla”, un vibrante tributo a la magnífica ciudad andaluza.

El espectáculo
Visualmente, el asunto tuvo su propio atractivo. Pese a la falta de escenografías ostentosas, y en desmedro del carácter un tanto anodino de los videos animados que se proyectaban, Bosé ofreció una puesta en escena elegante y vistosa, con un gran juego de iluminación, que tuvo a sus músicos completamente vestidos de blanco, danzando a menudo a su lado, y que lo llevó a efectuar por cuenta propia varios cambios de vestuario, entre los que se incluyó un impecable traje rojo provisto de una capa.
A sus 69 años, el cantante no luce definitivamente como un jovencito, y está claro que no baila ni por asomo como en sus mejores tiempos (lo que sucedió durante la interpretación de la movidísima “Don Diablo”, que lo encontró sentado casi por completo, fue una pena); pero no deja de hacer movimientos sutiles y expresivos que se encuentran definitivamente coreografiados y, en general, mantiene un porte sofisticado que lo hace lucir como un miembro de la realeza.
Bosé habló mucho en el escenario, mostrándose profundamente simpático, agradeciendo el cariño de sus seguidores y dando incluso consejos sentimentales para quienes son ya adultos más o menos mayores (es decir, un sector considerable de la audiencia). En cierto momento, tuvo una breve discusión con un hombre de la platea que le reclamaba canciones en lugar de discursos.

Por fortuna para quienes no concuerdan con las ideas que promovió en medio de la pandemia, evitó comentarios de esa clase. Lo único digno de controversia se dio cuando calificó a la ONU como “un organismo obsoleto e inútil”, pese a que, en ese mismo mensaje, enalteció los cuatro principios fundamentales que la misma institución enarbola (“trabajo, desarrollo, progreso y paz”) para exigir luego que se respeten los mismos derechos, lo que podría ser leído como un apoyo indirecto a la comunidad inmigrante de Estados Unidos.
“Los Ángeles, pase lo que pase, yo siempre te amaré”, dijo también, antes de referirse al profundo desagrado que le causan las guerras como preámbulo del estupendo tema “Partisano”, cuya letra habla de un desertor y objetor de conciencia.
“¿Qué hemos hecho mal para permitir este juevo tan cruel que no trae más que dolor, muerte y sufrimiento?”, se preguntó. “Yo sigo peleando para dejarle a mis hijos y a mis nietos un mundo mejor que el que nos dejaron a nosotros”. Por supuesto, no hubo mención directa a ningún conflicto específico; pero el oyente pudo sacar sus propias conclusiones.
Fuente: Los Angeles Times
GPC/GCH




















