• Instancias como el TEPJF o el INAI hacen poco, cuestan mucho, “no sirven para nada” y son utilizados para pagar cuotas entre partidos y grupos de interés.

 

Redacción/CAMBIO 22

Cuando uno ve la forma en la que los supuestos órganos autónomos resuelven sus controversias, no queda más que pensar que Andrés Manuel López Obrador tiene toda la boca llena de razón: no sirven para nada.

O desaparecen, para que dependencias existentes absorban sus funciones o de plano se hace una reforma para reducir significativamente sus costos de operación.

Hacen poco o nada y cuestan mucho, esa es la lógica de pensamiento en la 4T.

No sólo eso, en algunos casos como el Tribunal Electoral y el INAI, sus integrantes están involucrados en escándalos por malos manejos y grillas internas.

Para muestra un botón: hace unos meses un grupo de magistrados electorales desayunaba en su restaurante preferido del sur de la CDMX, el mismo en el que, hace unos días, se tomaron la foto los Felipes y Mónica Soto.

En aquella ocasión, Felipe Fuentes se levantó a saludar a un alto funcionario del gobierno federal que estaba a unas mesas de distancia y les daba la espalda.

El magistrado le buscó la cara. Y a su interlocutor no le quedó más que levantarse y saludar de mano.

“Buenos días”, le dijo Fuentes. “Buenos días”, le respondió sin más el funcionario.

Pero en cuanto el visitante se dio la vuelta, el servidor público cuatroteísta, que investigaba entonces actos de corrupción, dijo entre dientes: son una bola de impresentables.

En la mesa en cuestión estaban además de Fuentes, Felipe de la Mata, Reyes Rodríguez y Mónica Soto. 

Días después de aquel encuentro, todos ellos se amotinaron para sacar de la Presidencia del TEPJF a José Luis Vargas, a quien identificaron como un personaje afín al gobierno de AMLO.

Reyes fue uno de los que participó aquella vez en el boicot y ahora recibió una sopa de su propio chocolate.

No salió por controversias con algún fallo ni por defender resoluciones. Lo echaron por no cumplir sus compromisos económicos con quienes lo ayudaron a llegar. Y el que a hierro mata, a hierro muere.

Pero si eso resulta difícil de creer, hay que asomarse a lo que pasa en el INAI en donde recién eligieron como su presidente al comisionado Adrián Alcalá.

Llegó a una presidencia bajo sospechas, acusado de haber participado en una juerga con cargo al presupuesto del organismo y firmar un oficio para reservar la información del caso.

A todo eso hay que sumar los montos excesivos de otros comisionados para sus viajes en primera clase, viáticos y congresos de los que nunca rinden cuentas.

Viajan por el mundo amparados con el manto protector de la autonomía y en muchas ocasiones votan sin necesariamente tener claridad sobre el alcance de sus fallos.

En la actualidad hay 11 organismos autónomos, los cuales reciben presupuesto del gobierno federal, pero el foco está puesto sobre algunos de ellos: INAI, INE, IFT, COFECE, CRE y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, con un costo anual de poco más de 24 mil millones de pesos.  

El Tribunal Electoral depende del Poder Judicial, con cierta autonomía de gestión pero no económica. Razón por la que AMLO lo coloca en el mismo cajón. Y por lo que declaró el lunes, no hay vuelta atrás: moverá sus hilos para desaparecerlos.

OPORTUNA RESULTÓ la visita que realizaron la gobernadora del Edomex, Delfina Gómez, y su secretario de Gobierno, Horacio Duarte, a Texcaltitlán para reunirse con los pobladores y anunciar una serie de medidas de seguridad para evitar que sigan siendo extorsionados por el crimen organizado como ocurrió hasta antes del enfrentamiento del fin de semana. Fue la primera vez en muchos años que autoridades de tal calibre acudieron a esa zona.

Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “La autonomía es como tener un pase libre para tomar decisiones. Pero con grandes poderes vienen grandes responsabilidades… y a veces, grandes errores”.

 

Fuente: EL HERALDO

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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