Redacción/CAMBIO 22

El Gobierno de México envió este viernes una nota diplomática a Estados Unidos después de que el estado de Texas colocó un cerco de alambre y una barrera de boyas en el río Bravo, en la frontera entre ambos países, con el objetivo de impedir el paso de migrantes.

A través de un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) expresó su “preocupación” por la colocación de los artefactos en el área de Eagle Pass, que colinda con Piedras Negras, Coahuila, por los efectos de obstrucción y desviación de los escurrimientos hacia territorio mexicano.

“Debido a los efectos de obstrucción y desviación que dicha cerca y los barriles instalados pueden provocar sobre los escurrimientos normales y de avenidas del río Bravo”

“Y que en lo sucesivo no se siga considerando la zona de inundación y el cauce de este río para la instalación de los elementos mencionados”, apuntó.

Asimismo, señala que viola el Tratado de Aguas Internacionales de 1944, además del artículo IV B.1 del Tratado de Límites de 1970, por lo que pidió atentamente que cualquier trabajo, incluyendo el desmonte en islas y cauce del río Bravo, se avale por la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) entre México y EEUU.

“Estamos mandando una misión de inspección territorial (…) para definir en dónde están ubicadas estas boyas, qué es lo que está pasando y, por supuesto, llevar adelante este levantamiento topográfico para verificar que no atraviesen el territorio mexicano”, declaró por su parte Alicia Bárcena, titular de la SRE, ante la prensa.

El Departamento de Estado estadounidense y la oficina del gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, no respondieron inmediatamente a solicitudes de comentarios. Solo publicó con un comunicado para justificar esta medida y criticar las políticas migratorias del presidente Joe Biden:

“La Operación Lone Star continúa llenando los peligrosos vacíos creados por la negativa de la Administración Biden a asegurar la frontera. Cada individuo que es aprehendido o arrestado y cada gramo de droga incautada habría llegado de otro modo a las comunidades de Texas y de la nación debido a las políticas de fronteras abiertas del presidente Joe Biden.

En mayo pasado, a unos días del fin de la medida migratoria conocida como Título 42, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, anunció el comienzo de la colocación de boyas esféricas gigantes, color naranja, para construir una barrera flotante sobre el río, que de por sí es muy peligroso para quienes intentan cruzarlo.

Lo anterior para endurecer las medidas de seguridad en la frontera en común. Pues ya había autorizado a la Guardia Nacional para que realizara arrestos, así como enviar en un autobús a los migrantes a entidades gobernadas por demócratas.

Sin embargo, su instalación ha generado protestas de organizaciones de defensa de los migrantes, que advierten que podrían causar muertes por ahogamiento.

El río Bravo cubre la mitad este de los más de 3 mil km de la frontera de Estados Unidos y México.

La situación refleja el panorama en las fronteras de México tras la expiración el 11 de mayo del Título 42 de Estados Unidos, una medida que expulsaba de manera inmediata a migrantes con el argumento de la pandemia, reemplazada ahora con el Título 8 y mayores restricciones al asilo legal.

El flujo de migrantes que atraviesan territorio mexicano hacia Estados Unidos va en aumento otra vez, pese a una caída inicial tras el fin del Título 42, como señaló la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) en México.

 

 

 

Fuente: EFE
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