Sin licencia por el momento
El 19 de octubre Lula se cayó en el baño de la residencia oficial y se golpeó la parte trasera de la cabeza contra el suelo. Recibió puntos de sutura y evaluaciones periódicas durante varias semanas. A raíz del accidente doméstico debió cancelar varios viajes al exterior, entre ellos a Rusia, donde participaría en la cumbre de los BRICS.
Sin embargo, mantuvo sus compromisos en el país, y el 18 y 19 de noviembre fue anfitrión de la cumbre del G20 en Río de Janeiro. Tras esta nueva intervención, el gobierno brasileño se maneja por ahora con la hipótesis de que el mandatario izquierdista no necesitará pedir licencia formal, pese a que permanece hospitalizado.
El problema médico de Lula puso sobre el tapete la cuestión del relevo en la izquierda, sin claras figuras para sucederlo eventualmente en las elecciones presidenciales de 2026. Lula dijo en noviembre que si “no hay otro candidato” él estará “listo” para concurrir, aunque espera que “no sea necesario” y haya una “gran renovación política”.