• Aguas profundas

 

Luis Carriles/CAMBIO 22

Si las cosas salen como se espera, Pemex podrá tener en marcha la nueva refinería Olmeca en el puerto de Dos Bocas, Tabasco, entre septiembre y diciembre del 2026. Eso, en el mejor de los casos, y dependerá de que finalmente se resuelva con la CFE el tema de la generación eléctrica que demanda una instalación como esa.

Al final, la instalación va a acabar costando casi 22 mil millones de dólares, que es 175% más del plan original al principio del sexenio de AMLO.

Para que tenga una idea de qué se trata esto: la refinería consume electricidad equivalente a lo que necesita una ciudad entre pequeña y mediana, imagínese que fuera Tula y por lo tanto requiere de una central eléctrica disponible 24 horas al día.

Desde la concepción de Dos Bocas se puso en el mapa un área de almacenamiento de productos petrolíferos, una herradura de ferrocarril para sacar lo refinado y una planta de cogeneración que le iba a dar a la instalación de Pemex vapor para sus procesos de calor y electricidad. Hasta la fecha ninguna de las dos instalaciones está hecha y puesta en su lugar.

Esto se quedó en el papel porque la decisión de la entonces titular de la Sener, Rocío Nahle, fue dejar que la CFE hiciera el proyecto y la construcción de la central eléctrica para la refinería y que, en algún momento, Pemex Logística lograra financiamiento para la herradura ferrocarrilera. Ninguno de los dos objetivos se cumplieron y ahora no hay nada de esas dos cosas que se necesitan.

Hay además dos plantas que estaban en los planos pero no se tiene claro si fueron instaladas: la planta catalítica y la planta coquizadora. Lo que se sabe es que estas dos estructuras fueron pagadas, pero hoy en día no están funcionando. En el mejor de los casos la capacidad real de procesamiento de la refinería en promedio en el segundo semestre del año pasado fue de 40 mil barriles diarios, cuando se supone que estaría haciéndolo con 300 mil, es decir, opera a una octava parte de su capacidad, a pesar de los más de 20 mil millones de dólares invertidos.

Buzos

1.- A ver qué hace el gobierno de Campeche, a cargo de Layda Sansores, ahora que le caiga lo que parece ser un nuevo caso que no podrá ignorar por las implicaciones que tiene y los involucrados que hay. Resulta que Juan Carlos Del Río, el ex candidato del PAN a la gubernatura y empresario del sector energético, fue acusado de liderar una red de extorsión contra contratistas de Pemex. Según la denuncia, habría usado un esquema en el que se habrían falsificado documentos, se habría coludido con autoridades y además supuestamente los presiona legalmente para exigir diversos pagos. Entre los señalados también figuran Ernesto Del Río y una juez que es quien presuntamente facilita los cateos, embargos y otras resoluciones que garantizan la operación de esta red. El caso tomó relevancia por un contrato otorgado en 2024 a la empresa de los hermanos Del Río por más de 52 millones de pesos, destinado a suministrar equipos para Pemex. Además, el empresario tiene acciones en al menos 19 compañías en los sectores inmobiliarios y turísticos, lo que amplía su alcance.

 

Fuente: El Sol de Mexico

redaccionqroo@cambio22.mx

GFB/ DSF

 

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