Las Pruebas que Revelan la Oscura Trama que Precedió a la Muerte de Alejandro Muyshondt, el Asesor de Nayib Bukele; Un Hombre que Sabía Demasiado
21 Sep. 2024
► Conversaciones grabadas de sus reuniones con otros funcionarios y copias de sus chats con los hombres y mujeres más poderosos del Gobierno demuestran que Muyshondt, fallecido en extrañas circunstancias en febrero pasado, conoció la entraña más oscura de la presidencia.
► Alejandro Muyshondt fue asesor de seguridad de Nayib Bukele hasta el 9 de agosto pasado cuando fue arrestado por supuestos delitos relacionados con espionaje político; el presidente lo acusó de filtrar información privilegiada luego de que Muyshondt acusó de corrupción al secretario de prensa de la presidencia
Parte 1
Héctor Silva Ávalos/Infobae
Redacción/CAMBIO 22
Alejandro Muyshondt enciende la grabadora del teléfono celular antes de entrar a la oficina de Ernesto Castro, el secretario privado del presidente Nayib Bukele, en el edificio neoclásico que aloja a la casa presidencial de El Salvador en la zona suroeste de la capital. Lo graba todo, como suele hacerlo cada vez que se reúne con funcionarios poderosos del gobierno salvadoreño, sus colegas. Es agosto de 2020.
En la reunión Alejandro Muyshondt y Ernesto Castro hablan de amenazas a la ciberseguridad de la presidencia, pero también de los pecados internos del joven gobierno de Bukele, inaugurado en 2019, como la corrupción en el sistema carcelario y el malestar de la embajada de los Estados Unidos con Guillermo Gallegos, un diputado aliado del presidente al que agentes antidrogas estadounidenses siguen la pista por narcotráfico desde al menos 2014. También hablan de poner en marcha una oficina para espiar a periodistas y miembros de la oposición política, la cual sería financiada por Casa Presidencial.

“Al hacer esto (espiar a periodistas y opositores) podemos tener muchos elementos para tener contento al hombre (Nayib Bukele), son cosas que el hombre necesita”, le dice Castro a Muyshondt en la reunión al hablar del proyecto de espionaje político, como se escucha en la grabación de ese encuentro, de la que Infobae tiene copia.
Jorge Alejandro Muyshondt Álvarez, salvadoreño nacido el 12 de febrero de 1977, descendiente de un abuelo belga, especialista en informática, es nombrado asesor nacional de seguridad al inicio del nuevo gobierno. Lo une a Bukele una amistad nacida tras la fundación de Nuevas Ideas, el partido del nuevo presidente, y se ha fortalecido luego de que Muyshondt le colabora al político con asesoría informática para sacarlo de líos, como el provocado por el “hackeo” que uno de sus equipos cibernéticos hizo en 2016 a La Prensa Gráfica, un periódico crítico, y que termina en una demanda judicial, o como cuando en septiembre de 2019 ayuda a tumbar el portal de Revista Factum, un medio independiente que ha hecho pública la relación entre Bukele y 1.9 millones de dólares que le había entregado Alba Petróleos de El Salvador, una empresa señalada por lavar dinero del petróleo venezolano.

Alejandro Muyshondt sabe mucho. Y lo sabe pronto. Su rol como especialista en ciberseguridad le da un acceso privilegiado a la información interna del gobierno. Han pasado poco más de siete meses desde la toma de posesión del nuevo mandatario, en junio de 2019, cuando ya Muyshondt sabe que algunos funcionarios, sobre todo en el gabinete de seguridad, han montado redes de corrupción desde sus oficinas, que el diputado suplente al que Bukele acababa de nombrar jefe de prisiones desvía fondos de las tiendas carcelarias y crea plazas fantasmas y que otro diputado oficialista es investigado en Estados Unidos por sus sospechados vínculos con las rutas del narcotráfico en el corredor norte del país.
También sabe Muyshondt muy pronto que conocer aquello y denunciarlo le puede costar la vida. Porque Muyshondt denuncia primero al interior del gobierno y del partido Nuevas Ideas, y luego a investigadores estatales, salvadoreños y extranjeros.
Y así ocurre. Alejandro Muyshondt murió en febrero de 2024 en un hospital estatal en las afueras de San Salvador bajo custodia del Estado luego de que, en agosto de 2023, la fiscalía general que el presidente Bukele controla lo arrestara bajo cargos de revelación de hechos, actuaciones o documentos secretos por empleado oficial, entre otros. Tras su arresto, Muyshondt es llevado a una celda en la que recibe visitas de oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC) perfilados por la oficina de inteligencia policial como sospechosos de practicar torturas y malos tratos.

