Renan Castro Madera/CAMBIO 22

Las sospechas surgen por doquier, a la vista y paciencia de un alto mando hipócrita que se ha encargado de vender un falso espejismo al gobernador y pretende hacer lo mismo y diseña una estrategia de “continuidad” a las próximas autoridades, de entrada para seguir manejando un millonario presupuesto en el rubro de seguridad pública.

Hablamos de los altos mandos de la Policía Quintana Roo.

El fracaso de la política en materia de seguridad pública de Quintana Roo, ocurrió por ser una copia del fallido proyecto diseñado por el hoy encarcelado en los Estados Unidos Genaro García Luna, acusado de nexos con el cartel de Sinaloa.

Al operarlo aquí, de igual manera se replicó por igual la tolerancia a organizaciones criminales favorecidas por altos mandos y comandantes.

Sin embargo, para los altos mandos de la Policía Quintana Roo, ellos ha cumplido con creces, según sus cifras y las que manejan con el Secretariado Nacional de Seguridad Pública y en sus reuniones periódicas en el Grupo de Coordinación para la Construcción de Paz y Seguridad de Quintana Roo.

La realidad que enfrentan los quintanarroenses es completamente diferente a esa danza de cifras que manejan y no se trata de una cuestión de percepción ciudadana, si no de los eventos de alto impacto que ocurren a diario en casi todos los municipios.

Ayer ocurrieron hechos en la cada vez más conflictiva zona Sur de la entidad; tras una operación de rutina llevada a cabo por elementos del Ejército en una vía carretera cercana a la comunidad de Nicolás Bravo en el municipio de Othón P. Blanco, es tan sólo una pequeña muestra de la descomposición que viven los cuerpos policiacos asentados en la entidad.

La narrativa del hecho la dimos a conocer en una nota publicada luego de la medía noche, tras confirmar el incidente dada la delicadeza de la información.

Sin conceder, pero hasta el momento mantengo mis dudas sobre el involucramiento de altas autoridades quintanarroenses con el crimen organizado.

Empero el involucramiento de comandantes y efectivos de la Policía Quintana Roo, es un hecho y altas autoridades federales tienen pruebas de ello, pese a que mantienen secrecía para no afectar la imagen de Carlos Joaquín, de acuerdo a las órdenes recibidas de la ciudad de México, por la buena relación que mantiene con el Presidente de la República.

Sin embargo, la realidad rebasa las “buenas intenciones” y ayer se vieron evidenciadas luego de que funcionarios que al parecer, forman parte de la protección que le brindan al cartel de Caborca, circularan una versión totalmente alejada de la realidad sobre un supuesto abuso de la fuerza por parte de elementos militares en las cercanías al poblado de Nicolás Bravo.

Esa versión que circuló en la ciudad de Chetumal, durante toda la tarde, tergiversó los hechos, luego de la detención de tres personas que se trasladaban disfrazados de trabajadores de una conocida marca cervecera.

Los detenidos transitaban por la carretera Chetumal-Escárcega tramo Tres Garantías y se trasladaban en un camión de tres toneladas de esa marca de cervezas, debidamente uniformados para pasar inadvertidos en los volantas que han instalados elementos de la Guardia Nacional, Marina y elementos del Ejército.

Al ser interceptados por una patrulla de elementos militares, se pudo comprobar que dicha unidad de la supuesta marca cervecera, era escoltada por una patrulla de la Policía Rural, perteneciente a la Secretaria de Seguridad Pública del Estado, que al notar la detención de la unidad vehicular, prosiguió su camino para no verse involucrada.

Sin embargo, los elementos castrenses dieron cuenta del hecho y procedieron a la revisión del sospechoso camión, en el cual dentro de unos cartones de cerveza pudieron ubicar una pistola calibre 380.

Tras un interrogatorio a los sospechosos individuos, emitieron contradictorias declaraciones hacia el punto donde se dirigían, lo que obligó a los militares a realizar una revisión más minuciosa.

Lo que llama la atención de la detención de estas tres personas, revela que el grupo criminal predominante en la zona, utiliza vehículos clonados de importantes marcas de productos para pasar inadvertidos y así trasladar cargamentos de droga que arriban a esos lugares.

Y todo ello bajo la protección que le brindan elementos policiacos quintanarroenses que hoy se encuentran en las nóminas de los grupos criminales generadores de los crímenes de alto impacto que mantienen sometido a gran parte de la población.

Y si no están inscritos en alguna nómina criminal, al menos lo parece…

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