Redacción/ CAMBIO 22

La Casa Real británica acaba de dar a conocer el primer retrato oficial de Carlos III como monarca, una obra arriesgada que no ha dejado a nadie indiferente: “Desastre estilístico”, “el peor retrato que he visto en mi vida”, son algunos de los comentarios vertidos ante la contemplación de la pintura. Ante la sorpresa y el revuelo provocados, su autor, Jonathan Yeo, declaró que él pretendía que hiciera referencia “a las tradiciones del retrato real, pero de una manera que reflejara una monarquía del siglo XXI”. 

Ciertamente la pintura se aleja de los cánones tradicionales del retrato real y los más puristas pueden argumentar que la obra de Yeo “evidencia el deterioro y la falta de respeto entre la opinión pública que han alcanzado los retratos oficiales”, como sostiene un teórico del arte. Pero lo cierto es que este no ha sido el primer retrato regio que se ha salido de la clásica imagen real, augusta, decidida y digna.

Durante siglos, algunos de los más insignes gobernantes de la historia han sido retratados en una pose digna de su autoridad –ganada por derecho divino–, pero también de manera que causaría estupor al cortesano más adulador. En esta lista aparecen algunos de los retratos reales más famosos de la historia, que han servido de modelo a pintores de cámara de todas las épocas y también imágenes insólitas, cuyos autores lejos de ser castigados por su “insolencia”, fueron felicitados y recompensados por su trabajo. Una lista que se inicia hace milenios, con los bustos del faraón Akenathon y su esposa Nefertiti e incluye artistas tan reconocidos como Tiziano, Diego Velázquez o Francisco de Goya.

El faraón “alienígena”

Este coloso de Akenatón muestra al faraón del siglo XIV a.C. con un rostro amorfamente alargado de pómulos exageradamente marcados y enormes labios, y una barriga y caderas extremadamente redondeadas. Durante su reinado, Akenatón removió los cimientos de la religión declarando el monoteísmo, fundó una nueva capital de la nada, Amarna, y cambió por completo los milenarios conceptos del arte egipcio lleno de simbolismos. El llamado estilo de Amarna acentuaba los rasgos femeninos (pechos, vientre y caderas redondeadas). La figura “afeminada”y alargada del faraón forma parte de un marco simbólico que tres milenios después nos cuesta interpretar, pero sin duda no se debe a una realidad física, ya que las momias de la familia real no mostraron que sus miembros sufrieran ningún tipo de deformidad parecida.

El pequeño Tut

El pequeño Tut

La llamada cabeza de Nefertum es una de las piezas más destacadas del ajuar funerario de Tutankamón. Representa al hijo de Akenatón emergiendo de una flor de loto como el sol naciente del alba y es uno de los ejemplos paradigmáticos de la llamada “herejía de Amarna”. En la imagen sobre estas líneas se aprecia perfectamente la grotesca deformidad del cráneo del faraón niño y otro aspecto característico de este insólito estilo artístico, las arrugas en el cuello. Su hallazgo está envuelto en el misterio, Howard Carter no registró su descubrimiento y la dejó “olvidada” en un almacén perfectamente embalada lo que disparó las sospechas sobre las intenciones de Carter, que siempre negó que su intención fuera expoliarla.

Busto

La reina tuerta

Entre las imágenes reales más icónicas de la historia se encuentra este busto de la esposa de Akenatón, la reina Nefertiti. Realizado en el taller del escultor Tutmés, el busto prescinde de las “excentricidades” del estilo de Amarna y retrata a la reina según un canon más clásico. Pero un detalle salta a la vista, a la reina le falta un ojo. Este elemento nunca se llegó a realizar y no porque la reina fuera tuerta o porque el artista sufriera un imperdonable olvido, sino porque este retrato no era una obra de arte. Se trataba de un modelo de trabajo para hacer los retratos oficiales de la reina que no debía trascender del ámbito del taller.

