• Las tormentas tropicales Priscilla, Jerry y Raymond azotan México, mientras la ausencia del Fonden y la falta de un Sistema de Emergencias ponen en riesgo la atención inmediata y eficiente ante desastres naturales.

 

Redacción/CAMBIO 22

México es un país que cada año se enfrenta a la naturaleza. Huracanes, tormentas, sismos, deslaves e incendios arrasan con comunidades enteras y dejan tras de sí un mismo paisaje: la devastación y la espera; pero además de enfrentar el desastre, también se enfrenta al abandono institucional.

En 2018, quince días antes de que terminara el sexenio de Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Gobernación recibió un proyecto de Norma Oficial Mexicana (PROY-NOM-010-SEGOB-2016) que pudo haber cambiado la manera en que México responde a las emergencias que hoy se viven por las tormenta tropicales Priscilla, Jerry y Raymond; el Sistema de Comando de Incidentes (SCI).

Se trata de una metodología internacional probada en Estados Unidos, Chile y Colombia para coordinar, con precisión quirúrgica, los esfuerzos de rescate y atención en desastres. Pero en ese entonces, el nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, la rechazó y la dejó dormir en la burocracia.

Tres años después, en 2021, el mismo gobierno extinguió el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el único mecanismo financiero e institucional que garantizaba recursos inmediatos para los estados y municipios golpeados por huracanes, sismos o inundaciones. Desde entonces, cada desastre ha sido atendido sin que sean claras las normas de operación y con la promesa de que ahora el dinero se entrega directamente al pueblo.

Hoy, mientras las tormentas tropicales Priscilla, Jerry y Raymond azotan simultáneamente México, el país vuelve a enfrentarse a la misma tragedia de siempre; un territorio vulnerado por la naturaleza, desprovisto de un sistema normativo sólido que garantice una respuesta mejor coordinada frente a las emergencias que cada año cobran vidas y arrasan comunidades.

 

El Sistema de Comando de Incidentes (SCI) que México dejó pasar

En el caso de la implementación del Sistema de Comando de Incidentes (SCI), el proyecto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), fue elaborado desde el año 2016 entre la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Cruz Roja Mexicana, la Cámara Nacional de Comercio, la Secretaría de Turismo de la Ciudad de México; además de otras instituciones y organizaciones públicas y privadas.

El documento de 35 páginas consultado por La Silla Rota, tenía por objetivo establecer los requisitos básicos que se deben implementar para la gestión de respuesta coordinada en la atención de incidentes “mediante la correcta aplicación del Sistema de Comando de Incidentes que deberán cumplir todas las dependencias e instituciones del sector público, así como los prestadores de servicios del sector privado y social que requieren implementar este sistema para la atención de un incidente y aquellos que por su naturaleza colaboren en acciones de mitigación, auxilio y recuperación ante la ocurrencia de una emergencia o desastre”, se lee en el proyecto.

Sin embargo; el 27 de diciembre del año 2019 ya con Andrés Manuel López Obrador como presidente, la entonces Secretaría de Gobernación a cargo de Olga Sánchez Cordero, admitió que el proyecto era “de relevancia nacional, sin embargo, el mismo escapa a la realidad de nuestro país dadas las condiciones de infraestructura, culturales y de educación para el desempeño de las actividades propuestas”.

En contraparte, la Segob argumentó en su momento que si bien el proyecto era necesario, no podían hacer solamente “una copia” de lo ya establecido en Estados Unidos porque es importante considerar “nuestra propia idiosincrasia, la capacidad de respuesta, la infraestructura y los esquemas de organización que en México prevalecen”, se lee en la respuesta y comentarios a este proyecto.

A la Secretaría de Gobernación le pareció que el documento escapaba a todo principio de congruencia con la realidad nacional y consideró las brechas, recursos, organización, idioma, terminología, equipamiento, entrenamiento, homologación, infraestructura, legislación, metodologías, estrategias, tácticas, técnicas, para desecharlo.

 

Perder el Fonden y lo que significa para la atención de emergencias

El Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales, conocido como Fonden, fue creado en 1996 y comenzó a operar formalmente en 1999 como un mecanismo presupuestario diseñado para apoyar de manera rápida y efectiva la rehabilitación de infraestructura federal y estatal afectada por desastres naturales, así como para asistir directamente a los damnificados.

