Redacción/ CAMBIO 22

Dos amigos de la infancia, Mario, interpretado por Martín Pizano, y Roberto, interpretado por José Ángel Juárez, muchos años después de separarse y vivir vidas “muy opuestas, pero a la vez muy paralelas”, se reencuentran en la vejez. Roberto fue locutor de radio muy disruptivo en cuanto a la crítica social que hace en su programa, una persona muy estudiada; mientras Mario, se conforma con lo que la sociedad le exige y se convierte en un trabajador de oficina, un burócrata. Al reencontrarse reviven la amistad y repasan los momentos a los que los ha llevado la vida hasta que llegan a su presente en el que hacen una reflexión alrededor de las circunstancias que motivaron sus decisiones. Una puesta en escena que llevará al espectador a hacer una exploración formal de la experiencia musical y escénica.

“Justamente durante la pandemia surge la idea de este texto que es una expresión del miedo generacional que tenemos; nosotros somos una compañía muy joven también en edad y es la expresión de ese miedo que tenemos porque si bien mucho tiempo se manejó la idea de que no habría futuro, hoy sabemos que sí hay futuro y que puede dar mucho miedo, y justamente el texto expresa nuestros miedos a envejecer y al abandono en la vejez, sobre todo”, asegura Astor Notrem, autor y director de “Concierto para 3 y una moneda” que tiene una corta temporada en El 77 Centro Cultural Autogestivo del Foro Shakespeare, todos los jueves hasta el 27 de Junio, a las 20:00 horas.

Luego de estar en una primera temporada, durante marzo, en el Centro Cultural El Hormiguero, la joven compañía Tranvía Teatro debuta en los escenarios de la Ciudad de México con una obra que tiene a un tercer protagonista: 3, interpretado por María Valdéz, quien interviene en la historia como un personaje que refleja lo que puede estar pensando el público al ver a estos dos viejos amigos reflexionar sobre su vida. 3 es una periodista que cubre los últimos momentos de la vida de estos dos señores, señala Notrem, quien cuenta que el texto se gestó en 2020 y el montaje como tal empieza en 2022 con todo lo que conlleva una pre producción teatral, incluido el trabajo de análisis del texto.

“Estos dos amigos de la infancia fueron muy cercanos, incluso, aunque dentro de esta construcción que no se ve en la obra, está presente en el subtexto de los diálogos, son dos amigos que llegaron a tener una relación mucho más profunda que una amistad, llegando a la intimidad afectiva, pero que pasado un tiempo se separan, y al final de sus vidas se encuentran”, afirma Notrem, para quien “Concierto para 3 y una moneda”, pretende reflexionar, desde la juventud, el miedo que el abandono geriátrico nos provoca, así como compartir un deseo anárquico cuyo alcance se escapa a la pueril forma en la que se da el valor a las cosas.

Y es que los dos viejos hablan de los deseos y de los arrepentimientos consecuencia del paso del tiempo. También se aborda la identidad, añejada con los años, y que se debate entre el defender “quién soy y el querer ser alguien más”. Todo desde una banca en un parque, donde dos viejos y una moneda lanzada al aire por un peatón muestran un cuadro cotidiano y actual.

El joven dramaturgo y director reconoce que este montaje está “terriblemente” influenciado por el trabajo de la murga Agarrate Catalina y la banda uruguaya El Cuarteto de Nos. Asegura que la música viene desde la concepción misma del texto, que está profundamente inspirado en los trabajos de estas dos bandas, de quienes toman, desde la temática que habla desde la cotidianidad de las historias pequeñas, urbanas, de las que nos hablan estos conjuntos, hasta en la estructura de la pieza teatral.

“La obra no sigue una estructura lineal, sino que se compone de varias secciones que tienen su propio arco emotivo y su propio arco narrativo para componer un todo que pretende justamente validar las experiencias de un concierto de rock y una obra de teatro. Más allá de eso la música también está muy presente dentro de la obra directamente, ya que el personaje de 3 nos acompaña todo el tiempo con una guitarra en vivo, y hay canciones también en vivo por parte de uno de los protagonistas y esto nos da un ritmo muy particular. Le da una ambientación muy directa que el público puede reconocer de dónde viene en todo momento”, apunta Astor Notrem.

 

Fuente: El Universal

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