Segunda Parte

 

Redacción/CAMBIO 22 

El primer viaje del general a Nueva York

Visiblemente conmovido, y en medio de una ovación de los más de 19 mil espectadores que gritaban en el Madison Square Garden, Dwyane Wade se despedía del escenario neoyorquino.

Uno de los más brillantes basquetbolistas de la generación posterior a Michael Jordan y Shaquill O’Neal, el jugador de los Miami Heat cerraba ante el equipo de casa una carrera espectacular que lo llevó a conseguir tres medallas olímpicas y tres campeonatos de la NBA.

En el momento en que ingresó a la cancha, un video empezó a proyectarse en lo alto de la arena. El partido se detuvo unos minutos y Dwyane Wade levantó al cielo sus potentes y largas tenazas que tanta gloria le habían dado.

Agradecía a un público que lo había acompañado en sus 19 años de carrera profesional. El Madison Square Garden entero rendía tributo al jugador, miles de bocas vitoreaban y daban el adiós a una leyenda deportiva.

Si se cumplió la agenda aprobada, esa noche, la del 30 de marzo de 2019, entre el público que despedía a Dwyane también se encontraba uno de los hombres con más poder en México: el secretario de la Defensa Nacional.

Al general Luis Cresencio Sandoval lo acompañaba en el Madison Square Garden un grupo más reducido que de costumbre: su esposa, su hijo, su hija, su nuera (identificada en los correos como Osiris), su ayudante general, la esposa de éste, así como la ayudante de su esposa. En total, ocho personas.

No había sido un partido cualquiera. Los videos en internet muestran lo que vivieron quienes, como la familia Sandoval Medina, estuvieron ahí: una experiencia excepcional.

Y como para no bajar la intensidad de la experiencia, la siguiente parada del grupo sería también memorable. El restaurante elegido para cenar, The View, se localiza en lo alto del hotel Marriot Marquis, con el atractivo particular de que el local gira, por lo que las vistas nocturnas de Manhattan son espectaculares desde ahí.

Las reseñas de los especialistas coinciden: el costo promedio de 125 dólares (unos 2 mil 500 pesos) por persona refleja la relación precio-calidad. Así que el costo aproximado de mil dólares por la cena para ocho personas en pleno Manhattan resultaba dentro de los estándares de la ciudad.

Con apenas cuatro meses en el cargo, el general y su comitiva habían llegado dos días antes a Nueva York, en donde él asistiría a la “Conferencia Ministerial de Jefes de Defensa de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas”.

El propio general Sandoval publicó un mensaje al respecto en su cuenta de Twitter: ‹‹Participando en la “Primera Reunión Ministerial de Operaciones de Mantenimiento de la Paz”, refrendando el compromiso internacional de México en la Organización de las Naciones Unidas, #NuevaYork, EUA.››

El grupo que lo acompañaba no era reducido. De hecho, en el jet GulfStream 550 que salió a horas muy tempranas del jueves 28 de marzo de la Unidad Especial de Transporte Aéreo, ubicada en el AICM Benito Juárez, había casa llena. Sus 17 asientos estaban ocupados de la siguiente manera, tal como aparecen en la agenda aprobada:

Para quienes no conocen las claves militares, H1, H2 y Osiris corresponden, respectivamente, al hijo, la hija y la nuera del general Sandoval González. Y la invitada de la esposa del almirante Rafael Ojeda, el titular de Marina, es la cuñada de éste.

Los nombres de todos ellos aparecen en la agenda, pero se han omitido porque no pertenecen a las fuerzas armadas ni tienen un cargo en el gobierno federal y, por tanto, no son de interés público.

Bueno, todos menos uno: el hijo del general Sandoval es un alto funcionario en el Centro Nacional de Inteligencia. Se llama Luis Rubén Sandoval Medina y ahí, en el aparato “civil” que controla la información sensible en el país, es titular del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia.

