Juanjo Sánchez / CAMBIO22

La detención de los responsables de la financiera fantasma Unicam se siente más como un accidente que como justicia.

Nadie vigilaba, nadie preguntaba, nadie movía un dedo mientras documentos y tarjetas de jubilados se paseaban de mano en mano.

Y entonces sí, aparece la prensa, aparecen los afectados, y finalmente alguien toma nota.

La detección de empresas “fantasma” se desplomó 98% en el penúltimo año de AMLO - MCCI

Pero para entonces, el daño ya estaba hecho.

Y como ya sabes que #MiPechoNoEsBodega en estas líneas #telocuento

Jesús N., 32 años. Tadeo Arath N., 21.

Prisión preventiva. 46 denuncias. 819 mil pesos.

Y eso apenas es la punta del iceberg.

Hay más víctimas. Hay cuentas que aún presentan movimientos extraños.

Nadie sabe todo.

Nadie lo verá completo hasta que el problema explote otra vez, probablemente con otros nombres, otros locales, la misma facilidad.

¿Cómo es posible?

Porque Chetumal no tiene reglas.

Chetumal no tiene vigilancia.

Qué es la prisión preventiva oficiosa? Entre la necesidad y su abuso en México

Chetumal permite oficinas que operan como puestos de mercado, pero con documentos oficiales y dinero en juego.

Adultos mayores confiando.

Promesas de pensión, créditos fáciles.

Sonríen los estafadores. Nadie pregunta. Nadie revisa.

Y luego aparece la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, ya tarde, como siempre, para decir “vinculados a proceso”.

Bingo.

Pero el agujero sigue abierto.

Y el agujero es enorme.

Reglamentación mínima.

Supervisión nula. Educación financiera casi inexistente.

Vulnerabilidad social al límite. Adultos mayores que confían porque no tienen otra opción. Y estafadores que leen esa confianza como un manual.

Todo encaja.

Todo fluye para ellos.

Para nosotros, caos.

Para el Estado, rutina.

Unicam no cayó por controles, cayó porque alguien gritó.

Porque la prensa llegó.

Porque las víctimas exigieron.

Nada más.

Eso es lo que grita la ciudad: si no hay presión, nada sucede.

El sistema espera que las víctimas hagan el trabajo.

Que señalen, que documenten, que corran detrás de sus propios recursos.

Y las consecuencias no son solo números.

Son confianza perdida.

Seguridad perdida.

Credibilidad destrozada.

Adultos mayores que ahora ya dudan de cualquier trámite.

Que miran con recelo a cualquier oficina legítima.

Exclusión financiera que se profundiza.

Ciclo de vulnerabilidad que se refuerza. Impunidad que se siente en el aire y que genera nuevos intentos, nuevas víctimas, más facilidad para repetir el esquema.

El sistema permite que el fraude sea natural.

Que oficinas improvisadas florezcan como hongos en temporada de lluvia.

Local barato, letrero, sonrisa entrenada, historia convincente.

Clientes, documentos, dinero.

Todo listo. Todo permitido.

Y nadie pregunta.

Nadie revisa.

El Estado, como siempre, llega tarde.

El caso Unicam debería ser un punto de ruptura, pero difícilmente lo será si seguimos midiendo éxito con vinculación a proceso.

Supervisión real. Reglas claras.

Seguimiento. Alertas. Presencia del Estado.

Eso es lo que hace falta. Lo demás es espectáculo. Boletines. Fotos. Comunicados. Nada más.

El fraude es síntoma.

El vacío debajo es estructural.

Donde la oficina que estafa hoy, la financiera que desaparece mañana, y el adulto mayor que confía siempre, conviven en un mismo escenario permisivo.

Y si nadie cierra ese vacío, la próxima financiera ya está preparando su letrero, su escritorio y su sonrisa para hacer lo mismo.

Errores financieros que arruinan tu bolsillo | Blog Nu

Caos en la ciudad. Caos en la estructura. Y nosotros viendo cómo se repite, una y otra vez.

Mientras tanto, el riesgo sigue ahí, flotando. Silencioso. Claro.

Perfectamente posible.

Y nadie parece aprender.

El problema no está solo en los estafadores.

Está en quienes miran sin hacer nada.

Y mientras sigamos aceptando que el silencio es suficiente, cada oficina con un letrero y una sonrisa entrenada se convierte en una amenaza.

La próxima víctima no es un número.

Podrías ser tú.

redaccion@diariocambio22.mx

MRM-RCM

 

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