El fideicomiso funcionaba mediante la activación de declaratorias de emergencia o desastre natural, emitidas por la Secretaría de Gobernación. Una vez declarada la emergencia, se liberaban los recursos para atender de manera inmediata las necesidades más urgentes de las comunidades afectadas.

Durante su operación, el Fonden recibió financiamiento a través del Presupuesto de Egresos de la Federación. A partir de 2011, contó con una asignación anual aproximada equivalente a 800 millones de dólares, consolidándose como un recurso presupuestario estándar para la atención de desastres en México.

Sin embargo, el 21 de octubre de 2021, el Senado de la República aprobó la extinción de 109 fideicomisos, incluyendo al Fonden, argumentando que existía un mal manejo de recursos por parte de funcionarios públicos, lo que ponía en duda la eficiencia y transparencia de estos instrumentos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la decisión asegurando que el Fonden se había convertido en un “barril sin fondo” del que se sustraían recursos y que en la práctica no garantizaba una atención adecuada a los damnificados ni una respuesta eficaz ante emergencias en el país.

Con la desaparición del Fonden, México perdió un mecanismo financiero institucionalizado para enfrentar desastres naturales, lo que deja al país más vulnerable ante fenómenos climáticos extremos, como huracanes, tormentas tropicales e inundaciones, sin un fondo dedicado y de liberación inmediata para la recuperación de comunidades y la infraestructura afectada.

 

¿En qué consistía la Norma Oficial Mexicana que establece los requisitos básicos para la implementación del Sistema de Comando de Incidentes?

En la introducción del proyecto, se dice que el Sistema de Comando de Incidentes (SCI), fue desarrollado en la década de los setenta en respuesta a una serie de grandes incendios forestales en el sur de California, Estados Unidos de América. En este periodo se reunieron las autoridades, organismos estatales y federales involucradas en la lucha contra incendios, para formar el Firefighting Resources of California Organized for Potential Emergencies-recursos (Firescope) contra incendios de California.

La Firescope identificó problemas que pueden suscitarse cuando participan en una misma misión de emergencia distintos grupos, como la falta de estandarización de la terminología utilizada, la incapacidad de ampliar y restringir la estructura de gestión del incidente, la ausencia de estandarización e integración en los medios de comunicación y la falta de instalaciones apropiadas.

Lo que ocurrió después de tantos incendios forestales en Estados Unidos, es que se identificó la ausencia de planes de acción consolidados y esfuerzos unificados para resolver estas dificultades como se observa hoy con el paso de las recientes tormentas tropicales.

En el punto 3.19 del proyecto de Norma Oficial Mexicana, se detalla la gestión integral de riesgos como un conjunto de acciones encaminadas a la identificación, análisis, evaluación, control y reducción de los riesgos, que involucra a los tres niveles de gobierno, así como a los sectores de la sociedad, lo que facilita la realización de acciones dirigidas a la creación e implementación de políticas públicas, estrategias y procedimientos que combatan las causas estructurales de los desastres y fortalezcan las capacidades de resiliencia o resistencia de la sociedad.

El SCI involucra en su proyecto las etapas de identificación de los riesgos y/o su proceso de formación, previsión, prevención, mitigación, preparación, auxilio, recuperación y reconstrucción y un total de 63 grupos organizados para distintas tareas como por ejemplo identificación radial. También define lugares temporales para aterrizaje de aviones y helicópteros, responsables de finanzas y su administración y establece el rol de un Oficial de Información Pública responsable del flujo de información entre el incidente y la comunidad, cerrando así las brechas abiertas por la desinformación.

Hoy, mientras las tormentas tropicales Priscilla, Jerry y Raymond azotan el país, México enfrenta una vez más la cruda realidad de su vulnerabilidad: comunidades enteras a merced de la naturaleza, vidas y patrimonio en riesgo, y un Estado que carece de todas las herramientas normativas y financieras esenciales para responder con rapidez y eficacia. El SCI permanece archivado y el Fonden desaparecido.

Contexto: Hace dos años, el huracán Otis devastó Acapulco, dejando un saldo de destrucción que puso al país frente a la urgencia de contar con protocolos claros y recursos inmediatos para atender desastres. Hoy, México vuelve a enfrentar lluvias torrenciales, vientos fuertes y oleaje elevado con las tormentas tropicales Priscilla, Jerry y Raymond, mientras la Norma Oficial Mexicana para el Sistema de Comando de Incidentes permanece archivada y el Fonden fue eliminado.

 

 

Fuente: La Silla Rota

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM/RCM

 

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