Más de 108 cubanos han muerto en los últimos meses en la frontera de Estados Unidos con México y una Gran Parte Han Ingresado al País por Quintana Roo
3 Jul. 2022
Redacción/CAMBIO 22
En los últimos 18 meses han fallecido 108 cubanos justo en la frontera de Estados Unidos con México, en estos momentos la línea divisoria en que mueren más personas en todo el mundoas del 80 por ciento ingresaron a México por la Península de Yucatán en específico por el estado de Quintana Roo.
En el 2021, en específico, 140 mil 602 cubanos han entrado a EE.UU, desde octubre de ese año, cuando comienza el actual año fiscal, hasta mayo de 2022.
Y es que el pulular de las bandas organizadas de traficantes de indocumentados asociados a los carteles de la droga los han convertido en un poderoso eslabón en la obtención millonarias ganancias de manera semanal.
Un artículo de Efe ubica a los cubanos como el segundo grupo que más fallece en el límite entre México y Estados Unidos, el primero son los venezolanos con 136 decesos en los últimos dieciocho meses, y los haitianos con 90 fallecimientos.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló este día que “la crisis migratoria en América provocó que en 2021 muriesen 1238 personas, entre ellos 51 niños menores de cinco años y 728 migrantes que intentaron cruzar de México a Estados Unidos, la frontera con más muertes en todo el mundo”.
De acuerdo con OIM “el continente americano…es un mar de rutas peligrosas para decenas de miles de personas que abandonan sus hogares en busca de una vida mejor”.
Además confirman que “muchos de los migrantes muertos proceden de países con un elevado número de solicitantes de asilo”, como por ejemplo Cuba y Venezuela, marcados pro profundas crisis sociales.
“Al menos 136 venezolanos han muerto en tránsito en los últimos dieciocho meses, además de 108 cubanos y 90 haitianos”, confirmó hoy ese organismo.

Uno de los autores del informe de la OIM sobre los Migrantes en las Américas en 2021, Edwin Viales señaló algo muy grave: “el número de muertes en la frontera entre Estados Unidos y México el año pasado fue significativamente mayor que en cualquier año anterior, incluso antes de la covid-19”. Destacada Quintana Roo y en segundo plano Yucatán, en dónde por decenas de manera semanal arriban en alijos a lo largo del litoral de estos dos estados mexicanos y peninsulares.
Además aclaró que “sin embargo, esta cifra sigue siendo un subregistro debido a los diversos problemas que hay para la recolección de datos”.
Los datos ofrecidos por la Organización Internacional para las Migraciones pueden variar pues cientos de migrantes nunca llegan a ser identificados tras sus muertes.

“El grupo demográfico más numeroso es el de las personas no identificadas. El país de origen de más de quinientas personas cuyas muertes se registraron desde 2021 figura como “desconocido”, indicó OIM.
Sobre esto, señala Viales: “no podemos olvidar que cada número es un ser humano con una familia que tal vez nunca sepa lo que le sucedió”.
Las historias de quienes fallecen en ocasiones pasan desapercibidas o terminan en un titular del diario que el ojo humano intenta obviar, pero están allí.
El martes pasado, la policía de Texas realizó un macabro hallazgo: un camión con remolque cerca de San Antonio donde encontraron 46 cuerpos y 16 personas al borde de la muerte por deshidratación.
Entre los rescatados con vida se contaron 12 adultos y cuatro niños, todos debieron ser trasladados de urgencia a hospitales de la ciudad, indicó BBC; horas después se confirmó que el número de fallecidos ascendió a 53.
El canciller de México, Marcelo Ebrard se refirió al incidente indicando que las personas fallecieron por asfixia y que el trailer tenía placas estadounidenses para burlar las revisiones.
El jefe de la Policía de San Antonio, William McManus, relató en conferencia de prensa que “un trabajador de uno de los edificios (de la zona) aquí atrás escuchó un grito de ayuda. Salió a investigar, encontró un remolque con las puertas entreabiertas, las abrió para mirar y encontró varias personas fallecidas adentro”.

Estados Unidos, Cuba
Casi 200 cubanos fueron detenidos el pasado jueves por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos tras cruzar la frontera con México, informó el viernes pasado la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en un comunicado de prensa.
Exactamente fueron detenidos 178 cubanos en tres grandes grupos de más de 100 personas que entraron de manera ilegal a Estados Unidos y más del 70 por ciento de los detenidos ingresaron al país por Quintana Roo, en dónde habrían pagado hasta 10 Mil dólares por cada una a bandas criminales traficantes de seres humanos.
“Todas las personas fueron transportadas al Centro de Procesamiento más cercano y procesadas de acuerdo con las políticas de Aduanas y Protección Fronteriza”, señaló CBP.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU. asignados al Sector Del Río Texas, detuvieron a tres grandes grupos de migrantes en menos de seis horas, poco después de que ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos, el 30 de junio.