Antes, durante el sexenio de Felipe Calderón, trabajó en el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

Al terminar la cena en The View, se trasladarían al hotel The Westin Grand Central, ubicado en la 42 Street, en donde la comitiva militar se había alojado. Y aunque en los preparativos y reservaciones finales no se especifican qué habitaciones ocuparon, en el documento aparecen imágenes de varias opciones: la suite presidencial, la suite o cuartos normales.

Para el domingo ya no quedaba mucho tiempo libre. Si se despertaban temprano, podrían atender la sugerencia de visitar la Catedral de San Patricio y quizá caminar un rato por Times Square.

Al mediodía se dirigirían hacia el Bronx, al estadio de los Yankees de Nueva York, que ese día enfrentarían a los Orioles de Baltimore, apenas unos cuantos días después de que arrancara la temporada de las Ligas Mayores de Estados Unidos.

Saldrían corriendo luego hacia el aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, donde el siempre confiable jet Gulfstream G550 los regresaría a México. Comerían a bordo.

Claro, habían cumplido ya con las actividades oficiales. El jueves previo, por ejemplo, apenas arribó al hotel, el general Sandoval tuvo una reunión de una hora en las instalaciones de la Misión Permanente de Canadá en Nueva York. Al finalizar, lo alcanzaron su esposa, el secretario de Marina y la esposa de éste, quienes fueron invitados a cenar por Juan Ramón de la Fuente, el ex rector de la UNAM y actual embajador mexicano ante la ONU.

El viernes había sido un día con más actividades. A las 10 de mañana comenzó la conferencia ministerial convocada por la ONU, cuyo discurso de apertura pronunció el secretario general Antonio Guterres.

El secretario de la Defensa Nacional tuvo una intervención de poco más de tres minutos durante la misma para anunciar los compromisos del Estado mexicano con las misiones internacionales de paz, luego sostuvo una reunión bilateral con el titular de Defensa de Canadá y de 13:00 a 14:30 una comida con los ministros de Defensa asistentes al encuentro.
La agenda ministerial concluyó a las 16:45.

Luego de eso, el general se trasladó al hotel para cambiarse (le sugirieron que lo hiciera de “uniforme de ceremonias con maquinoff” a “civil casual”) y alcanzar a su familia y cenar a bordo del barco “Bateaux New York” mientras éste navegaba por el río Hudson con vista a Manhattan.

Quien preparó la agenda colocó una nota que decía así: “Durante las actividades oficiales, su respetable familia (la del general Sandoval, se entiende) se encontrará realizando actividades privadas”.

A la familia del general se le ofrecieron opciones para emplear el tiempo libre: museos como el Metropolitano, el de Historia Natural o el de la Ciudad de Nueva York. También restaurantes y, lo que parece ser una tradición porque lo mismo hacían con la esposa del exsecretario Salvador Cienfuegos (“como comentario, a la esposa de mi general le gustan las visitas a los centros comerciales o outlets premium”), las opciones de shopping: Woodbury Common Premium Outlets, Tanger Outlets o el Manhattan Mall.

19 de noviembre de 2019, un día antes de un nuevo aniversario de la Revolución Mexicana, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo publicar un decreto que promulgaba la Ley Federal de Austeridad Republicana.

Con ella, argumentó entonces, se establecía “la austeridad republicana como un valor fundamental del servicio público” y llamaba a no usar los bienes y los recursos públicos para fines no relacionados con sus funciones, so pena de que los funcionarios que incurrieran en ello fueran sancionados.

Además, advirtió que se restringirían los viáticos y que habría ajustes en los gastos. Casi tres años después, anunció una vuelta de tuerca más en su política de austeridad.

“Ya vamos a pasar de la fase de la austeridad republicana a una fase superior, que es la de la pobreza franciscana”, declaró el presidente en su conferencia a fines de julio de 2022. “Vamos a reducir bastante, casi no va a haber viajes al extranjero, a procurar que la comunicación se haga por teleconferencias, y vamos a reducir viáticos aún más, y otras medidas”.

