René Lacoste era un tenista francés que participó en los Juegos Olímpicos de París 1924. Le apodaban El Cocodrilo.

Se llevó una medalla de bronce, pero conquistó el mundo de la moda.

 

Redacción/CAMBIO 22  

Los Juegos Olímpicos no solo nos dejan recuerdos dentro de las pistas, las albercas o el deporte. Con París 2024 en la mira, nos encontramos con una historia increíble de 100 años atrás que no podíamos dejar pasar. En los Olímpicos de París 1924, un joven llamado René Lacoste se llevó una medalla de bronce, pero conquistó el mundo de la moda.

René Lacoste era un jugador de tenis francés que, como seguro se lo están imaginando —el apellido no tiene pierde—, terminó creando una de las piezas de ropa más icónicas en la historia.

René Lacoste, medallista de tenis en París 1924

Lacoste apenas tenía 20 años cuando participó en los Juegos Olímpicos de París 1924 representando a Francia.

Aunque el deporte de principios de siglo ha quedado en el olvido, Lacoste era el más joven de una generación increíble de tenistas franceses que dominaron las primeras décadas del siglo. Ese equipo de Francia sería conocido como Los Cuatro Mosqueteros.

Solo para que se den una idea: entre 1924 y 1932, aquellos Mosqueteros (conformados por Jean Borotra, Jacques Brugnon, Henri Cochet y René Lacoste) ganaron seis campeonatos seguidos de Copa Davis. También pueden presumir una veintena de títulos individuales y una marca de 13 títulos de Grand Slam en Dobles. Eran casi imbatibles.

Por supuesto, todo el equipo participó en los Juegos Olímpicos de París 1924.

Lacoste, siendo el más joven de la pandilla, no brilló tanto en la justa parisina. En la competencia individual quedo eliminado en los cuartos de final. Sus compañeros llegaron a semifinales, subiéndose en el podio.

Afortunadamente para la historia, ese joven no terminaría estos Juegos Olímpicos con las manos vacías.

En la rama de Dobles de tenis en París 1924, René Lacoste hizo equipo con Jean Borotra. La pareja de franceses logró llegar a semifinales, pero fueron eliminados. Se llevaron a casa la medalla de bronce. La otra dupla de Mosqueteros —Crochet y Brugnon jugaron juntos— ganó la medalla de plata.

¿Un dato curioso?

Después de una apuesta cuando tenía 20 años en la que compitió por una maleta de piel de reptil, el tenista René Lacoste se ganó el apodo que lo acompañaría el resto de su vida: “El Cocodrilo”

La gran conquista de René Lacoste: Su uniforme de manga corta

Aunque tuvo una gran carrera deportiva —sus 7 títulos de Grand Slam no son nada despreciables—, suena sorprendente saber que la gran conquista de René Lacoste no está 100% en las canchas.

En el tenis de los años 20 el uniforme era estricto. Camisa de botones y pantalones. Todo exclusivamente blanco. La gran mayoría de los jugadores usaba mangas largas. Algunos —los más aventurados— se doblaban los puños de la camisa hasta el antebrazo.

Sin embargo, aquel medallista de los Juegos Olímpicos en París 1924 comenzó una revolución.

René Lacoste competía con una camisa blanca de manga corta. No rompía las reglas, pero sí los estereotipos. Sus compañeros de la época comenzaron a copiarle el estilo, pero el francés siguió un paso más adelante.

Un poco después se presentó con una playera de tres botones y cuello. Estaba hecha de algodón para permitirle más movimiento. Tal vez sin saberlo, en ese momento, René Lacoste creó la primera playera polo en la historia.

Era completamente blanca, para seguir las reglas deportivas.

Pero la historia no termina en ese momento. René Lacoste, encariñado con su apodo, encargó a un ilustrador que hicieran el dibujo de un cocodrilo que empezó a bordarle a todas sus playeras y sacos. Lo bordaba del lado izquierdo.

Rápidamente, la moda de este tenista causó sensación y se convirtió en una conquista en las canchas. De hecho, aquí arriba vemos a Lacoste, sentado, con dos de los Cuatro Mosqueteros portando su marca de ropa. Qué fotaza, ¿no?

René Lacoste se juntó en 1933 con un industrialista para crear las playeras en masa y desde entonces, su compañía es reconocida por todos.

Quién diría, ¿no? Un gran tenista de los Juegos Olímpicos de París 1924 terminaría por dejar su marca en otra parte completamente diferente del mundo: en la moda.

 

 

Fuente: Sopitas

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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