Las Ciudades “Acuáticas” una Propuesta que Pudiera poner fin a la Problemática del Cambio Climático

Redacción/CAMBIO 22

Ante el crecimiento poblacional que ya no se puede controlar y el calentamiento global que se refleja en las inundaciones y la subida del nivel del mar, el urbanista Kunlé Adeyemi sostiene que hay “que aprender a convivir con el agua”.

Las ciudades “acuáticas” que propone son un ecosistema del entorno construido que aboga por incorporar más agua al tejido urbano de las comunidades”, según cuenta en entrevista con la agencia EFE el también arquitecto y fundador del estudio NLÉ.

Su iniciativa consiste en diseñar “edificios, infraestructuras, soluciones para la vida, el ocio, la energía, el agua, los residuos y, en definitiva, todo un concepto de desarrollo que aborde los retos del crecimiento de las ciudades y las comunidades, así como el cambio climático, y particularmente el problema de las inundaciones y la subida del nivel del mar”.

“Se trata de que, en lugar de luchar contra el agua, aprendamos a vivir con ella”, subraya el urbanista, quien se inspiró para este proyecto en una comunidad de Nigeria relativamente pobre que vive del agua y que construyó miles de viviendas muy pequeñas sobre el agua y en el centro de Lagos.

Y aunque, dice, la calidad de su construcción y la calidad del entorno es pobre e insegura en ciertas circunstancias, Adeyemi cuenta que le inspiró el hecho de que “hayan construido tanto con tan poco y hayan sido capaces de crear esta comunidad que ya vivía coexistiendo con el agua como una forma de adaptarse a estos retos” que se ven como consecuencia del cambio climático.

Así fue como se dio cuenta de que: “no sólo nos enfrentamos a los desafíos de la expansión urbana, especialmente en el continente africano, sino también a los del cambio climático, cuyos efectos más palpables incluyen las inundaciones y la entrada del agua en las ciudades”.

Su propuesta está inspirada en ciudades como Venecia, Ámsterdam y Chicago, que conviven con el agua de muchas formas

Soluciones al alcance

También ha aprendido de ciudades como Venecia o Amsterdam, donde el urbanista vivió y donde tiene la sede de su estudio de arquitectura, así como urbes más grandes, como Chicago, que “tiene muchas vías fluviales que atraviesan el corazón de la ciudad, con más de 140 puentes que la cruzan, e incluso torres que pisan el agua, como las Marina”.

Desde su estudio, Adeyemi desarrolla lo que la prensa ha llamado “ciudades flotantes”, que son “soluciones asequibles, que puedan ser construidas por la propia comunidad con materiales y recursos locales y ensambladas a mano en la medida de lo posible”, comparte.

Los materiales de estos sistemas modulares son principalmente la madera y el bambú, precisa, “fuentes y especies renovables que abundan en diversas zonas”.

Uno de los productos que destaca el urbanista es el Sistema flotante de Makoko: Una de las muchas soluciones y tipologías de construcción que tenemos en nuestro inventario de cómo se puede construir sobre y alrededor del agua.

Construir sobre el agua

Se trata de una estructura flotante de madera, con forma triangular y de varias plantas cuyo bajo centro de gravedad y armazón en forma de A le aportan estabilidad y equilibrio y que puede servir de vivienda, hotel o escuela, entre otros usos.

Este producto se ha llevado a seis países de tres continentes diferentes, a fin de acercar el agua al entorno construido y aprender a convivir con ella.

El experto aclara, sin embargo, que su idea va más allá de las plataformas “flotantes” y, así, prefiere el término “ciudades acuáticas” para referirse a su concepto, que incluye también edificios construidos sobre pilotes en el agua o incluso en tierra, pero con canales.

Adeyemi defiende el uso de estas soluciones especialmente en el Sur Global, pues Asia y África son los que “se están urbanizando más rápidamente en el mundo” y los que más necesitan adaptarse a los impactos climáticos en estos momentos.

Pero señala que también se pueden replicar en países del Norte Global donde cree que hay aún espacio para “un tipo de progreso”, que deberá ser “más ecológico, que respete el medioambiente y que nos permita como humanos coexistir mucho mejor con la naturaleza”.

Fuente: El Sol de México

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