Ernesto Castro.
Después de esas visitas, el asesor es trasladado al Hospital Nacional Siquiátrico primero y al Hospital Nacional Saldaña después. Cuando llega al segundo hospital, a finales de septiembre de 2023, entra con un golpe en el cráneo y una infección en la membrana cerebral, es incapaz de controlar sus esfínteres, de bañarse o alimentarse por sí mismo o de hablar de forma normal. Murió el 7 de febrero de 2024 tras al menos ocho cirugías reportadas en el expediente médico, del que Infobae tiene copia. Ninguna de esas intervenciones es comunicada a la familia, como mandan tratados internacionales contra la tortura que el Estado de El Salvador reconoce. La familia, de hecho, nunca lo ve desde que es arrestado.
Los allegados al ex asesor de seguridad pública están convencidos de que la muerte es consecuencia de los malos tratos que sufre mientras está detenido: “Me atrevo a decir que Alejandro Muyshondt fue torturado”, dice una persona cercana que habló con Infobae desde el anonimato por seguridad.
La familia, de hecho, ha llevado sus sospechas ante varias oficinas de Naciones Unidas, como la Relatoría sobre ejecuciones extrajudiciales y los grupos especiales sobre detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. El 5 de julio de 2024, estas oficinas hacen llegar una comunicación oficial a El Salvador a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la que la ONU califica el caso como uno de “desaparición forzada” y pide al gobierno de Bukele que explique por qué Muyshondt estuvo incomunicado, sin ver a su familia, y si hay abiertas investigaciones para esclarecer su muerte. El Salvador contesta el 5 de septiembre de 2024, pero su respuesta aún no es pública.
Infobae ha tenido acceso a 8 horas de grabaciones hechas por Muyshondt durante conversaciones que tuvo con varios funcionarios de Bukele. A través de comparaciones digitales entre las grabaciones e intervenciones públicas de los funcionarios y de corroboraciones hechas con al menos diez personas que los conocen y han convivido con ellos, Infobae ha corroborado la autenticidad de los audios.
Además de los audios, Infobae tiene en su poder cientos de páginas del expediente médico de Muyshondt elaborado en el Hospital Nacional Saldaña, donde el ex asesor ingresó a finales de septiembre de 2023, fotografías del cadáver tomadas en el Instituto de Medicina Legal de San Salvador y decenas de textos intercambiados por mensajería electrónica con personas cercanas a él. La autenticidad de los textos se corroboró en entrevistas con ex colaboradores, parientes, funcionarios en El Salvador y Estados Unidos, y con especialistas. La mayoría habló desde el anonimato por temor a represalias del gobierno de Bukele. Se buscó a los funcionarios y personas mencionadas en esta investigación, pero en la mayoría de los casos no hubo respuesta; cuando sí la hubo así se señala.

Lo que todos estos documentos y entrevistas cuentan es la historia de un hombre que llegó al gobierno de Bukele a hacer inteligencia política y trabajar en ciberseguridad, que se decepcionó muy pronto por lo que vio dentro del nuevo gobierno y se frustró por la inacción del presidente, un hombre a quien él admiraba. Y cuentan también la historia de cómo el Estado salvadoreño, con Bukele a la cabeza, lo arrestó, le montó una investigación criminal y lo dejó morir después de, presumiblemente, haberlo torturado.
Corrupción en las cárceles y líos con el narcotráfico
Desde el principio, cuando arranca la reunión con Ernesto Castro, entonces secretario privado de Bukele, en agosto de 2020, Muyshondt ha pedido permiso para hablar “con franqueza, sin temor a represalias y despidos”. Castro ha contestado con una risa. Con franqueza, el asesor de seguridad le informa al segundo en Casa Presidencial sobre un escándalo de corrupción que está por reventar, el de ASOCAMBIO, una asociación creada para administrar dinero proveniente de tiendas carcelarias que es controlada por Osiris Luna Meza, el director de prisiones. Esta es parte de la plática, que solo ha sido editada para mayor claridad:
-Alejandro Muyshondt: “En ASOCAMBIO hay un gran desvergue (desorden), tigre. Hueveyo de a galán (robo descontrolado) … Y en la Fiscalía están armando un expediente de esa mierda. La mamá de Osiris (Luna) empezó a ensamblar ciertos grupos de proveedores y siempre hay una comisión (de dinero) de por medio… (Los fiscales) tienen conversaciones, tienen un montón de cosas que la Fiscalía pudiera tomar en cuenta. Se empezaron a hacer de la nada un vergo de pisto (dinero)…”.
-Ernesto Castro: “…Ya los tienen bien taloneados (ubicados)”.