Emperador prognato

Carlos V en la batalla de Mühlberg es el retrato ecuestre más famoso de la historia. Representa a un brillante general, vencedor en la contra sus enemigos protestantes y a un magnánimo gobernante de un heterogéneo imperio. Tiziano Vecellio retrató al emperador en pose augusta sin esconder una defecto físico que lo torturaba, su prognatismo. Carlos V tenía una mandíbula inferior desmesuradamente grande de la que Gaspar Contarini, embajador de Venecia, decía, “es tan ancha y tan larga, que no parece natural de aquel cuerpo”. En la gran mayoría de retratos, posaba con la boca entreabierta, puesto que, como reflejaba también Contarini “no puede, cerrando la boca, unir los dientes inferiores con los superiores”, lo que convertía sus comidas en un suplicio y le afectaba a la hora de hablar: “balbucea alguna palabra, la cual por eso no se entiende muy bien”. 

Rey obeso

Enrique VIII, el rey inglés que rompió con la Iglesia católica y decapitó a varias de sus esposas era una persona exageradamente obesa, como dan fe algunas de las enormes armaduras que se conservan en la Torre de Londres. A mediados del siglo XVI, Hans Holbein realizó un retrato que mostraba al rey en toda su “grandeza”, destruido en un incendio en 1698 pero del que se conservan múltiples copias y versiones (como la que se reproduce arriba) que demuestran la buena acogida que tuvo, también por parte del monarca. Otro detalle que no pasa desapercibido es la enorme bragueta que sobresale enhiesta entre su ropa. Un símbolo de la fortaleza, masculinidad y autoridad para ostentar el poder del monarca que parece lucirla con orgullo.

shutterstock editorial

Una reina “vieja” pero digna

María I de Inglaterra tenía 38 años en este retrato que le hizo el pintor flamenco Tomás Moro en 1554. De ella se decía que tenía una mirada dura e irritada y que aparentaba ser mayor de lo que era debido a las preocupaciones de un reino dividido religiosamente entre el anglicanismo que su padre Enrique VIII había implantado y el catolicismo que ella todavía profesaba. Moro tenía una difícil misión: hacer el retrato de una mujer que por entonces se consideraba vieja y fea sin falsear su aspecto –embellecer sus rasgos exageradamente hubiera sido una falta de respeto–, pero respetando su dignidad real. El receptor de la obra era su prometido, el príncipe de Asturias, futuro Felipe II, once años menor que ella e hijo de su primo, Carlos V. Al parecer, la obra cumplió su cometido, siendo del gusto tanto de la retratada como de su suegro, ya que e emperador la conservó hasta su muerte.

El emperador vegetal

Emperador vegetal

Hacia 1590 Giuseppe Arcimboldo realizaba este atrevido Retrato de Rodolfo II en traje de Vertumno. Bajo una apariencia de frivolidad, la obra esconde un simbolismo halagador. Vertumno era un dios de la mitología romana de origen etrusco que representaba la noción del cambio de las estaciones y el crecimiento de las plantas. De esta forma Arcimboldo presenta al emperador como generador de riqueza en la naturaleza.Los vegetales de todas las estaciones del año simbolizan una primavera eterna, metáfora de la Edad de Oro que viviría Europa bajo el gobierno de este monarca.

El rey cansado

“Ha nueve años que no se ha hecho ninguno, y no me inclino a pasar por la flema de Velázquez, así por ella como por no verme envejeciendo”. Esto decía Felipe IV en 1653 sobre posar para su pintor favorito y amigo personal para realizar su retrato oficial. Diego de Velázquez se encargó de retratar la imagen oficial del monarca durante tres décadas y el soberano se veía a los 48 años como un hombre prematuramente envejecido. Finalmente Felipe IV venció sus reticencias y el resultado fue la imagen tal vez más icónica del monarca, en la que aparece cansado y acuciado por los problemas de su reino y los personales, su primera esposa y su heredero habían muerto, incapaz durante años de engendrar un sucesor varón para su reino.