Es difícil estimar lo que significa en la realidad la disposición de López Obrador, pero algunos datos públicos permiten evaluar si en la Sedena se ha cumplido con el espíritu presidencial.

Aunque de forma general y sin el desglose adecuado porque los gastos del titular de la Defensa Nacional están exceptuados de cumplir con la normatividad (“con motivo de que esta Secretaría de la Defensa Nacional está considerada como una instancia de Seguridad Nacional”), la Plataforma Nacional de Transparencia ofrece información de algunos de los viáticos entregados al general Luis Cresencio Sandoval y sus comitivas en los viajes cuyo registro quedó en los correos filtrados.

1.- Tipo de viaje: Internacional
País destino del encargo o comisión: Estados Unidos
Ciudad o estado del encargo o comisión: Nueva York
Fecha de salida al encargo o comisión: 28 de marzo de 2019
Fecha de regreso del encargo o comisión: 31 de marzo de 2019
Motivo del encargo o comisión: “Conferencia Ministerial de los Jefes de Defensa de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, en Nueva York, EU”
Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $300,061.00

2.- Tipo de viaje: Internacional
País destino del encargo o comisión: República Dominicana.
Ciudad o estado del encargo o comisión: Punta Cana.
Fecha de salida al encargo o comisión: 04 de noviembre de 2019
Fecha de regreso del encargo o comisión: 8 de noviembre de 2019
Motivo del encargo o comisión: “Participar en la Conferencia de Comandantes de Ejércitos Americanos (CCEA)”
Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $260,978.36

3.- Tipo de viaje: Internacional
País destino del encargo o comisión: Estados Unidos.
Ciudad o estado del encargo o comisión: Colorado Springs
Fecha de salida al encargo o comisión: 22 de abril de 2022
Fecha de regreso del encargo o comisión: 28 de abril de 2022
Motivo del encargo o comisión: “Comisión del Servicio”.

Importe erogado con motivo del encargo o comisión: $418,817.00
A pesar de la parcialidad de los datos públicos, los reportes de gasto que hace la Sedena dejan constancia de que el ejército destina muchos recursos a viáticos. El año pasado gastó 459.9 millones de pesos por este concepto solamente en en el extranjero.

Un “colado” en Moscú: el hijo del general

La llegada de los integrantes de la Orquesta del Ejército y la Fuerza Aérea de México a Moscú para participar en el Festival de Música Militar Spasskaya Tower 2021 resultó una odisea.

En más de 160 correos, muchos de los cuales fueron enviados por el agregado militar mexicano en Rusia, se detalla la compleja logística para coordinar durante cuatro meses un largo viaje: que si la autorización del Senado para que militares salgan del país; que si la traducción de los contratos en inglés, español y ruso; que si la contratación de servicios de alimentación para los vuelos de ida y de regreso; que si los permisos de Canadá para hacer escala, que si el pago para recargar combustible.

No sólo eso: la confección de uniformes, el trámite de más de 130 visas, el permiso para aterrizar, pernoctar y guardar durante una semana en Moscú el Boeing 737/800 de la Fuerza Aérea Mexicana en el que viajaron; la contratación de servicios de limpieza y de desinfección que las autoridades rusas exigían, etcétera.

Antes de todo ello, la grabación en los Estudios Churubusco de 20 piezas musicales, la obtención de permisos para sobrevolar territorios extranjeros, los reiterados ensayos para que el general Luis Cresencio Sandoval pasara revista final a la ejecución de los músicos y el ballet folclórico.

Un día antes de la salida, fijada para el 21 de agosto de 2021, el general Sandoval recibió un correo de parte de su grupo de ayudantes titulado “Se envía recibo para atención del jefe Rivas”. Y un documento adjunto en Word: “RECIBO sobres de dinero 21 ago 2021”.