-Muyshondt: “Y eso es una bomba que puede ser bien contraproducente si la tiran antes de elecciones (legislativas, que se realizarán a principios de 2021). Es un vergazo (golpe) que está bien documentado y es bien difícil desmentirlo y crear una cortina de humo para quitarse un vergazo de ese tipo…”.
-Castro: “Sí.”.
La “mamá de Osiris” es Alma Yanira Meza. Poco después de esta conversación, dos medios salvadoreños hacen públicos documentos que acreditan el desvío irregular y uso de USD 8.5 millones en el sistema carcelario. La Fiscalía General de la República (FGR), en efecto, ha abierto un expediente que entonces no es público y ha puesto a Luna y a su madre como los principales sospechosos del desvío. Los fiscales, además, creen que madre e hijo son líderes de una red de corrupción que ha creado plazas fantasmas para apropiarse de salarios no entregados y de dar contratos por servicios en las cárceles a cambio de coimas. En pocos meses, gracias a esas plazas, la red de los Luna Meza se ha hecho con unos USD 300,000 según las investigaciones de la fiscalía.
Los audios de Alejandro Muyshondt.
Audios extraídos de una reunión en agosto de 2020 entre Ernesto Castro y Aljandro Muyshondt; ambos hablan sobre espiar a periodistas y opositores, y sobre un diputado aliado del oficialismo investigado por EEUU por sospechas de narcotráfico y corrupción
Para 2020, la FGR también investiga a Luna por su rol en la negociación de un pacto de gobernabilidad con las pandillas MS13 y Barrio 18, que entonces está vigente. La Fuerza de Tarea Vulcano, creada por la administración de Donald Trump en Washington para apoyar la lucha anticorrupción en Centroamérica, colabora con las pesquisas en torno a Luna Meza. A finales de 2021, cuando ya Joe Biden es presidente en Estados Unidos, el Departamento de Estado y el del Tesoro sancionan a Meza y a su madre y los señalan de corrupción. En el San Salvador de Bukele no pasa nada.
El secretario Castro y Muyshondt también hablan, en la reunión de 2020, de Guillermo Gallegos, el diputado cercano a Nayib Bukele al que autoridades estadounidenses llevan investigando desde 2014.

Gallegos es, en 2020, un diputado que lleva 20 años en el Congreso, a donde llegó como representante del partido ARENA, de derecha. Con el tiempo, junto a otros operadores políticos desechados por el conservadurismo tradicional salvadoreño, fundó la Gran Alianza de la Unidad Nacional (GANA). En 2019, tras varios cambios de lealtades políticas, Gallegos y GANA le prestan el partido a Bukele para que corra por la presidencia luego de que este no alcanza a inscribir a tiempo a Nuevas Ideas. Desde entonces, Bukele y Gallegos son buenos amigos.
Audios extraídos de una reunión en agosto de 2020 entre Ernesto Castro, entonces secretario privado del presidente Nayib Bukele de El Salvador, y Aljandro Muyshondt, asesor de seguridad nacional del gobierno salvadoreño
Sobre Gallegos pesan varios señalamientos públicos, incluso investigaciones de autoridades judiciales salvadoreñas. En 2018 un examen de la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la oficina que investiga el crecimiento patrimonial de los funcionarios, determina que Gallegos ha usado de forma irregular unos USD 100,000 y que ha intercambiado dinero con un operador de la banda de narcotraficantes Los Perrones. Dos investigaciones del periódico El Faro revelan, además, que Gallegos cobra viáticos por viajes a España que nunca ha hecho y que ha desviado medio millón de dólares de la Asamblea Legislativa a una ONG de la que su esposa era directora. Cuando Nuevas Ideas, el partido de Bukele, logra mayoría en la Asamblea Legislativa, en febrero de 2021, sus diputados montan una comisión para investigar entrega de fondos legislativos a organizaciones civiles; a las financiadas por Gallegos no las tocan.

