Raymundo Riva Palacio / CAMBIO 22

El senador Adán Augusto López Hernández anda muy orondo. Sigue soberbio y prepotente. En el Senado, sus colaboradores siguen su ejemplo; se sienten poderosos, intocables. Hasta ahora, lo son. Las ondas expansivas criminales que produjo la investigación sobre Hernán Bermúdez Requena, su secretario de Seguridad en Tabasco cuando fue gobernador, las ha esquivado, como también las primeras revelaciones sobre una fortuna no aclarada. La tormenta, sin embargo, lo persigue con investigaciones en México y Estados Unidos que lo colocan en el centro de presuntos delitos que involucran a familiares y cercanos.

En México, existen más de ocho horas de audios entre el entonces gobernador de Tabasco con sus colaboradores y operadores políticos donde mencionan los acuerdos con Bermúdez Requena y, en al menos dos, López Hernández habla directamente con su secretario de Seguridad sobre temas que no tienen que ver con los asuntos del gobierno, sino con presuntos ilícitos. Las grabaciones salieron del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero fueron enterradas por su exdirector, el general Audomaro Martínez, que fue quien primero impulsó a Bermúdez Requena.

Excolaborador de Adán Augusto sí fue investigado por la FGR

En Estados Unidos, la investigación por los presuntos vínculos de López Hernández con el crimen organizado se remonta a 2021, cuando llegó a la Secretaría de Gobernación, pero que incluye, de acuerdo con detalles a los que se ha tenido acceso, operaciones sospechosas con sus hermanos Melchor, que es notario público –como él–, y su hermana Rosalinda, a quien el expresidente Andrés Manuel López Obrador nombró jefa de Auditoría Fiscal del SAT al comienzo de su gobierno.

Rosalinda murió por enfermedad en junio de 2024 en el departamento de su hermano Adán Augusto en las Galerías de Houston.

Las investigaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses señalan una presunta operación de lavado de dinero mediante factureros, que entraron a los negocios a gran escala como relevos, en la medida que el gobierno de López Obrador iba eliminando a los factureros que habían trabajado con gobiernos anteriores. De acuerdo con los estadounidenses, Rosalinda dejaba asuntos en “tránsito” de evasión de impuestos o en litigio, que su hermano Melchor resolvía en las oficinas de la auditoría del SAT en Guadalajara y León.

Desde ahí, según las investigaciones, Adán Augusto junto con su cuñado, el entonces gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón –esposo de Rosalinda–, construyeron una red de financiamiento para nuevas empresas que fueron constituyendo durante el sexenio pasado, y que fue utilizada como matriz en el negocio del contrabando de combustible, llamado coloquialmente como huachicol fiscal, donde se cruzan con los hallazgos mexicanos. Escandón es actualmente cónsul en Miami y durante su administración en Chiapas permitió, por omisión o comisión, la llegada del Cártel Jalisco Nueva Generación, con el que Bermúdez Requena, a través de la organización criminal que encabezaba, La Barredora, se asoció. Esa incursión convirtió la frontera con Guatemala en una zona de guerra contra los cárteles de Sinaloa y de Chiapas-Guatemala.

Las investigaciones en los dos países tienen puntos de contacto que en ocasiones las empalma, pero corren por rutas separadas.

 

 

 

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GPC/RCM

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