Los Trabajadores del Congreso del Estado Levantan la Voz

Redacción/CAMBIO 22

Trabajadores del Congreso del Estado de Quintana Roo, que pidieron el anonimato, por temor a las represalias, acuden a este reportero para hacer la siguiente denuncia pública, pues afirman que desde la nueva conformación de la JUGOCOPO, y está tratándole de dar oportunidad al personal que lleva algunos años y que mantiene buenas “relaciones” con los jefes en turno, ha comenzado un desgaste en las relaciones y en el ambiente laboral al interior de cada dirección, coordinación o unidad, pues los cambios de los “jefes” se daba cada tres años y como sea, el personal se tenía que aguantar o cambiar de área, por esos tres años, pero ahora con la llegada de la rotación de la Presidencia de la JUGOCOPO, el cambio es de un año, y ese año es sumamente tormentoso.

Aseveran los quejosos, que es “tormentoso” pues con una actitud prepotente (por haber llegado de la nada a un cargo de director o directora), lo primero que hacen es cambiar todo lo relacionado con el anterior que ocupó el cargo, desde muebles hasta sistema de trabajo, como si les apestara, y claro es natural que deseen tener un sello propio en el cargo que ocupan, “tratar de mejorar” las cosas como se venían haciendo, es naturaleza humana y animal, dejar tu marca donde vayas cursando, pero no a costa de tus compañeros de trabajo, es decir, no se vale que entre otras cosas, cambies a empleados sólo por el hecho de su apariencia física, encumbren a un bachiller por encima de master, (en el Congreso hay muchos que tienen maestrías y no son reconocidos), que se obligue al personal a participar en un evento de corte religioso sólo porque es tradición regional.

Por ejemplo, resaltaron, que este pasado primero de noviembre llego la ocurrencia a los “jefes” de realizar un concurso de altar de muertos en competencia de todas las áreas, se trajo al personal de otros lados (zona norte) para que TODOS participaran, (sin preguntar primero si no tiene objeción de conciencia religiosa y sin importar los costos de traslado), el evento comenzó tarde, por esperar la terminación de la sesión de los diputados, cerca de las tres de la tarde, el evento inicio y terminó con una letanía de cada altar (7) repitiendo lo mismo, pero al fin concluyó, y como siempre no todos estuvieron de acuerdo en la premiación como es costumbre, pero lo que resalta de este evento, son los reclamos en los grupos de WhatsApp en las diversas áreas sobre quienes apoyaron o no a realizar o desmantelar el dichoso altar de muertos, pues como el evento terminó más allá de la hora laboral para los empleados de base y de confianza, estos al ver que el reloj marcó la acostumbrada hora de salida y siendo el último día de la semana laboral, salieron con pies alas dejando atrás el bendito altar que se debía de desmantelar por exigencia del “jefe y sus seguidores” que no ven la mínima oportunidad para quedar bien y tirarle lodo al compañero de trabajo, puntualizaron.

Una lección para aprender de este concurso – comentaron- primero es, convocar al interior a los trabajadores que deseen participar VOLUNTARIAMENTE, pues como en todos los lugares, no todos profesan la misma religión, para el grupo de adventistas (de la época de Carlos Francisco Sosa Huerta, como diputado de la primera legislatura, oficial mayor y asesor jurídico), por principio religioso que dice “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás” éxodo 20, 3-4. Estos trabajadores no participan en este tipo de actos, por muy cultural que se planteen, por lo tanto, los “jefes” deben de aprender a no obligarlos a participar y mucho menos advertir con amenaza velada por mensajes de WhatsApp “…ya veremos nuestra reunión del lunes quienes no colaboraron con el trabajo de equipo”; Concluyeron.

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