Más del Desastre Heredado por AMLO
18 Nov. 2024
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Mientras ahorraron los regímenes neoliberales, las finanzas públicas soportaron, pero dejó el cajón vacío, gastó a manos llenas el dinero que no era suyo
Manuel López San Martín/ CAMBIO22
Los saldos del sexenio que se fue no dejan de pasarle factura al joven gobierno de Claudia Sheinbaum. López Obrador heredó un escenario convulso, de incertidumbre y nerviosismo. Esa realidad le ha complicado el margen de maniobra en su arranque a la presidente que navega en una delgada línea para tratar de aminorar los costos del desastre que dejó su antecesor. Los problemas están a la vista en distintos frentes, y en el terreno económico la situación es delicada. Los datos no dan para el optimismo. El panorama se ha ido nublando, hay pronóstico de lluvia y amenaza con convertirse en tormenta.
El pasado viernes supimos que el transexenal secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, ha decidido seguir nutriendo un mundo de fantasía. La mañana de ese día presentó ante el Congreso su propuesta de paquete económico 2025.
Decirle optimista, se queda corto. Apuesta por Pemex, la empresa petrolera más endeudada del planeta (deuda que cargamos los mexicanos); habló de un inexistente dinamismo en el consumo, y un crecimiento en el empleo que no es cierto. En eso recargó una propuesta que peca en lo ingenua y raya en lo irresponsable.
Mientras que en el mundo real el dólar se vendía ese viernes en $20.49 (aún sin Trump en la Presidencia, ni los aranceles utilizados como moneda de cambio o la revisión del T-MEC echada a andar), él lo proyecta debajo de los $18.70 para 2025.
Hacienda estima un crecimiento de entre 2% y 3% de la economía nacional, cuando nadie apuesta por tal cosa: Banco de México y el FMI, por ejemplo, proyectan a lo sumo poco más de 1%. El gobierno mexicano ancla a ese optimismo un montón de cálculos para gastar más (que no mejor) y reducir la deuda. Suena muy bien, pero es improbable.
En el paquete se echaron al vuelo números sin mayor soporte que los buenos deseos. Reducir el déficit a 3.2% se escucha bien, pero es una misión imposible. Sobre todo, si revisamos que México cerrará 2024 con un déficit equivalente al 6% del PIB, algo así como 1.8 billones de pesos, su nivel más alto en 36 años. Otro saldo de la herencia lopezobradorista que pasa recibo. El paquete económico es una danza de cifras alegres que no son sostenibles. Mientras hubo ahorros de los regímenes neoliberales, las finanzas públicas soportaron, pero AMLO dejó el cajón vacío; gastó a manos llenas el dinero que no era suyo.
El crecimiento económico del sexenio lopezobradorista, por ejemplo, fue el más bajo reportado en los últimos 36 años, arañando apenas el 1%. Y aunque AMLO hizo malabares para justificarlo, e incluso lo vendió como un “éxito”, hay otro indicador que ni él pudo disfrazar de buena nota: la deuda. Su gobierno la elevó a un monto sin precedente: 6.6 billones de pesos. Por primera vez, superó el 50% del total del tamaño de la economía: más del 51%.
López Obrador echó mano del dinero en el cajón, lo dilapidó a manos llenas para cumplir sus deseos de perpetuarse a través de sus obras y decisiones. El expresidente comprometió el presupuesto a su sucesora y, de paso, le endilgó una pesada losa que cargar a los mexicanos.
Fuente: El Heraldo de Mexico
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LRE/MA