• Un documento de la Secretaria de Relaciones Exteriores, obtenido por la revista Proceso revela que durante 10 años la DEA aprovechó las concesiones que les dieron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto para realizar labores de espionaje contra dos miembros del gabinete presidencial.

 

Redacción/CAMBIO 22

WASHINGTON – La intromisión, el espionaje, las violaciones constitucionales y a la soberanía de México de la DEA son resultado del aumento de sus agentes y personal técnico administrativo autorizado por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

La narcocorrupción en los sexenios de Calderón y Peña Nieto fue aprovechada por Washington, que durante esos periodos logró que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) autorizara a la DEA aumentar el número de sus agentes de 54 a 70 y de 32 a 41 técnicos administrativos.

Un documento de la SRE obtenido por la revista Proceso expone lo que ocultaron las administraciones de Calderón y Peña Nieto sobre las concesiones que hicieron a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), que aprovechó para darles una puñalada por la espalda.

Hasta la publicación de este texto, era de conocimiento público que la DEA contaba con 54 agentes y 32 técnicos administrativos operando en México, entre analistas, especialistas en tecnología de espionaje y equipo computacional.

En un periodo de 10 años, la DEA doblegó a los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, quienes aceptaron permitir el ingreso de otros 16 policías antidrogas estadounidenses, que operaron libremente en todo el territorio mexicano y luego traicionaron a sus amigos.

En total, la DEA en México cuenta con una plantilla de 111 elementos, quienes ahora, bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, están limitados y sujetos a los cambios de la Ley de Seguridad, por la cual deben presentar un informe mensual de sus actividades a la Cancillería.

La mayor presencia de agentes de la DEA en México reflejó su intromisión y traiciones a Calderón y Peña Nieto, que el Departamento de Justicia estadounidense justificó en nombre de la lucha contra el narcotráfico y la narcocorrupción en esos dos sexenios.

Confiados en que sus aliados de la DEA cooperarían en sus omisiones, negligencias y favores hacia algunos cárteles de la droga, Calderón y Peña Nieto nunca imaginaron que los agentes estadounidenses expondrían sus pecados y fallas en la guerra contra las drogas.

El 9 de diciembre de 2019, en Dallas, Texas, Genaro García Luna, su amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública, fue detenido por narcotráfico.

La noche del 15 de octubre de 2020, casi dos años después de que concluyera el sexenio de Peña Nieto, la DEA arrestó en Los Ángeles, California, al general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de Defensa Nacional del expresidente, bajo cargos de colusión con el narcotráfico.

García Luna fue sentenciado el 24 de junio por el juez Brian Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. Este mismo tribunal, el 18 de noviembre de 2020, gracias a la intervención del gobierno de López Obrador, desestimó los cargos contra Cienfuegos.

Estos dos casos son ejemplos de cómo, con el aumento de agentes y personal técnico administrativo, la DEA pudo realizar un amplio espionaje y escuchas telefónicas en México.

Como quedó demostrado en el juicio contra García Luna y como se prometió evidenciar en el proceso judicial que nunca ocurrió, la DEA interceptó y grabó conversaciones telefónicas de miembros de dos altos funcionarios federales y no sabemos si también de los presidentes.

La amenaza que hizo el gobierno de López Obrador al Departamento de Justicia de expulsar de México a los 70 agentes de la DEA, como detalló la revista Proceso, explica la rápida decisión de Washington de desestimar los cargos y repatriar a Cienfuegos Zepeda.

Desde el 26 de octubre de 1992 hasta abril de 2020, el personal de la DEA acreditado en México se rigió bajo las “Reglas Específicas para Regular las Actividades de los Agentes y Técnicos Especializados”, según dicta el documento definido por la SRE.

“Los agentes y personal técnico especializado de la DEA serán un máximo de 39 elementos con estatus de agente y 32 técnicos administrativos o especializados”, señala el documento oficial de 13 páginas definido en su momento por la Cancillería mexicana.

Desde aquel octubre de 1992, bajo la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, la función y distribución de los agentes de la DEA en México tuvo objetivos de injerencia condicionados al avance en la lucha contra el narcotráfico y los narcotraficantes.

 

Fuente: Revista Proceso

redaccionqroo@cambio22.mx

RHM

WhatsApp Telegram
Telegram