¡Las Orcas Atacan de Nuevo! Velero Deja a Tripulación Varada tras Violento Encuentro en España
29 Ago. 2024
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Una Manada de Orcas Embistió un Velero Frente al Cabo Finisterre, Dañando el Timón y Dejando a la Tripulación en Aguas Peligrosas. Este Incidente Marca el Último de una Serie de Ataques en la Península Ibérica.
Redacción / CAMBIO 22
Las orcas han atacado de nuevo. Esta vez embistieron a un velero frente a la costa noroeste de España, dijeron los equipos de rescate el martes.
Una manada de orcas dañó el timón de un velero y dejaron a su tripulación de dos personas varada en las aguas del cabo Finisterre el domingo, según un comunicado enviado por correo electrónico por los trabajadores de rescate. Es el último de una serie de ataques de grupos de orcas que nadan en los alrededores de la península ibérica.
Aunque el velero, el Amidala, no se hundió, los grupos de orcas han hundido varias embarcaciones en los últimos años. Los investigadores aún no saben si los ataques son juguetones o malintencionados, pero una nueva teoría basada en el estudio de las manadas de orcas problemáticas sugiere que podrían estar utilizando los barcos como blancos de práctica para nuevas técnicas de caza. Existen otras teorías que compiten entre sí.
Independientemente de las intenciones de las orcas, su comportamiento basta para preocupar a los marineros que navegan por las sumamente transitadas aguas de España, Portugal y el norte de África.
El Amidala, tripulado por dos belgas, se encontró con un número desconocido de orcas el domingo por la tarde. Enviaron una llamada de socorro al Centro de Salvamento Marítimo de Finisterre, que remolcó la embarcación hasta la costa, dijo el centro.
El timón dañado del velero y las malas condiciones meteorológicas de la zona hicieron más arduo el rescate, con olas de hasta casi 3 metros y vientos de 64 kilómetros por hora. Una tripulante del Amidala sufrió heridas en una mano mientras remolcaban el velero y fue trasladada a una embarcación de rescate, dijo el centro de salvamento. Tras más de cuatro horas, el Amidala consiguió volver a tierra.
En los últimos años, los marineros han compartido consejos sobre cómo detener los ataques de las orcas, o al menos disuadirlas. Por ejemplo, como disuasión se recomienda pintar el casco de otro color. Otra táctica es poner música heavy metal o esparcir arena en el océano. También existe una aplicación que rastrea la actividad de las orcas en el océano y permite a los barcos mantenerse alejados de las manadas.
Los investigadores no tienen una explicación definitiva de por qué las orcas, aparentemente solo en esta región, embisten cada vez más a los barcos. Una teoría sugiere que las embestidas se deben a los encuentros traumáticos pasados entre orcas y embarcaciones. Algunos científicos creen que puede ser más sencillo: como mamíferos curiosos y juguetones por naturaleza, las orcas pueden estar simplemente divirtiéndose.
La otra nueva teoría procede del Instituto de Investigación del Delfín Mular de España, que ha seguido los ataques de las orcas a los barcos desde 2020. Ha descubierto que las manadas de orcas de la costa de España, que migran en las aguas entre el norte de África y la Península Ibérica, han desarrollado un gusto por el atún rojo del Atlántico, según un artículo que el instituto publicará el próximo mes.
Esa especie de atún puede llegar a medir hasta 3 metros y moverse a velocidades que las orcas no siempre pueden alcanzar, al menos sin práctica, dijo Bruno Díaz López, biólogo jefe del instituto. Los veleros suelen tener el tamaño ideal para practicar: se mueven rápida y silenciosamente, y cerca de la superficie del agua, de manera similar a las presas de las orcas.
Los investigadores que estudian los incidentes de embestida han descubierto que son sobre todo las orcas jóvenes las que persiguen a los veleros, pero a veces los adultos parecen enseñar a los miembros más jóvenes de la manada a hacerlo. Las orcas también han descubierto que el timón es lo suficientemente blando como para morderlo y que la fibra de vidrio es buena para embestir, dijo Díaz López.
“Es como un juguete de entrenamiento”, dijo Díaz López. “Es una pena que los humanos estemos en medio de este juego, pero ellos están aprendiendo”.
Fuente: The New York Times
SPC