Enrique Quintana/ CAMBIO 22

El pasado 2 de diciembre publicamos en este espacio una columna con el título de ‘Los remanentes del Banxico vendrán al rescate’.

En ella concluía que si terminábamos el año con una paridad del dólar frente al peso de 20.37, habría quizás un incremento del valor en pesos de las reservas internacionales de 990 mil millones de pesos respecto al cierre de 2023.

Y de ello, pudieran derivarse remanentes de operación del Banco Central que quizás –en una estimación muy gruesa– pudieran estar en 500 mil millones de pesos.

Bueno, pues funcionarios del Banco Central me previnieron de que quizá la cifra podría ser significativamente menor.

Vayamos por partes.

El artículo 53 de la Ley Orgánica del Banxico dice lo siguiente:

“El Banco de México, deberá, siempre que le sea posible, preservar el valor real de la suma del capital más sus reservas, e incrementar dicho valor conforme aumente el Producto Interno Bruto en términos reales”.

Actualicemos primero el estimado del incremento del valor en pesos de las reservas internacionales del Banxico, que, con los niveles más recientes de paridad y de monto, serían del orden de poco más de 1 billón de pesos. Al final del año tendremos la cifra definitiva.

Ese monto va a irse a la utilidad de operación del Banxico.

Con ella, el Banco Central, por ley tendrá que cubrir las pérdidas de ejercicios anteriores, y preservar el valor real de su capital más reservas.

Durante 2022 y 2023, el Banxico tuvo pérdidas acumuladas por 780 mil millones de pesos.

Es decir, del poco más de un billón de pesos de ganancia cambiaria derivada de las reservas, quedarían alrededor de 228 mil millones de pesos, luego de reponer las pérdidas de los dos años anteriores y luego habrá que actualizar el valor del capital y las reservas contables del Banxico.

Así, los remanentes de operación estarían en poco más de 200 mil millones de pesos, que sería la cifra que por ley podría transferirse al gobierno federal para ser usada en pago de pasivos y reconstrucción de los fondos de estabilización.

Las dos últimas ocasiones que el Banxico entregó al gobierno remanentes de operación fueron en 2016 y 2017, correspondientes a los ejercicios fiscales previos.

En el año 2017 se entregaron 321 mil 653 millones de pesos y en el de 2016 fueron 239 mil 94 millones.

En los años siguientes, en la medida que el tipo de cambio del peso frente al dólar tuvo mayor fortaleza, ya no hubo condiciones para que el incremento del valor en pesos de las reservas internacionales permitiera generar estos recursos.

López Obrador, que no entendía gran cosa de temas financieros y se hacía la víctima permanentemente, le reclamó en 2021 al Banxico que no hubiera remanentes.

En mayo de aquel año señaló lo siguiente:

“Tendrían ellos qué explicar, pero esto es en términos muy respetuosos y fraternos, por qué en otros sexenios sí había remanentes, o sea, en las administraciones pasadas, y ahora no hubo”.

Y la razón es tan simple como el hecho de que el peso no se devaluó.

Si la cotización de nuestra moneda frente al dólar termina este año, por ejemplo, en 20 pesos, se habría producido una depreciación de 18.3 por ciento en 2024, que es lo que explicaría que ahora sí se generaran remanentes. No es que haya más simpatía por Sheinbaum que por AMLO.

Aunque hay que recordar que no se pueden usar esos recursos para gasto corriente o de inversión física, sino que la ley establece que deben destinarse a reducir deuda y fortalecer los fondos de estabilización.

No habrá un cambio sustancial en la posición fiscal del gobierno en 2025, pero sí un moderado alivio en el volumen de deuda pública neta.

 

Fuente: El Financiero

redaccion@diariocambio22.mx

AFM/ MA

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