• Desde Noruega llega una interesante propuesta electrónica que se aleja del “punchis punchis” convencional

 

Redacción / CAMBIO 22

Desde 2015, cuando comenzó el camino de este proyecto, han lanzado una notable cantidad de álbumes que van en el mismo sentido: la experimentación. Sin embargo, a finales de 2024 el grupo dio a conocer su primer trabajo en español, producto de un viaje veraniego entre Madrid y Barcelona.

El álbum se llama MAD, que más que en alusión a la locura, se refiere a la ciudad de Madrid, a su arquitectura, su cultura, alta y baja; sus mujeres (son femeninas las voces del disco) y sus sonidos urbanos.

Al mismo tiempo, se aleja de lo que podríamos considerar ritmos latinos. “No entiendo bien lo que podría ser el sonido cliché de “lo latino”, pero mi música se aleja de los sonidos de moda. No me interesan. Mi nuevo álbum suena madrileño, dice su artífice. “Estuve un tiempo viviendo en Barcelona hace unos ocho años y me marcó”, cuenta en exclusiva para El Sol de México.

Si piensas en “lo latino” recuerdas a los Pet Shop Boys en “Sea Vida E”; a Señor Coconut sonando al estilo Ibiza, con sus noches interminables y sus playas bellísimas; o en lo pop, quizá a Geri Halliwell cantando “Mi chico latino”. Pero no. En MAD suenan las calles de Madrid, de Barcelona. Suenan los sonidos de la ópera, recordándonos el firme linaje de los tenores españoles.

Este es un disco que bien podría ser el que jamás han grabado Nacho Cano o Miguel Bosé; suena definitivamente a sus mujeres, pero no hay voces ya consumadas o exageradas en lo español como en los trabajos de Rosalía.

Sus voces femeninas son cantantes en ascenso y sin pretensión alguna, como La Beemudez, Laura Gómez, Silveria y Estefa, lo que causa una tremenda sensación de frescura y autenticidad: “Río Manzanares” es un buen ejemplo de ello, al igual que “Toro corriendo” y “Las Palmas”, tres de los tracks más destacados del álbum.

“Hace un tiempo también lancé un disco similar, pero con la identidad de Berlín, dónde también radiqué”, sigue el cerebro detrás de T Dot Est, quién pide que no sea revelado su nombre, ni su rostro, por cuestiones de sencillez y practicidad.

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“Yo estoy más envuelto en los sonidos de escandinavia, pero este es mi trabajo más luminoso. Como baterista, estoy muy interesado en la samba o el bossanova. Me eduqué como ejecutante de jazz, como baterista de jazz, así que exploré las percusiones latinas. Lo nuevo no me mueve, ni siquiera “Despacito” (aquella canción de Luis Fonsi, ¿la recuerdan?) no son mi estilo. Quizá porque no he estado mucho en América Latina, aunque yo voy más por las atmósferas frías, quizá depresivas”, y continúa, “pronto estaré en México. Ustedes tienen una de las expos más grandes de audio en el mundo, voy a estar en Expo Soundcheck en marzo (de 2025)”.

El álbum sorpresivamente ha sido lanzado por Runa Records, sello establecido en Valle de Bravo, que es más conocido por su estudio y producción en este sitio famosísimo para el descanso.

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MAD contiene díez cortes que van en ascenso. “Tren lunar 404” es una especie de tema para el road trip retrofuturista por las calles de Madrid que más bien destacan por su modernidad y no por su historia.

‘Tren lunar 404’ es un tema para el road trip retrofuturista por las calles de Madrid, que destacan más por su modernidad que por su historia

“Atlas amarillo” continúa el viaje, ahora mas lento con atmósfera casi sacadas de los tonos de Autechre: camino por las calles de Madrid, el calor; el viaje y su constante sonido en forward, continúa en “Toro corriendo”, “Las Palmas” y “Ángel y Sol”, que pudiera ser una obra atmosférica y ravera, como de Surrender de The Chemical Brothers.

A la mitad el disco se detiene y llega el Madrid tradicional con su alta cultura. “Río Manzanares” es un coral electrónico que recuerda el pasado post medieval de la España recién unificada bajo el poder de los reyes católicos; una obra sobresaliente.

“Siete gatos negros” continúa de cierta manera la pausa del travk antecesor, para que el observador, en este caso el escucha sinestésico, admire la grandeza de España. En álbum cierra de nuevo con su retrofuturismo y su velocidad de viaje. En “Transmite paz” una soprano nos habla de la contemplación mientras seguimos viajando al futuro desde el pasado; en “Curadero” y “Conduciendo a Tarifa”“ti di ou ti i es ti” hace una escala en la música concreta, casi ligada al krautrock, y las reminiscencias de Autechre continúan (¿cómo no recordar a Radiohead con Kid A?).

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El disco, disponible en plataformas, es una buena introducción para T Dot Est al público latinoamericano. No sería una sorpresa que un sello mexicano sea el encargado de dar a conocer este concepto nórdico en América Latina, nuestro mercado musical aquí funge como siempre lo ha hecho, como el trampolín al éxito.

Sin duda, este es un álbum que le gustará a los amantes de la música electrónica, desde los que sintonizan Beat FM hasta los que escuchan el Túnel Sonográfico Ibero. Una excelente propuesta que quizá algún día podremos topar en Mutek. Al fin y al cabo, el cerebro detrás de T Dot Est ya puso los ojos en la hispania y al parecer, seguimos nosotros.

 

 

 

Fuente: El Sol De México

redaccion@diariocambio22.mx

HTR/DSF

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