Renan Castro Madera/CAMBIO 22 

Rafael Caro Quintero, detenido ayer en Choix Sinaloa, siempre fue un capo engañoso y de una agilidad mental fuera de serie, que lo llevó a convertirse a los 29 años, en uno de los hombres más ricos de México.

Compraba propiedades por todo el país, incluyendo Cancún, en dónde según se manejó en esos años, construyó un lujoso hotel en la zona de punta Cancún, catalogado en esos años del siglo pasado, como el más lujoso de México.

Al imponente y lujoso complejo hotelero, lo bautizó como Los Tules, al parecer porqué así lo llamó el propietario original del predio.

Pero Caro Quintero, no solo adquirió propiedades en Cancún, también desarrolló inversiones en Jalisco, en dónde construyó varios fraccionamientos de alta plusvalía, la ciudad de México, Sinaloa y en países centroamericanos como Costa Rica.

Y la personalidad de este importante capo mexicano ya entrado a la tarecera edad no dejaba de reflejar el sello de su personalidad y quedó plasmada en una entrevista otorgada a la revista Proceso, pocos días después de ser liberado.

En el año 2013, la revista Proceso realizó una entrevista clandestina a Rafael Caro Quintero, pocos días después de haber sido liberado por un tribunal de Distrito asentado en Jalisco.

Al salir de prisión de inmediato abordó una camioneta para perderse en la clandestinidad.

Ayer, fue detenido en Choix Sinaloa, por elementos de la Marina Armada de México, en un operativo sorpresa y en dónde participaron agentes de la DEA, quienes proporcionaron toda la información para lograr su captura.

La entrevista cobra vigencia por los elementos que aporta en la misma, en dónde se declara retirado del narcotráfico y en donde aseguraba no mantener una confrontación con Joaquín Guzmán Loera El Chapo, líder del cártel de Sinaloa.

Un hombre controversial desde sus inicios en el mundo del narcotráfico, en dónde de igual manera enamoró a la sobrina de un ex gobernador de Jalisco, como reconocer que antes de cumplir los 30 años ya tenía acumulado cerca de mil millones de dólares en sus cuentas personales.

Dueño de hoteles en diversas partes del país, entre ellos un lujoso centro de hospedaje en Cancún, el hoy llamado Fiesta Americana Coral Beach, que administra la cadena internacional del mismo nombre.

En los primeros meses del año 1987, el hotel fue asegurado por la entonces Procuraduría General de la República (PGR), por sospechas de que había sido construido con dinero del “Narco de Narcos”.

Un pasaje que nunca se aclaró en su totalidad e inclusive durante su construcción ese hotel ubicado en la zona de Punta Cancún, llamado Los Tules, en ese entonces lo calificaron como uno de los más lujosos de México y el continente.

Con ello de igual manera iniciaba el periodo de Quintana Roo, que utilizaron los narcotraficantes como su principal centro para el lavado de dinero que en la mayor parte del tiempo detonó en sendos escándalos por los nombres de conocidos empresarios que algunos fueron a parar a la cárcel al relacionarlos con los jefes narcos del momento.

Empero la detención del Capo en 1985, provocó la interrupción de la construcción del complejo Los Tules, en tanto se “negociaba” su incautación con las autoridades federales en turno.

Su primera detención 

Rafael Caro Quintero conocido también bajo el apodo de R1,  era buscado por la DEA por cielo, mar y tierra, hasta que finalmente fue encontrado en una mansión conocida como La Quinta enclavada en la localidad de Alajuela en el país centroamericano, a unos 20 kilómetros de la capital (San José).

Fue el 4 de abril de cuando Caro Quintero fue capturado en San Rafael de Ojo de Agua en Alajuela, Costa Rica.

Se encontraba en “El Castillo” un rancho imponente que incluía tres mil cabezas de ganado, caballerizas, una iglesia y una pista aérea.

Ese día, el “narco de narcos”, estaba acompañado de una joven de 17 años, Sara Cossío Gaona, sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, un político del estado de Jalisco que más tarde se convertiría en gobernador.

Sara Cosío fue pieza clave para la detención, pues ella llamó a su familia asegurando que se encontraba con Caro Quintero por su propia voluntad.

Sara fue hallada semidesnuda en una cama y con señales de estar embarazada del capo de la droga.

“¡Yo no estoy secuestrada repetía la joven tapatía al momento de su detención y aseguraba que estaba ahí por su propia voluntad y el amor que sentía por Caro Quintero.

La lujosa residencia no era la única que poseía, de acuerdo con las investigaciones que derivaron en su extradición a México, donde pasó 28 años preso hasta 2013 cuando gracias a una argucia legal salió caminando del penal de Puente Grande, el capo tenía otras tres propiedades en aquel país. En las paradisiacas localidades de San José de la Montaña, Bello Horizonte de Escazú y Vázquez de Coronado.

Al exlíder del cartel de Guadalajara le decían el Príncipe por la ropa de lujo y las joyas ostentosas que siempre portaba.

Además era propietario de más de 15 agencias distribuidoras de vehículos de la marca FORD, en el centro y occidente del país.

Tanto que para conquistar a Sara Cosio Gaona, mandó como regalo 15 camionetas de las más lujosas de entonces y las estacionó en el jardín de la residencia de su amada.

La joven Cosio Gaona, las rechazó lo que causó la ira del entonces joven narcotraficante y les prendió fuego en ese mismo lugar.

Le otorgaba costosos regalos tanto en joyas y diversas prendas de las más caras del mercado.

Y sus extravagancias las reflejaba en su figura por lo que su atuendo era una parte de la fama que ya tenía entre la clase pudiente y política de las principales ciudades del país.

Y todo ello, gracias a las enormes cantidades de marihuana que producía en su rancho ubicado en el estado de Chihuahua y del que era encargado el que se convertiría años más tarde en el fundador del cártel de Juárez, el entonces comandante de la Dirección Federal de Seguridad, Rafael Aguilar Guajardo.

En los años 80, Rafael Caro Quintero era conocido como el mayor productor de marihuana de México.

En una de sus propiedades, por ejemplo, ocurrió la mayor operación contra las drogas en la historia del país: más de 10.000 toneladas cultivadas en el rancho El Búfalo fueron destruidas.

Caro Quintero ordenó secuestrar a quien descubrió el cargamento, el agente de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) Enrique Camarena Salazar, así como al piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar.

Ambos fueron asesinados. La muerte del policía estadounidense, ocurrida en 1985, provocó una de las crisis más profundas en la relación entre México y EE.UU.

redaccion@cambio22.mx

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