Dra. Candy Raygoza/ CAMBIO 22

El reciente suceso en Tekit, Yucatán, donde un hombre fue linchado y quemado vivo por la multitud tras haber atacado brutalmente a una mujer de la tercera edad, nos obliga a reflexionar sobre la justicia, la violencia, las adicciones y la urgente necesidad de construir una cultura de paz.

Se ha señalado que el agresor tenía antecedentes de violencia y probablemente padecía una adicción. Este aspecto nos enfrenta a una realidad innegable: las adicciones son un flagelo social que destruyen vidas y aumentan el riesgo de actos violentos. Sin embargo, el consumo de sustancias no debe ser una excusa para la impunidad ni para la violencia descontrolada.

El linchamiento es la expresión de una comunidad desesperada por justicia, pero también evidencia el fracaso del Estado en garantizar seguridad, acceso a la justicia y atención a la salud mental. Cuando la sociedad pierde confianza en las instituciones, la violencia se convierte en un recurso de desesperación, llevando a una espiral de dolor y sufrimiento que solo perpetúa el caos.

Es momento de apostar por una cultura de paz. Esto significa fortalecer el tejido social con educación, prevención, diálogo y mecanismos eficaces de justicia restaurativa. Significa también atender las causas estructurales de la violencia, como la falta de oportunidades, el consumo descontrolado de sustancias y la indiferencia ante las señales de alarma que muchas veces preceden actos atroces.

Una comunidad pacífica no es aquella donde no hay conflictos, sino aquella que sabe resolverlos sin violencia. Construir paz requiere esfuerzo de todos: gobiernos eficientes, familias involucradas, educación enfocada en valores, y programas de atención integral a las adicciones y la salud mental. Sin justicia, no hay paz; sin paz, no hay futuro.

La lección que nos deja Tekit es clara: si seguimos normalizando la violencia como respuesta, nos convertiremos en lo que queremos erradicar. Que este suceso nos mueva a exigir soluciones reales y a comprometernos con la construcción de una sociedad más justa, consciente y en paz.

 

redaccion@diariocambio22.mx

GFB/MA

 

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