• Un estudio revela cómo esta perspectiva ayudó a mitigar el impacto del aislamiento social y a mejorar el bienestar emocional en tiempos de incertidumbre.

 

Redacción / CAMBIO 22

La pandemia de Covid-19 trajo consigo una serie de desafíos que pusieron a prueba la resiliencia psicológica de millones de personas. Uno de los factores clave que emergieron en una investigación reciente como protector de la salud mental es la mentalidad de crecimiento. Esta perspectiva, que sostiene que las habilidades y atributos personales pueden desarrollarse a través del esfuerzo y el aprendizaje, mostró un potencial significativo para mitigar el impacto de situaciones adversas.

El estudio, publicado en el diario sobre salud mental PLOS, indica que, durante el periodo de distanciamiento físico, el aislamiento social incrementó las tasas de depresión y redujo el bienestar general. Este fenómeno afectó de manera desproporcionada a grupos vulnerables, como adultos mayores o personas con acceso limitado a tecnologías. No obstante, se observó que mantener una mentalidad de crecimiento puede contribuir a reducir los efectos negativos de la desconexión social y fomentar una mejor adaptación a las circunstancias cambiantes.

De acuerdo con la teoría de la mentalidad de Dweck, las personas con una mentalidad de crecimiento ven los desafíos como oportunidades de aprendizaje en lugar de como fracasos. Este enfoque demostró tener implicaciones positivas en múltiples áreas, incluyendo la salud mental. Investigaciones recientes hallaron que individuos con esta mentalidad experimentaron menos síntomas de depresión y reportaron un mayor bienestar subjetivo incluso durante la pandemia.

En estudios realizados con adultos jóvenes y mayores, la mentalidad de crecimiento se asoció con una mayor capacidad de adaptación a las restricciones diarias impuestas por la pandemia. Por ejemplo, quienes participaron en intervenciones diseñadas para promover la mentalidad de crecimiento y el aprendizaje de nuevas habilidades demostraron mejoras significativas en su bienestar emocional y su capacidad para enfrentar el aislamiento social.

Además, esta mentalidad parece ser particularmente beneficiosa para los adultos mayores, un grupo que a menudo enfrenta barreras tecnológicas y sociales. Los estudios sugieren que fomentar el aprendizaje de nuevas habilidades, combinado con una mentalidad de crecimiento, puede mejorar tanto la calidad del empleo como el ajuste emocional frente a los desafíos.

Por otra parte, la investigación destaca que la mentalidad de crecimiento no es estática, sino que puede ser cultivada a través de intervenciones. Incorporar este enfoque en programas de salud pública y estrategias de apoyo podría ayudar a mitigar las consecuencias emocionales de crisis futuras.

Si bien la pandemia terminó, los investigadores resaltan la capacidad que la mentalidad de crecimiento tuvo en las personas durante tiempos de incertidumbre. La mentalidad de crecimiento no solo promueve la resiliencia individual, sino que también fomenta una sociedad más capaz de adaptarse a los cambios. Así como también permite superar adversidades y prosperar incluso en las circunstancias más difíciles.

 

 

Con información del sistema de Noticias Cambio 22 y Notipress

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AFM/ MA

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