La genética Habsburgo

La genética Habsburgo

El tan ansiado heredero de Felipe IV, Carlos II encarnó como ningún otro después de Carlos V la herencia genética de la familia Habsburgo. El fenotipo del emperador prevaleció en sus sucesores en mayor o menor medida pero en ninguno alcanzó la magnitud de Carlos II. En este retrato del rey Hechizado realizado por Juan de Miranda Carreño en 1685 se aprecia la desproporción mandibular y la protuberancia en la nariz, otra “característica” de los Austrias. A pesar de todo, estos eran los problemas genéticos menores de Carlos II: su padre era tío de su madre, y sus abuelos paternos (Felipe III y Margarita de Austria) eran a su vez abuelos de su madre. Pero la cosa no acababa ahí, los abuelos maternos de su padre eran a su vez bisabuelos maternos y paternos de su madre. Su grado de consanguinidad era similar al del fruto de una relación ente hermanos por lo que no es extraño que el último rey de la dinastía fuera una persona de salud quebradiza, infértil y con evidencias de síndromes cromosomáticos.

Las tres cabezas de Carlos I

Dentro de los retratos reales más curiosos se encuentra este Retrato triple de Carlos I realizado por Anton van Dyck en 1635. El monarca inglés era uno de los principales mecenas del artista flamenco pero, igual que sucede con el busto de Nefertiti, no encargó este retrato para ensalzar su figura como gobernante, sino para enviarlo a Roma y que a partir de él, Antonio Canova realizara un busto en mármol que el papa quería regalar al soberano como muestra de las buenas relaciones entre ambas iglesias. Curiosamente la triplicada testa real fue rebanada de su cuerpo en 1649 después de la guerra civil que lo enfrentó al parlamento. Carlos I fue condenado por alta traición y se convirtió en un precedente de los monarcas ejecutados por un tribunal surgido del poder popular.

La reina desnuda

El Versalles de Luis XVI era una herencia de la pomposa corte de Luis XIV, padre de su retatarabuelo, todavía más abigarrada, si cabe. Allí cayeron dos figuras extrañas que no terminaron de encajar, la esposa del rey, la austriaca Maria Antonieta, y Élisabeth Vigée Lebrun, famosa pintora conocida por la sencillez de sus retratos, tan alejada del rococó imperante en la corte. Vigée Lebrun se convirtió en la pintora preferida de la reina y realizó de ella muchos retratos, uno de ellos desató un gran escándalo, la presentaba con un sencillo vestido de hilo y apenas maquillada. Para ños cortesanos de la época, la reina estaba semidesnuda, la camisa que luce era una prenda interior que se llevaba bajo el corpiño y la falda. La pintura tuvo que ser retirada del Salón de 1783 ante el escándalo formado. Eso sí, la aborrecida reina y la pintora impulsaron una nueva forma de vestir lejos del encorsetado estilo versallesco que fue imitado hasta por sus más acérrimas detractoras.

Elemperador enfermo

Un gran hombre enfermo

Esta escultura de Napoleón Bonaparte fue realizada por Vincenzo Vela tres décadas después de su muerte y no lo presenta como un poderoso emperador, sino como un hombre enfermo a punto de morir en su exilio de Santa Elena. Napoleón no solo parece postrado por sus problemas físicos, consumido por un cáncer de estómago, sino también abatido por su insignificancia después de haber sometido a media Europa a los dictados revolucionarios. Lejos de ser una caricatura, la escultura contribuyó a aumentar el aura de santidad del emperador entre los franceses. Exhibida en la Exposición Universal de París de 1867, las crónicas cuentan que una muchedumbre desfiló ante ella en un venerable silencio.

shutterstock editorial

shutterstock editorial

La gran obra de Francisco de Goya para Carlos IV, su retrato de familia homenaje a Las meninas de Diego Velázquez, es una obra muy personal y rompedora que no fue del todo entendida en su época. En el siglo XIX se dijo que la intención de Goya había sido caricaturizar como un tendero y su esposa “después de haberles tocado la lotería”. Para Renoir, “el rey parece un tabernero y la reina una mesonera… ¡o algo peor!”.En realidad el pintor retrató a los personajes tal como eran, sin caricaturizar pero tampoco idealizados, un trabajo muy profesional.

 

Fuente: National Geographic

redaccionqroo@cambio22.mx

ADG

WhatsApp Telegram
Telegram


WhatsApp Image 2025 12 01 at 12.34.34 AM

  • CAMBIO 2780 BANNERS SEÑORA 800X900 resultado

  • CAMBIO 2746 BANNERS NIÑOS1 1110X100 resultado