“Un grupo grande es un grupo que consta de 100 sujetos o más”, dijo el agente jefe de patrulla del sector de Del Río, Jason D. Owens.
“Actualmente, el Sector Del Río es responsable de más del 50 por ciento de todas las detenciones de grupos grandes en la nación. Con menos infraestructura y personal que los sectores más grandes de la Patrulla Fronteriza, esto ejerce una enorme presión sobre nuestras comunidades y evita que nuestros agentes hagan lo que se inscribieron para hacer: patrullar nuestra frontera y mantener este país seguro”, detalló.
Según El comunicado de prensa de CBP, así detuvieron los agentes a los 178 cubanos y el resto de personas en los tres grandes grupos:
Aproximadamente a las 10:58 a.m., un grupo de 299 inmigrantes indocumentados fueron detenidos luego de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos cerca de Eagle Pass. El grupo estaba formado por inmigrantes de muchos países diferentes que constaban de 79 cubanos, 34 colombianos, 145 venezolanos, tres ecuatorianos, cuatro iraníes, dos de Bolivia, dos chilenos, uno de México, uno de Honduras, un guatemalteco, uno de Panamá, 16 nicaragüenses y 10 peruanos.

Aproximadamente tres horas después, otro gran grupo de 216 extranjeros indocumentados fueron detenidos después de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos cerca de Eagle Pass. El grupo estaba formado por migrantes de una variedad de países diferentes: 62 cubanos, 23 colombianos, 112 venezolanos, tres dominicanos, 11 peruanos y cinco nicaragüenses.
Menos de dos horas y media después, alrededor de las 4:41 p.m., 160 inmigrantes indocumentados fueron detenidos después de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos cerca de Eagle Pass. El grupo estaba formado por migrantes de un total de siete países diferentes que incluían a 37 cubanos, 97 venezolanos, tres nicaragüenses, 14 colombianos, cinco peruanos, dos guatemaltecos, uno de República Dominicana y uno de Guatemala.
En el 2021. En específico, 140 602 cubanos han entrado a EE.UU. desde octubre de 2021, cuando comienza el actual año fiscal, hasta mayo de 2022.

Los más de 140 000 cubanos que han entrado en lo que llevamos del año fiscal en EE.UU. superan las cifras de pasada crisis migratorias. A esa cantidad hay que sumarle las cifras también récord de los balseros cubanos interceptados por la Guardia Costera: más de 3000.
Cuba vive la crisis migratoria más fuerte en las últimas seis décadas. Según el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) en los primeros ocho meses del actual año fiscal han llegado por vía terrestre 140 602 ciudadanos de la isla.
Las estadísticas ya superan al éxodo del Mariel de 1980, cuando arribaron unas 125 000 personas en siete meses.
Cuba ocupa el tercer puesto entre los países de los que más migrantes han llegado a la frontera sur de Estados Unidos en el actual año fiscal, solo superado por México y Guatemala.
Las autoridades norteamericanas también han revelado que casi 3 mil cubanos han sido interceptados en el mar por la Guardia Costera o capturados tras su llegada a las costas del sur de la Florida por la Patrulla Fronteriza.
CUBITA NOW
Crece el tráfico de migrantes en Quintana Roo y se convierte en la segunda modalidad para la obtención de recursos ilícitos por parte de grupos del crimen organizado.