  • En el texto se leía lo siguiente: “Recibo que ampara la entrega de la cantidad de 41,800.00 euros (988,988.00 pesos m.n.) en 6 (seis) diferentes sobres como a continuación se indica: sobre 1 (6,970 euros), sobre 2 (6,960 euros), sobre 3 (6,970 euros), sobre 4 (6,970 euros), sobre 5 (6,960 euros), sobre 6 (6,970 euros)”.

En el documento consta que quien entrega el dinero es el jefe de la Sección de Giras de la Ayudantía General del general Sandoval. No se dice de manera explícita, pero dado el contexto es probable que se trate de viáticos.

Tampoco es posible saber a quién o a quiénes se entregarán los sobres con el efectivo. Es posible que se distribuyera entre los músicos, en cuyo caso les tocaría una cantidad pequeña para sus gastos, o que sólo fueran para seis de los integrantes de la comitiva. En cualquier caso, es un millón de pesos en viáticos.

El día previo a la partida, el secretario de la Defensa Nacional recibió en su bandeja de correos un mensaje con dos palabras en la pestaña de “asunto”: “Agenda Digital” y un documento adjunto.

Se trata de los detalles de la agenda de actividades de la delegación mexicana del 21 de agosto al 6 de septiembre. Se describen las presentaciones de la banda en la Plaza Roja de Moscú y las visitas a diferentes atractivos en la capital rusa y en San Petersburgo.

Conocerían en esos días el Mausoleo de Lenin, el Kremlin, el Museo del Hermitage, el Palacio de Catalina, la Catedral de San Basilio, el Parque de la Victoria y el Museo de la Segunda Guerra Mundial.

La agenda recibida por el general Luis Cresencio Sandoval deja ver, de pronto, que entre los militares que acudían al festival y el equipo de apoyo se había “colado” alguien más que no tenía razón oficial para estar ahí: Luis Rubén Sandoval Medina, el hijo del titular de la Defensa Nacional.

Sin querer, se “delató” su presencia en el viaje, pues su nombre no aparece de manera explícita en ningún otro de los correos: “Nota: el vuelo del sr. Sandoval Medina saldrá (de Moscú) a las 09:10, 29 ago. 2021, con destino a la Cd. de México”, se escribe en letra negrita.

El director del Centro Nacional de Fusión de Inteligencia dejaba al grupo y regresaba al país. No podría continuar con la agenda preparada para los más de 130 integrantes de la orquesta. Se perdió las visitas al Parque Gorky, al monumento a Pedro El Grande o al búnker de Stanlin, entre otras atracciones.

Viajes del general al Comando Norte

Del viaje que los altos mandos de las fuerzas armadas mexicanas hicieron en abril de 2022 al cuartel general del Comando Norte del Ejército de Estados Unidos, en Colorado Springs, prácticamente nada se sabe.

Aunque se preparó un comunicado de prensa conjunto y se planeó distribuir fotografías, el encuentro realizado del 25 al 28 de abril del año pasado no se difundió.

Se trató de una cumbre militar de alto nivel y la primera visita de los secretarios de Estado mexicanos a ese cuartel. El anfitrión fue el general Glen D. VanHerck, jefe del Comando Norte y del Comando de Defensa Aeroespacial de Estados Unidos.

No es poca cosa, por ello, que a las 14:10 del 25 de abril pasado el general VanHerck esperara al pie de la escalerilla del jet Gulfstream 550 del ejército mexicano a que el general Luis Cresencio Sandoval y su esposa descendieran para darles la bienvenida, saludarlos y escoltarlos al salón para visitantes distinguidos.

Lo mismo haría el general VanHerck un poco más tarde con el almirante Rafael Ojeda Durán, titular de la Secretaría de Marina, y su esposa, quienes arribaron en un jet oficial de la Armada una hora más tarde.

Ni el general Sandoval ni el almirante Ojeda viajaban solos. Los acompañaban amplias comitivas.

