Renán Castro Madera/CAMBIO 22

 La historia es muy sencilla; Quintana Roo en cada relevo sexenal, cambia para seguir igual.

Tanto que las actuales administraciones municipales, permitirán la impunidad a sus antecesores y sus promesas de campaña quedarán encuadradas en la tácita omisión por complicidad, encabezando esta lista los Ayuntamientos de Solidaridad, Cozumel, Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto y Tulum.

Y los menciono por ser los más emblemáticos por el monto de los recursos desviados y la simulada confrontación que proyectaron durante las campañas políticas respectivas.

El caso de Tulum, es el más escandaloso y ejemplifica un posible “pacto” contraído entre su jefe político y el morenismo nacional, para beneficio único y exclusivo de los participantes, sin importarles los agravios causados a la sociedad tulumense y de sus alrededores.

Y todo esto quedaría en mayor evidencia de llegarse a comprobar el ingreso del ex alcalde de Tulum a los partidos políticos que conforman la 4T, pese a las graves acusaciones que lanzó en su contra el actual edil Marciano Dzul Caamal, y quien durante su trabajo proselitista no dejó de responsabilizarlo de ser el autor del asentamiento de grupos criminales en la zona, además de propiciar el mayor desfalco a las arcas municipales.

Y me refiero a Víctor Más Tah, un personaje con la única cualidad  de ser un  oportunista político, así como de mantener una cercanía con Carlos Joaquín, a quien apoyó tras traicionar al clan borgista del cual fue uno de sus más adelantados beneficiarios, pero esa será otra historia que contaremos a detalle en próximas entregas.

Cobra sumo interés este tipo de manto protector que han tejido los actuales titulares de los mencionados municipios, pues los compromisos adquiridos con sus hoy gobernados, fue no pasar por alto los escandalosos delitos cometidos por sus antecesores y que sumieron en el abandono total a esas tres importantes demarcaciones.

En retrospectiva,  no pueden pasarse por alto las promesas de campaña de los entonces candidatos, quienes un día sí y otro también, acusaron  a quienes relevaron en los cargos de saquear las arcas de sus municipios, y prometieron de llegar a la titularidad del cabildo, realizar auditorías para recuperar el dinero saqueado y utilizarlo en pro de la ciudadanía.

Hasta la fecha nada se ha recobrado y menos se ha actuado en contra de los presuntos responsables.

Lo más probable es que nada ocurrirá, porque todo estaría diseñado en pro de garantizarle un puesto en el gabinete federal para el verdadero jefe de todos los partidos políticos en Quintana Roo, Carlos Joaquín González.

Para encuadrar este reciente capítulo de la política quintanarroense no se puede olvidar y dejar pasar por alto  la “operación limpieza” emprendida por Carlos Joaquín a su ascenso al poder, quien  en menos de 24 horas de  ostentar el cargo, iniciaron la cacería de enemigos girando órdenes de aprehensión en semanas para cobrarles la afrenta y saciar su sed de venganza, además de exhibir el poder omnipotente que presumirían a lo largo de su gestión.

Y prueba de ello basta recordar la operación política judicial, montada durante los inicios de su gestión administrativa, para convertirla en un grandioso festín mediático pese a que dichas auditorías e investigaciones resultaron en la mayoría de los casos un rotundo fracaso que terminaron por convertirlo en tan sólo un show mediático.

Diseñado a la medida del ego del gobernante en turno y al gusto y conveniencia de los autores, pues los resultados jamás cuajaron y hasta se desconoce en la mayoría de los casos el destino final de los recursos recuperados, pues al parecer mediante pactos de impunidad lograron arrebatar a los inculpados la mayor parte de los dineros saqueados al erario público, pero para beneficio propio y hasta la fecha se sospecha ante la falta de transparencia el destino final de esos dineros, pues al parecer jamás ingresaron a las arcas públicas estatales.

Carlos Joaquín planeó y diseñó alimentado por sus aires de venganza, la persecución política en contra del desacreditado borgismo, mismo que lo llevó a obtener lo que ningún gobernante de este joven estado había logrado y es el dominio total y absoluto de los partidos políticos con presencia aquí.

Todo ello lo elaboró a  través de perversas alianzas y de sumisos testaferros quienes se amalgamaron con figuras relevantes del bajo mundo del poder en México, como es el caso del dueño del PVEM Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde”. 

Y en esa alianza de los agraviados de Roberto Borge, Joaquín González logró canalizarlos a su favor para utilizarlos en ese discurso para perseguir a decenas de funcionarios rivales que cegados por su enorme ambición fueron presas fáciles de los que desde hace más de cinco años se sienten los dueños del estado fallido de Quintana Roo.

Encarcelaron al ex alcalde de Solidaridad y ex candidato a la gubernatura por el PRI, Mauricio Góngora Escalante, por un presunto desvió de recursos a las arcas del gobierno del estado y al Ayuntamiento de Solidaridad.

Pese a resarcir parte del daño económico fue mantenido en una celda de la cárcel pública de Playa del Carmen, por indicaciones del actual gobernador del estado y liberado hasta que el lo decidiera , pese a que jurídicamente no procedía mantenerlo en cautiverio.

Mauricio Góngora Permaneció encarcelado porqué así lo había decidido Carlos Joaquín González.

Utilizaron hasta la saciedad el slogan de “En Quintana Roo, el que la hace la paga”; sin embargo para las siguientes administraciones y que duplicaron el saqueo a las arcas públicas no fue aplicada la ley con la puntualidad ejercida por Carlos Joaquín, en contra del borgismo.

• ¿Acuerdo o complicidad?;
• ¿Impunidad por un puesto en el gabinete federal?;
• ¿Arreglos extrajudiciales donde se recuperó el dinero y jamás ingresó a la cuenta pública de los municipios afectados?
• ¿Dónde fue a parar el desvío de millones de pesos de las arcas públicas de Solidaridad, Tulum, Othón P. Blanco o Felipe Carrillo Puerto?
• ¿Y en Isla Mujeres, porqué se apagó la persecución de la familia Ricalde, en contra del ex edil Juan Carillo Soberanis?

 

Vaya usted a saber las razones por las cuales la persecución y hasta el pago de aeronaves y de cobertura mediática para transmitir en vivo y en directo las detenciones de sus rivales a modo y así  exponerlos al escarnio público únicamente a los “enemigos” de la administración entrante.

En ese entonces la humillación y la venganza se imponían sobre la razón y la justicia, y prueba de ello es que más del 90 por ciento de los procesados hoy gozan de plena libertad y en algunos casos se desconoce por completo el status jurídico en que se encuentran.

Sin lugar a dudas, en Quintana Roo, cada seis años todo cambia para quedar igual… o peor, según convenga al Presidente de la República en turno, como viene ocurriendo desde los tiempos de Don Porfirio Díaz…
Y prosiguen las amenazas…

 

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