Pero el principal problema de Gallegos nunca ha estado en El Salvador, donde siempre salió bien parado de las investigaciones, sino en Estados Unidos. El Buró Federal de Investigaciones sigue la pista del exdiputado salvadoreño desde al menos 2014 por posibles nexos con el narcotráfico. Infobae habló con un agente especial del FBI y con un exdiplomático estadounidense que estuvo estacionado en El Salvador en aquellos años; ambos confirmaron las investigaciones.
En 2020, le dice Muyshondt a Castro, una agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estacionada en San Salvador ha vuelto a hacer preguntas sobre Gallegos y, esta vez, sobre su relación con el recién estrenado presidente Bukele:
“Hay un caso que se está llevando en el SDNY a donde (Guillermo) Gallegos está muy metido… A mí Gallegos me pela (no me importa) …, la cosa es que la que está encargada de la inteligencia aquí de los Estados Unidos está cuestionando el porqué de la amistad de N con Gallegos. Pregunta que por qué, si lo ha hecho socio o lo está encubriendo”, advierte Muyshondt al secretario privado. En un momento, Castro intenta minimizar la relación de Gallegos con Bukele, pero luego acepta que ambos hombres son amigos.

Castro acepta que el Organismo de Inteligencia del Estado (OIE) les ha hecho llegar, a él y a Bukele, un informe en el que hay información comprometedora para Gallegos. El secretario da a entender que no hicieron algo al respecto. “En campaña… a nosotros la OIE nos daba un reporte, pero palomísima (impresionante) en donde estaban movimientos de las cuentas en el exterior… Y todavía me acuerdo (de) que le digo yo… Mirá… y qué hacemos con esta mierda… Nada, ahí dejémoslo, que sigan buscando, nos vale verga (no nos importa)”, dice el secretario.
Muyshondt es bastante vocal sobre su preocupación respecto a Guillermo Gallegos. La misma advertencia que lleva a la oficina de Ernesto Castro la repite, palabras más palabras menos, en otras reuniones con funcionarios cercanos a Bukele. Se lo dice a Ibrajim Bukele, hermano del presidente y su principal asesor económico y comercial, y a Xavier Zablah, primo de Nayib y presidente del oficialista partido Nuevas Ideas. Ambos escuchan y optan por guardar silencio.
Esta es parte de una de las conversaciones con Zablah que Muyshondt ha grabado en su teléfono celular:
-Alejandro Muyshondt: “Ojalá aquel (Bukele) vaya marcando su distancia (de Gallegos), porque eso nos va a traer un costo político bien grande…”.
-Xavier Zablah: “Lo sé.”.

-AM: “Mirá, los gringos le tienen a Gallegos un vergo de mierdas, tanto así que en el USDNY (fiscalía del distrito sur de Nueva York) tiene un expediente grande… Lo están haciendo ‘jayanamente’ (descaradamente), están desembarcando en San Juan La Herradura (en la costa salvadoreña) …Cuando incautaron USD 1.2 millones en droga, quién fue el que saltó, Gallegos saltó y le habló al chele (Mauricio) Arriaza (Chicas, director de la Policía), amenazando con destituirlo…”.
-XZ: “Mirá, yo de esos temas, cabrón…”.
Un alto jefe policial que ha colaborado en el pasado con Mauricio Arriaza Chicas, el director de la Policía fallecido el 8 de septiembre pasado en un accidente de helicóptero, confirma que, en al menos dos ocasiones, Gallegos llama a Arriaza y que, en una de ellas, se refiere a un decomiso de drogas.
Conversaciones y mensajes de texto compartidos con uno de sus colaboradores revelan que desde al menos mediados de 2020 el asesor de seguridad se entrevista con agentes del Departamento de Justicia asignados a la Fuerza de Tarea Vulcano, una unidad especial creada por el gobierno estadounidense para apoyar el combate a la corrupción y el narcotráfico en Centroamérica, a veces fuera del país. Dos oficiales que trabajan con el gobierno de Joe Biden en Washington confirman esta relación, así como un ex miembro del Ministerio Público salvadoreño que estuvo en contacto con Vulcano.
Continuará…
Fuente Infobae
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