La del titular de la Marina la componían el agregado naval de la embajada en Washington, la esposa de éste, un asistente ejecutivo del almirante, dos ayudantes de la esposa del almirante Ojeda, un doctor, una enfermera, dos traductores, otro ayudante para el titular de la Semar y dos encargados de la avanzada.

La del general Sandoval era parecida en número: el jefe de Planeación Estratégica de la Sedena, el oficial de enlace con el Departamento de Defensa de EU, dos “ayudantes de campo” para el general, dos asistentes para la esposa que también se desempeñan como sobrecargos, dos médicos y dos traductores.

Sólo que, como es habitual en los viajes revisados, la comitiva del general Sandoval González también incluía a miembros de su familia: su hija, su nuera, su consuegra y la hija de su secretario particular.

El encuentro tuvo mucho protoco: hubo alfombra roja, presentación de armas para los invitados, guardia de honor e himnos nacionales de ambos países.

De carácter privado, poco trascendió de lo que se trató en específico durante la reunión plenaria (cooperación militar entre México y EU, comando binacional y las amenazas a la seguridad de la región, fueron algunos de los temas agendados; al titular de la Sedena le tocó exponer sobre un tema estratégico: “Ciberseguridad y ciberdefensa”) o durante los dos encuentros que el general VanHerck sostuvo, por separado, con el almirante Ojeda y el general Sandoval.

Lo que sí se dejó establecido en la agenda incluida en las decenas de correos intercambiados por los equipos de VanHerck y Sandoval fue uno de los tres propósitos del encuentro: “Fortalecer las relaciones personales entre los líderes de alto nivel de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y el Comando Norte”.

Un segundo punto era clave para VanHerck, por cuya iniciativa se realizó la visita: exponer ante los jefes militares de México su punto de vista sobre las amenazas estratégicas para América del Norte y los esfuerzos para contrarrestarlas, así como escuchar la opinión de los secretarios mexicanos sobre el tema.

Aunque esta fue una visita de trabajo mucho más en forma, desde la Oficina de Enlace de la Sedena con el Comando Norte se diseñó una agenda especial para las familias e invitadas de los secretarios mexicanos.

A las esposas y otros acompañantes alojados en el hotel Garden of the Gods Resort and Club, uno de los más exclusivos de la zona, se les propuso un menú de opciones atractivas:

Recorrido en tren a la montaña Pikes Peak, al Parque Natural Garden of the Gods, al Museo Olímpico y Paralímpico (Colorado Springs es considerada la “Ciudad Olímpica” de Estados Unidos); o, también, una visita a outlets premium, como el Cherry Creek, en Denver, con tiendas de firmas diversas: Louis Vuitton, Tiffany & Co., Burberry o Neiman Marcus, por ejemplo.

Que todo salga como se espera en los viajes nacionales e internacionales del general Luis Cresencio Sandoval, sea que vaya solo o en compañía de una comitiva familiar y/o militar, depende de una aceitada máquina logística: la Ayudantía General del secretario de la Defensa Nacional.

Los arreglos de las agendas y las giras, entre otras actividades, corren a cargo de una estructura funcional que a menudo incluye su emblema en los documentos que prepara: cuatro estrellas coronan el escudo nacional, que descansa sobre tres palabras: “lealtad, eficiencia, discreción”.

Una Ayudantía General que, según los documentos revelados en los correos, es una corporación al servicio de una sola persona y su familia, con “células” de todo tipo: administrativa, de seguridad, de inteligencia y contrainteligencia, de transmisiones, de transportes, de informática, de apoyos diversos; además, cuenta con cuerpo médico, policía militar y unidades de transporte aéreo.

Peluqueros, archivistas, expertos en protección, sobrecargos, sastres, especialistas en salud, oficinistas, enfermeros, cocineros, escoltas, informáticas, ayudantes de todo tipo, integran una red logística y de seguridad que incluyen dos grupos de escoltas para cada uno de los integrantes de la familia Sandoval Medina.

 

Fuente: Fábrica de Periodismo
redaccionqroo@diariocambio22.mx

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