• Pescadores reportan salidas con apenas 10 a 20 kilos, insuficientes para cubrir costos de operación que superan los 2 mil pesos diarios.

 

  • El cambio climático y la extracción furtiva desplazan al pulpo y deprimen los precios, mientras el sector exige apoyos y mayor vigilancia.

 

 

Redacción/ CAMBIO 22

Las constantes lluvias, tormentas y ondas tropicales que afectan al sureste del país han reducido drásticamente la captura de pulpo y mero, lo que mantiene en crisis a los pescadores de la región.

En cada salida apenas logran obtener entre 10 y 20 kilos de producto, volumen insuficiente para cubrir los costos de operación que superan los 2 mil pesos diarios en gasolina, carnada, hielo y víveres.

Pescadores artesanales explican que los ingresos actuales no compensan la inversión:

“Gastamos más en la salida que lo que recuperamos con la venta”, a ello se suma la caída en los precios del pulpo, que no repuntan a pesar de la escasez.

Así mismo señalan que algunas congeladoras mantienen sus inventarios con capturas ilegales de buzos en otras zonas, lo que mantiene deprimido el valor de mercado.

Martín Martínez, otro trabajador del mar, señaló que muchos han optado por dejar sus embarcaciones amarradas en el muelle:

“No vale la pena salir si el costo de combustible y carnada es mayor a lo que ganamos con lo poco que se pesca”.

El mal clima también afecta directamente la captura de pulpo, ya que las tormentas impiden que las lanchas gareteen, lo que imposibilita que el molusco abrace la carnada.

De acuerdo con especialistas y reportes recientes, la situación se agrava por la combinación de cambio climático, que ha desplazado al pulpo hacia aguas más profundas y cálidas, y la pesca furtiva, que presiona los precios a la baja y complica la competencia para la pesca legal.

A pesar de que en puertos como Celestún se registraron precios récord de hasta 145 pesos por kilo, los bajos volúmenes capturados no permiten a los ribereños recuperar sus gastos de operación.

El sector pesquero demanda una mayor vigilancia para frenar la extracción ilegal, apoyos directos para solventar el alto costo de insumos y programas de adaptación climática que permitan sostener una de las actividades económicas más importantes para miles de familias en la península de Yucatán.

Mientras tanto, los pescadores mantienen la incertidumbre, confiaban en que septiembre mejorara las condiciones para la pesca artesanal, pero las ondas tropicales y tormentas mantienen a la producción en niveles mínimos y amenazan con prolongar la crisis en los próximos meses.

Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22

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