Tras sufrir contundentes golpes en su estructura del narcomenudeo los cinco carteles que operan en la entidad han acrecentado sus operaciones en grupos de migrantes de diversas nacionalidades en especial de cubanos que arriban todos los días a costas Quintanarroenses y en gran parte de centroamérica en específico de Nicaragua para ser trasladados posteriormente a la frontera Norte del país.
Análisis de organismos internacionales han confirmado que al menos arriban semanalmente al estado un promedio de 300 antillanos a Quintana Roo.
Mismos que pagan para su introducción a los Estados Unidos, en promedio de diez mil a 30 mil dólares por persona.
Por ello se han creado las caravanas de migrantes
Las muertes de migrantes a lo largo de la frontera sureste que Estados Unidos comparte con México siguen en aumento ante el cierre de vías migratorias legales, lo que lleva a las personas a buscar los servicios de los coyotes.
Este año “es probable que sea un año récord de muerte de migrantes en suelo estadounidense”, en parte porque la política del país ha “cerrado las puertas de entrada a quienes buscan asilo, llevando a muchos a recurrir a caminos traicioneros”, de acuerdo a un reporte de junio de 2022 publicado por la Oficina para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés).
Políticas como el Título 42, que son supuestamente llamadas ordenes de salud pública y que aún están vigentes después de haber sido implementadas bajo el mandato del expresidente Donald Trump, han hecho que los cruces fronterizos clandestinos sean la única opción de entrada al país y han exacerbado el riesgo que enfrentan los migrantes. Ahogarse en el Río Grande, morir por exposición a temperaturas extremas cruzando el desierto y también morir sofocados al interior de camiones remolque o en accidentes de tránsito, son algunos de ellos.
En el sector de Laredo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, al que pertenece la ciudad de San Antonio, las muertes de migrantes han aumentado casi en un 40 por ciento en los años recientes, de al menos 56 en el año fiscal de 2015 a 78 en el año fiscal de 2019, de acuerdo con un reporte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) publicado el año pasado.
Sin embargo, las cifras de muertos es probable que sean mucho más altas, ya que los datos del CBP solo cuentan una parte de la historia. Un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, pro sus siglas en inglés) publicado en abril de este año encontró que la agencia: “no ha recolectado y reportado… los datos completos sobre las muertes de migrantes”.
Cada vez son más frecuentes los informes de migrantes que mueren y desaparecen en las zonas fronterizas entre Estados Unidos y México, debido en parte a una política fronteriza restrictiva que lleva a las personas a cruzar por rutas más remotas y peligrosas.
Desde que se desató la pandemia mundial de coronavirus en marzo de 2020, más de 250 migrantes habrían desaparecido cuando intentaban cruzar la frontera entre Estados Unidos y México, según el Centro Colibrí para los Derechos Humanos, entidad que ayuda a localizar e identificar los restos de migrantes hallados en las zonas fronterizas. En años anteriores, el grupo recibía unos 150 informes de este tipo cada año.
Este repunte se produce debido a que el presidente Joe Biden mantiene una norma de la administración Trump conocida como Título 42, que fue implementada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) como una medida de salud pública al inicio de la pandemia para prevenir la propagación del COVID-19. Esta les otorga a los funcionarios fronterizos la autoridad para expulsar a los migrantes detenidos durante la pandemia.
En relación con esa orden, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Department of Homeland Security, DHS) anunció el 21 de julio que las restricciones fronterizas con Canadá y México se mantendrán durante un mes más, dado el aumento de los casos de la variante delta del coronavirus, la cual se propaga más rápidamente.
Mediante el Título 42, los agentes fronterizos han expulsado a más de 973.000 personas entre marzo del año pasado y junio de 2021. Muchos de ellos son migrantes centroamericanos que han llegado a Estados Unidos en los últimos años para escapar de los efectos del cambio climático, la pobreza y la violencia, entre otros factores. Pero también hay muchos mexicanos que están cruzando cada vez más la frontera.
Las políticas como el Título 42 han suspendido el otorgamiento de asilo y “han hecho que el cruce clandestino de la frontera sea la única opción factible para ingresar a Estados Unidos”, lo que parece haber llevado a que muchos individuos “que quizá habrían solicitado asilo legalmente se lancen a áreas remotas y peligrosas del desierto”, según un informe de abril de 2021 que analiza las muertes de migrantes indocumentados, publicado por el Instituto Binacional de Migración de la Universidad de Arizona.
Las restricciones fronterizas como el Título 42 no han logrado disuadir a los migrantes de dirigirse a Estados Unidos, y a menudo han tenido efectos adversos, como ponerlos en mayor peligro o llevar a un aumento de las ganancias de los grupos del crimen organizado de México.
“Ha sido favorable para los grupos criminales”, dice Maureen Meyer, experta en México y vicepresidenta de programas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), un centro de pensamiento. “Con tantos migrantes devueltos y obligados a esperar en México, hay un alto número de personas vulnerables, que fácilmente pueden caer presas de la extorsión, el secuestro y la agresión sexual”.
Si bien es difícil establecer una relación directa entre el aumento de muertes y desapariciones en la frontera y el Título 42, Meyer afirma que las políticas restrictivas del gobierno estadounidense les han cerrado a los migrantes las opciones de ingresar legalmente al país, por lo que muchos han caído en manos de traficantes y se han visto obligados a atravesar territorios hostiles.
La represión que por años ha existido en la frontera los ha llevado a cruzar por zonas como el desierto de Sonora.
“Los migrantes están muriendo en el desierto porque dichas políticas los han conducido hacia estos lugares”, afirma Jason De León, director ejecutivo del Proyecto para Migrantes Indocumentados del Centro Colibrí de Derechos Humanos.
La política de expulsión también implica que los pocos recursos disponibles para los migrantes en México se están quedando cortos. Meyer dice que los migrantes recurren sobre todo a los albergues administrados por organizaciones no gubernamentales y religiosas, en busca de seguridad, vestido, orientación, alimentación y asistencia legal en algunos casos. Pero muchos de estos refugios cuentan con pocos recursos y a duras penas reciben apoyo del gobierno mexicano.
En la ciudad fronteriza de Reynosa, por ejemplo, la alcaldesa Maki Ortiz anunció el 22 de julio que cientos de migrantes vulnerables que se alojaban en el albergue Senda de Vida —uno de los pocos lugares seguros disponibles para ellos— serían desalojados debido a que el albergue había sido construido en un área de “alto riesgo” a orillas del Río Grande, que separa a México del estado de Texas.
Sin embargo, las cifras de muertos es probable que sean mucho más altas, ya que los datos del CBP solo cuentan una parte de la historia. Un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, pro sus siglas en inglés) publicado en abril de este año encontró que la agencia: “no ha recolectado y reportado… los datos completos sobre las muertes de migrantes”.
redaccion@cambio22.mx
ram




















